James Ellroy, Premio Pepe Carvalho en BCNegra. El Perro Rabioso y yo

Parte de mi biblioteca Ellroy.

El pasado día 1 el escritor norteamericano James Ellroy recibía el Premio Pepe Carvalho en el Festival de Novela Negra de Barcelona que acaba hoy. Uno de los más importantes escritores mundiales del género, Ellroy es también un personaje en sí mismo para el que la definición de «Perro Rabioso» le va que ni a propósito. Ahora ha salido una nueva edición de Mis rincones oscuros, su autobiografía tan oscura o más que esas novelas tan retorcidas, densas y más que negras que escribe.

Quien me conoce sabe de mi historia de amor con él, que se remonta al comienzo de este milenio. A él le debo buena parte de mi pasión absoluta por el género en su versión más cruda, violenta y visceral. Hace tiempo que le debía unas palabras, así que hoy va un artículo muy muy personal.

El Perro Rabioso

Disfruto del lenguaje soez, los polis dando palizas a un detenido…

Soy el rey de la novela negra.

El presente me importa una mierda.

James Ellroy, Barcelona, febrero 2018

Con Ellroy no hay término medio. O apasiona o abomina a partes iguales, como escritor o como persona. Pero si apasiona en ambas facetas, APASIONA. Si te atrapa su red literaria de sangre, crímenes, corrupción policial y cruda disección de la naturaleza humana más abominable, ya es difícil escaparse. Si te hipnotiza su estilo tan único de telegrafía y corte al cuello sin anestesia, te contagiarás sin remedio. Y si te fascina una galería también única de personajes a cada cual más criminal, perturbado, canalla, brutal o corrupto, y aun así, humano, ya no tendrás salvación.

Ellroy, un angelino devoto de su ciudad natal y que no ha querido contar el tiempo (ni le interesa) más allá de 1972, es tan personaje o más que los de sus novelas. Irreverente, histriónico, provocador, incendiario en sus ideas y con sus palabras, narcisista y pretendidamente perturbado o perturbador. Estos días, sin ir más lejos, anda dejando perlas tan políticamente incorrectas como las anteriores. Porque si algo es Ellroy es precisamente incorrecto de todas las maneras. Y eso, en los tiempos que corren, es tanto una osadía como un logro.

Su personalidad sobrepasa su literatura descarnada o la refleja más bien. Ser protagonista de una terrible historia personal en la infancia, como fue la violación y asesinato nunca resuelto de su madre, sin duda marca la existencia de cualquiera. De cómo lo hizo en Ellroy se puede saber con todo lujo de detalles sin censura en la anteriormente mencionada Mis rincones oscuros. Pero para explorar el mundo en el que vive lo mejor es leer sus novelas. Sigue habiendo pocos autores de su especie que le hagan sombra y él ha dejado su impronta en muchos.

Con Jo Nesbø en Barcelona, San Jordi, 2015 (Foto de La Vanguardia). Con Don Winslow en esta BCNegra, 2018 (Foto de Eva Cuenca en Twitter).

El Perro Rabioso y yo

Las notas indicaban a un hombre limitado buscando las estrellas, y alcanzándolas casi todas. Límites superados a través de una furiosa perseverancia. Justicia absoluta, anónima, sin ascensos ni gloria. […] Wendell Bud White visto por primera vez.

James Ellroy – L. A. Confidencial (1990)

Mi caída en los infiernos de Ellroy sucedió a comienzos de este milenio. Fue por L. A. Confidencial, de Curtis Hanson (1997), que no vi en el cine en su momento, sino en el año 2000. A partir de ahí ya he perdido la cuenta de las veces que llevo. Pero la culpa en especial la tuvo él:

Bud White

Si la interpretación que un entonces desconocido Russell Crowe hizo de White no hubiera significado el disparo al corazón que me lo partió literalmente hasta la fecha, ahora mismo no estaría tecleando estas palabras. Ni se me habría desvastado ya totalmente el alma cuando lo «vi» en su creación original de papel. El señor Crowe tiene la culpa de muchísimas pasiones de mi vida. La más tremenda fue prestarle su rostro y su cuerpo a un personaje literario que encabeza la lista de los diez que más me han tocado las profundidades literarias.

Bud White es mi epítome del personaje literario masculino que más me puede atraer y atrapar. Ese lleno de aristas, contraste perfecto de brutalidad y violencia con un fondo atormentado y de sentimientos encontrados, que inspira la mayor de mis fascinaciones. Porque para qué negarlo, soy lectora y escritora políticamente incorrecta. No lo puedo evitar. Todos tenemos nuestro lado oscuro y el mío tampoco pudo evitar dedicarle una novela en tono fan fiction que anda por ahí a disposición del personal.

Pero también es…

que después de leer L. A. Confidencial, cayeron todas las demás, seguidas y de manera compulsiva, porque me atrapó esa manera de narrar de Ellroy, ese estilo tan incómodo a veces, asfixiante, de metralleta que dispara balas a corta distancia. Un estilo que te puede abrumar, marear casi, apabullar con la complejidad de su narración. No apto para todos los públicos, ni siquiera para todos los aficionados al género. Y por supuesto no apto para estómagos delicados. A eso se añaden las mil tramas y subtramas, los mil personajes reales y ficticios que interactúan en un tapiz con el epicentro en la ciudad más cinematográfica para que se den esos ambientes corruptos, falsos o superficiales.

Los 40 y sus Dalias Negras, los 50 y la Navidad Sangrienta del todopoderoso DPLA con su legendario jefe, William H. Parker. Los 60 y la misma aura de santidad y corruptelas de JFK. El FBI de E. J. Hoover, el magnate Howard Hughes, los mafiosos Sam Giancana, Mickey Cohen, Santo Trafficante o Jack Dragna. El Hollywood dorado y lleno de escándalos, las listas negras del senador McCarthy, la crisis de los misiles, las misiones secretas en Cuba de mercenarios de la CIA… Lo mejor de lo peor del siglo XX norteamericano contado una y otra vez en una fijación obsesiva por su historia, como es la de Ellroy.

Y también son…

el detective Fritz Brown, los polícias Bucky Bleichert y Lee Blanchard, el sargento Lloyd Hopkins, el temible Pete Bondurant, el diabólico capitán Dudley Smith, el agente Dwight Holly, la Reina Roja, la divina Verónica Lake en la mirada de la prostituta Lynn Bracken, el atroz asesino de la carretera. Y tantos más, porque son miles los grandes personajes creados por este enorme perro literario de una ciudad llena de ángeles caídos.

Pero sobre todo, que si uno se precia de ser lector de género negro, Ellroy es uno de los imprescindibles. Se puede empezar con los de estructura y desarrollo más clásicos, como los primeros. La trilogía del sargento Hopkins no es mal comienzo. Pero también, cómo no, La Dalia Negra. Y por supuesto el Cuarteto de L. A. Los títulos más, digamos, incómodos o difíciles, para mí: El asesino de la carretera o Seis de los grandes.

Sus novelas

  • Réquiem por Brown. Hay adaptación cinematográfica de 1998 protagonizada por Michael Rooker.
  • Clandestino
  • El asesino de la carretera
  • Noches en Hollywood 
  • Ola de crímenes
  • Destino: la morgue
  • Loco por Donna
Trilogía de Lloyd Hopkins
  1. Sangre en la luna
  2. A causa de la noche
  3. La colina de los suicidas
Cuarteto de Los Ángeles
  1. La Dalia Negra. Brian De Palma la adaptó al cine en 2006.
  2. El gran desierto
  3. L. A. Confidencial
  4. Jazz blanco
Trilogía de América
  1. América
  2. Seis de los grandes
  3. Sangre vagabunda
Segundo Cuarteto de Los Ángeles
  1. Perfidia
  2. This Storm (próximamente)

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  1.   Xosé D French Diéguez dijo

    Te felicito por tu página. Desde Argentina. Espero que un día hables de mi libro