Mónica Rouanet. Entrevista con la autora de El camino de las luciérnagas

Mónica Rouanet es alicantina con orígenes valencianos y franceses. Estudió Filosofía y Letras y se especializó en Ciencias de la Educación y Psicología. Lleva trabajando durante más de 20 años en proyectos de intervención con personas en riesgo de exclusión social y no ha abandonado su verdadera pasión que es la escritura. Entre sus novelas están El camino de las luciérnagas, de la que nos habla en esta entrevista, o Nada importante. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad.

Mónica Rouanet — Entrevista

• ACTUALIDAD LITERATURA: La novela que estás promocionando ahora es El camino de las luciérnagas. ¿Qué nos cuentas en ella y de dónde surgió la idea?

MÓNICA ROUANET: El camino de las luciérnagas es mi primera y, a la vez, mi última novela porque he tenido la suerte de que Roca Editorial me invitara a reescribirla y actualizarla para sacar una reedición. El eje de la historia y los personajes siguen siendo los mismos, aunque he modificado la época en la que transcurre la acción y eso ha generado algunos cambios. También he mejorado el estilo y la narrativa y, según dicen los lectores y lectoras, el resultado es estupendo. Esta es una novela a la que le tengo un cariño especial porque muestra unos personajes con los que es muy fácil sentirse identificado.

Se trata de una novela negra centrada en la instrucción judicial de un caso donde descubrimos que dos de los personajes tienen un pasado en común y ocultan un terrible secreto.  La idea surgió del nombre del personaje principal, Atanasio Cuervo Feliz. Hace años, mi padre comenzó a hablarme de un amigo al que había conocido hacía poco. Lo primero que me dijo fue su nombre: Atanasio Cuervo (el «Feliz» lo añadí yo), y ya no escuché nada más. Desde ese instante imaginé la vida de alguien con ese nombre, cómo habría sido su infancia, su juventud… Ese mismo día, cuando llegué a mi casa, escribí el primer capítulo y, poco a poco, fue saliendo todo lo demás.

• AL: ¿Te puedes remontar a ese primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?

MR: Pues… la verdad es que no. Aprendí a leer muy pronto y sé que leía tebeos y cuentos siendo muy niña. Luego seguí con novelas cortas. Recuerdo un libro que saqué de la biblioteca del colegio. Se llamaba Las dos Carlotas, de Erich Kästner. Le pedí a mi padre que me lo comprara porque me había gustado mucho y me llevó a la que hoy es La Casa del Libro de Gran Vía, en Madrid, que por aquel entonces se llamaba Espasa. Aluciné con lo grande que era y la cantidad de libros que había en sus estantes, y pensé que me encantaría quedarme encerrada allí dentro para leerlo todo. ¡Ja, ja, cosas de niños! Ahora pienso lo mismo.

Tampoco recuerdo con claridad qué fue lo primero que escribí. Me cuentan que escribía historias que regalaba a mis hermanos por sus cumpleaños o por Navidad.

• AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas. 

MR: Mis escritores de cabecera han ido cambiando a lo largo de los años, supongo que lo han hecho según mis intereses o necesidades lectoras. Te puedo hablar de escritores y escritoras a los que vuelvo o en los que confío, porque sé que siempre me van a sorprender y me van a enseñar a mejorar mi escritura. Tuve una época en la que devoraba a Gabriel García Márquez, otra en la que leía a Herman Hesse sin parar, a Patricia Highsmith, a José Carlos Somoza, a Rosa Montero, a Almudena Grandes, a Tom Spanbauer, a Palahniuk… 

• AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?

MR: Son cosas diferentes. Por ejemplo, me hubiera encantado crear a Drácula, pero estoy encantada de no haberlo conocido. Lo mismo me pasa con Alex DeLarge, o con Hannibal Lecter. En cambio, me gustaría haber hecho las dos cosas con Sherlock Holmes, con Marcela, uno de los personajes femeninos de El Quijote, o con Jo March.

• AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?

MR: Creo que ninguna, la verdad. Leer leo en cualquier parte, incluso en la cola del supermercado. Para escribir necesito una silla, una mesa y mi ordenador, pero puedo situarlo allá donde haya un hueco. Para las dos cosas prefiero el silencio, pero me abstraigo tanto que al final creo mi propio silencio, así que da un poco igual.

• AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?

MR: Suelo escribir en el salón de mi casa, que da a un jardín estupendo, aunque también lo hago en un escritorio que he instalado en mi habitación. Cuando escribo en el salón, mi momento favorito es la tarde, que es cuando da la luz. En mi habitación, por la mañana.

• AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?

MR: Claro que sí, intento leer de todo. En realidad, yo leo para conocer gente. Cuando me importa lo que le sucede a los personajes me da igual que estén sumergidos en una novela negra, en una histórica, en una de carácter biográfico, en una costumbrista, o en una comedia. Eso es lo de menos.

• AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

MR: Ahora mismo estoy leyendo La desconocida, de Rosa Montero y Olivier Truc, y estoy escribiendo una novela negra, pero, como todas las mías, con un componente social muy fuerte. Y hasta ahí puedo contar.

Panorama editorial

• AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?

MR: ¿La verdad? Está complicado. Mira, yo recuerdo que cuando era pequeña, iba a las librerías y me dejaba aconsejar por los libreros. A los autores solo los conocía físicamente si miraba su foto en la solapa, y no sabía nada relacionado con su vida personal a no ser que investigara en ella. Ahora, en muchos casos, parece que sea al revés, ahora tienes que dar a conocer tu vida para que el público sepa quién eres antes de leerte. Y lo triste es que te leen y te publican (no olvidemos que esto es un negocio) en función de tu fama, una fama normalmente adquirida por otras causas.

• AL: ¿Te está siendo difícil el momento que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo tanto en el ámbito cultural como en el social?

MR: Un momento, un momento. Que sea difícil no significa que no tenga cosas positivas. Por supuesto que las tiene. Tenemos escritores y escritoras maravillosos, incluso algunos de ellos muy famosos (lo cortés no quita lo valiente). Contamos con grandes artistas dentro de la música, del teatro y el cine, de la danza, de la pintura… Estamos en la sociedad del conocimiento y esto conlleva movimientos que impulsan cambios en relación a otros sectores de la sociedad. Yo me quedo con los avances conseguidos en temas como la desigualdad, el feminismo o el medio ambiente y espero verlos crecer mucho más.