James Ellroy Confidencial. Encuentro exclusivo con él en Madrid

Todas las fotos de este artículo son de (c)Mariola DCA. Fnac Callao. Madrid. 20 septiembre de 2019.

Me dura la resaca literaria. No todos los días conoces a uno de los grandes entre grandes no ya de la novela negra, sino de la contemporánea mundial. Y James Ellroy no solo me ha dado un montón de momentos de intensa y fascinante lectura, sino también buenas amistades y mucha influencia en mi estilo y aprendizaje como escritora. El pasado viernes 20 estuvo en Madrid, primera parada de su gira europea presentando su última novela, Esta tormenta, segundo título tras Perfidia de su 2.ª trilogía del Cuarteto de Los Ángeles.

Esta es una crónica de lo que vivimos unos pocos lectores afortunados que asistimos a un encuentro exclusivo con el enorme (en todos los sentidos) escritor angelino. Lo que preguntamos, contestó, comentó y ladró en su línea habitual de histrionismo, pose impostada, voz aceitosa y con un talento sin igual para contar la perspectiva más oscura de la historia norteamericana de mediados del siglo XX.

Histriónico por definición (pero no tanto)

Son ya varios artículos dedicados aquí al Perro Diabólico y sus novelas, como este, este o este. Así que voy al grano del encuentro del pasado viernes por la tarde donde algunos de sus lectores pudimos preguntarle y hablar con él sobre todo lo que quisimos. Bueno, igual de todo no.

Así que al friki más que friki de turno (casi serial killer, como el mismo Ellroy lo llamó) que siempre aparece en estos casos le echaron el alto los moderadores cuando se pasó de la raya con un tema de religión. Y se llevó un contundente fuck off out of here con gruñido incluido del escritor. Pero eso fue ya cuando el personal se había soltado y le habíamos visto las trazas raras al individuo.

James Ellroy (Los Ángeles, 1948) es un personaje en sí mismo. Con su imponente e intimidante físico y su histrionismo tan bien estudiado, nada más empezar había dejado claro que pasaba de responder sobre política de ahora o de antes, racismo o religión entre alguna cosa más. Estaba allí para hablar de sus libros y hacer que todos los leyeran, que dejasen trabajos, vida, hijos, esposa, marido, amantes, lo que fuera, para ponerse a leerlos. Y así seguir ganando pasta para darse la gran vida, con cochazos de lujo, mujeres, buen comer y buen beber. Aunque ahora solo beba agua, que no hay que remover un pasado lleno de alcohol y drogas.

La hora larga de charla se nos pasó en un suspiro, con un ambiente distendido, divertido y de complicidad. Y se nos fueron la vergüenza y el miedo, entre otras cosas porque ya sabemos el mito de esos supuestos malos modos. Es más la fachada que la realidad.

Preguntas y respuestas

Y sin más preámbulos, con la ayuda de una intérprete, pasamos a las preguntas que quisimos hacerle como por ejemplo:

Creación de novelas

Concepto

Que reduce a la búsqueda siempre de enganchar al lector con los temas que más pueden tocar su fibra más sensible, morbosa o interesada por el lado más oscuro de la historia y la naturaleza humana. Así que violencia, periodismo sensacionalista, crímenes, investigación policial, sentimientos e instintos universales como el amor, el deseo, la ira, el horror son los motores más poderosos y que comparten todas las sociedades. Y eso vende. Aunque en absoluto pretende ridiculizar la novela tradicional.

Y la definición que dio en forma de titular fue esta: «Las grandes novelas son el resultado de una única mente, de un único corazón y de una única alma», y no tienen comparación con por ejemplo guiones cinematográficos o para series de televisión. Por eso más tarde, a la pregunta de si consideraba que podía haber buenas novelas escritas por más de un autor, contestó que no.

Rutinas como escritor

Borradores de más de 100 páginas para planificar la novela que luego escribe a mano, ya que pasa de ordenadores. Dos cafés y a escribir, reescribir y escribir más hasta que acaba y una asistente personal se la vuelca en archivo informático.

Lenguaje y estilo

Si hay algo que caracteriza a Ellroy, aparte de sus largas y complejas tramas, es ese estilo a veces telegráfico y siempre incisivo, cortante, hipercondensado y truncado. Con profusión de aliteraciones o elipsis y con unas estructuras también muy elaboradas. Comentó que le encanta la lengua inglesa y en especial el inglés norteamericano que, a la vez, tiene tantas influencias y mezclas de otros.

Su respeto por el trabajo policial real

Para colmo es un apasionado de las investigaciones policiales con sus abreviaturas, su jerga o su manera de redactar informes que tanto traslada en sus historias. Y a la pregunta de por qué hay tantos personajes, normalmente policías, que abusan del alcohol o las drogas, contestó que de los que conoce personalmente un tercio son alcohólicos. Pero les tiene un respeto absoluto por el trabajo que suelen hacer. Eso sí, los que a él le gusta crear son casi siempre lo peor del gremio.

Sobre Esta tormenta

Mejor leer Perfidia antes, recomendó al preguntarle si se podía leer esta nueva novela de forma independiente. Así se conoce a los personajes que ya salieron en el primer Cuarteto de L. A. (Dudley Smith, Buzz Meeks, Sid Hudgens, etc.) y que en esta 2.ª trilogía son más jóvenes y los lleva a los años de la Segunda Guerra Mundial.

Cine y series de televisión que le gustan

Palo gordo para The wire, la serie de tv, que no le gustaba nada. Mal escrita y engañosa, comentó sin tapujos. Sin embargo, habló estupendamente de The killing, sobre el punto de vista y la forma de narrar de los nórdicos.

Tampoco le gustó en su día la adaptación cinematográfica que firmó Brian Palma sobre La Dalia negra, con lo que todos estuvimos de acuerdo. Y, aunque tampoco le gusta Quentin Tarantino, sí salvó Érase una vez en Hollywood, por el retrato tan acertado que le pareció sobre ese lugar que conoce tan bien.

Colegas que le gustan: clásicos y contemporáneos

Comentó que no se ha leído a Don Winslow, por quien le preguntaron, pero le gustan Don DeLillo y su Libra. O clásicos como Ross MacDonald (el creador del detective Lew Archer), aunque lo tachó como algo pretencioso y demasiado cultivado, y James M. Cain, (autor de El cartero siempre llama dos veces). Y destacó sobre todo a Dashiell Hammet como impulsor del género negro.

Trabajos de no ficción

Que tiene previsto publicar. Unos artículos sobre informes reales de asesinatos y sobre el actor Sal Mineo y las circunstancias de su muerte, que además incluirán una novela corta. «Esa será mi despedida del periodismo», dijo.

Rock, hijos y Bob Dylan

Las preguntas más anecdóticas fueron las de por qué no le gusta el rock o no ha tenido hijos. A la primera contestó literalmente que es el rock es «una mierda» y luego, con más sorna, que hay que ser gente de orden, vestir como él, etc.

A lo de los hijos, que así ha tenido siempre más dinero para gastárselo en la buena vida. Y a lo de qué le parecía que le hubieran dado el Nobel a Dylan también dijo que «vaya mierda» y que para eso se lo merecía muchísimo más Philip Roth, por ejemplo, que en paz descansase, o él.

Bud White, Russell Crowe y Sterling Hayden

Acabo con mi particular diálogo medio tembloroso con Ellroy. Porque solo tuve valor para darle mis más devotas gracias por mis tres personajes preferidos de la inmensa galería que tiene: Pete Bondurant, de América y Seis de los grandes, y Dudley Smith y Bud White de L. A. Confidencial.

Inmediatamente me esquinó la mirada y me dijo que claro, le estaba hablando de la película, ¿verdad? Yo lo admití y enseguida comenté que gracias a ella me había enganchado a sus novelas y devorado casi todas. «Ah, bueno, entonces genial -contestó-. Y sí, ya, a Bud White lo hizo Russell Crowe, aunque si hubiera sido posible, mi elección para interpretarlo habría sido Sterling Hayden».

Y yo ya a punto del desmayo por escucharle mencionar a otro de mis más admirados actores clásicos. «Hombre, claro -apunté-, es que si esa película se hubiera hecho en los años 50, Hayden habría sido el ideal». En fin, que no pude tener mejor respuesta.

Distendido y muy accesible

Lo que demuestra que las poses son las poses. Porque en las firmas y saludos Ellroy no pudo estar más cercano, cordial, amable y de buen humor.

Habló y posó con todos en fotos y vídeos, se interesó por los comentarios que le hacían, estrechó todas las manos y nos dedicó unas palabras mientras nos firmaba. A mí me mandó a casa, que allí hacía mucho calor, dijo, mientras yo solo podía balbucear gracias y más gracias por sus libros. Así que termino con este breve vídeo de su intervención y ese rato con los lectores.

En definitiva

Leed a Ellroy ya. Grrrrr…


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