«Némesis» y «La Dalia Negra». Reediciones de Nesbø y Ellroy

Jo Nesbo y James Ellroy en Barcelona. San Jordi, 2015.

Jo Nesbø y James Ellroy en Barcelona. San Jordi, 2015.

Noviembre oscuro con este par de títulos que estrenan reediciones. La Dalia Negra, el clásico de James Ellroy, el Perro Rabioso de la literatura negra norteamericana, se reedita con nueva traducción en español y prólogo del autor. Precisamente el año que viene se cumplirán 30 años de su primera publicación.

Y de Jo Nesbø, el escritor posiblemente más reconocido del género negro de las frías tierras nórdicas, se reedita Némesis. Es la cuarta novela de la serie de su simpar inspector Harry Hole. Para los que se están haciendo con ella en esta nueva colección de Roja y Negra, ahí lo tienen. Ambas las edita ahora el grupo editorial Random House.

La Dalia Negra – James Ellroy

Título imprescindible en la extensa e intensa obra del escritor angelino James Ellroy (1948)Es la primera novela del llamado Cuarteto de Los Ángeles, en relación con los otros tres escritos a continuación, enmarcados en los años 40 y 50. Un cuarteto que también es uno de los grandes clásicos del género negro policial del siglo pasado.

Engloba los temas principales y recurrentes de este controvertido autor, y que siempre tienen base histórica de fondo: corrupción a todos los niveles, sobre todo el policial y el político, crimen, traiciones… La peor naturaleza humana en el universo de una ciudad que ya ha trascendido a su realidad como es Los Ángeles. Jamás tan glamurosa y tan negra como en aquellos años 40 y 50 con su Hollywood más dorado.

Pocos han descrito y contado sobre esos años con tanto empeño y hurgando en sus peores tripas. Y con un lenguaje tan brutal como complejo. Sí, puede haber ficción, pero la sensación de realismo se impone. De hecho, el espantoso asesinato de Elizabeth Short en enero de 1947 fue muy real. En él, y en el de su propia madre, se basó Ellroy para componer una de sus mejores tramas con el retrato de un par de policías que son de los que no se olvidan. Y no será que faltan retratos de policías del DPLA en toda la obra de Ellroy.

Yo recomiendo leerla con tranquilidad porque La Dalia Negra no es una novela fácil. Bueno, nada de Ellroy es fácil. Pero para los que somos muy aficionados a esa época y, sobre todo, al estilo feroz y descarnado de Ellroy, esta es una de sus mejores obras. Eso sí, descartemos la versión cinematográfica que firmó Brian De Palma en 2006. Qué despropósito en comparación con la obra maestra que Curtis Hanson (DEP) hizo de L.A. Confidential (1997). Ya hablaremos otro día de las adaptaciones al cine que le han hecho a este escritor.

Némesis – Jo Nesbø

La cuarta entrega de la serie del desastroso pero fascinante y tan especialmente querido (obvio que por sus fans) inspector Harry Hole. El enorme, autodestructivo y brillante policía vuelve en otro de sus casos enrevesados y con giros de trama marca de la casa. Como su excepcional comienzo, uno de los mejores de todos.

A partir de ahí, una vez más hay que poner toda la atención para ir siguiendo las pesquisas y los líos en los que se mete, o se crea él solito, ese Harry Hole incorregible. En este caso Hole se hace cargo de la investigación del robo de un banco donde también han matado a uno de sus empleados. Las pistas conducen a un atracador muy famoso que no puede ser culpable porque está en la cárcel.

Para ayudarlo contará con Beate Lønn, una investigadora muy especial del cuerpo de policía, que tiene la habilidad de identificar rasgos faciales de forma casi automática, pero con problemas para mantener relaciones sociales. Beate Lønn también es uno de los personajes más queridos de toda la serie, como bien sabrán los que la hayan leído ya.

Además, mientras suceden más atracos, Harry se mete en líos. Será el principal sospechoso de la muerte de una antigua novia con la que queda una noche. Pero él amanece por la mañana en su casa con una resaca horrible y sin recordar nada. Así que tendrá que hacer todo lo posible por descubrir qué ha podido pasar.

Por qué leerlas

Porque son imprescindibles del género, sobre todo La Dalia Negra. Si no se conoce nada de la obra de Ellroy, es un buen título para empezarla. Es de estructura más clásica y no tiene todavía el grado de complejidad que van adquiriendo los siguientes.

Y de Némesis hay poco más que decir si eres Holeadicto, estás coleccionando su serie en esta colección de Roja y Negra o ya te la has leído o releído. Que te la vuelves a leer sin problemas.


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  1.   Nurilau dijo

    Uf, vaya dos pesos pesados Mariola, hace muchos años me deje enganchar, con gusto, en el universo de Ellroy, me he leído dos veces el cuarteto de Los Ángeles, y aún sigo atrapada en ese Ellroy que describes. Aunque para ser sincera he de decir que sus siguientes obras me costaron mucho. La siguiente saga no pude con ella y todavía recuerdo el malestar lector con Mis rincones oscuros y el relato de su asesino.
    Y de Nesbo, qué decir, pues que soy Nesboadicta y muy muy feliz de serlo porque cada día disfruto más de Harry Hole y de todo su mundo.
    Este artículo me ha tocado Mariola, muchas gracias!!!

    1.    Mariola Díaz-Cano Arévalo dijo

      ¿Qué te puedo decir que no sepas ya de estos dos…? Gracias por el comentario.

  2.   Marcos Garza dijo

    Encuentro lo que yo creo que es un error en Némesis y gustaría comentarlo por si alguien le ve sentido.

    Al final de la primera parte hay un capítulo titulado «La ilusión» donde el supuesto autor del atraco habla en primera persona. Dice que se siente Dios durante los dos minutos que da a los empleados para recoger el dinero, habla sobre cómo se viste durante el atraco, etc.

    En el penúltimo párrafo dice que vio al Príncipe y que le dio la pistola israelí y aquí está el problema: al final se descubre quién es el atracador y no tiene ninguna relación con el Príncipe. Es más, en algún punto se comenta que el Principe entrega la pistola israelí a Alf Gunnerud que no tiene nada que ver con los atracos.

    Y para acabar de complicarlo, en el último párrafo da a entender que quien habla tiene alguna relación con el caso de Ana e indica que se ríe cuando la policía lo considera un suicidio. Ni el atracador ni Alf Gunnerud tienen nada que ver con el suicidio de Ana.