Blas Malo Poyatos. Entrevista al autor de El desdén y la furia

Blas Malo Poyatos es manchego, ingeniero de caminos y escritor, también un apasionado de la historia, sobre todo del Imperio Bizantino y la Edad Media. Lleva ya publicadas unas cuantas novelas, entre otras, El señor de Castilla, El veneciano o El guardián de las palabras. La última es Lope de Vega. El desdén y la furia. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad para esta entrevista en la que nos habla de ella y de otros muchos temas.

Blas Malo Poyatos — Entrevista

• ACTUALIDAD LITERATURA: El título de tu último libro es Lope de Vega. El desdén y la furia. ¿Qué nos cuentas en él y de dónde surgió la idea?

BLAS MALO POYATOS: Novelo la vida de Lope de Vega, en su época de madurez y enfrentamiento en Madrid con los autores que defendían el arte antiguo de escribir, en especial contra Miguel de Cervantes. Su enemistad se contagió a todos los niveles, dividiendo la ciudad y la corte entre seguidores de Lope y seguidores de Cervantes. Otros involucrados fueron Quevedo y Góngora. La idea surgió en 2005 con el 400º  aniversario de la publicación de Don Quijote de la Mancha, de Cervantes. Todos hablaban de Cervantes. Quise defender la memoria de Lope.

• AL: ¿Te puedes remontar a ese primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?

BMP: El más antiguo que recuerdo con nitidez es La isla del tesoro, de Stevenson, una edición de la extinta Editorial Everest con fabulosas imágenes, y claro, mi primera historia se inspiraba en ella. Tenía un esqueleto, un tesoro perdido, un chico que lo encontraba. Lo escribí con 10 años.

• AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.

BMP: Yo distingo entre autores vivos y autores muertos. Se pueden recomendar muchos, elegir a algunos es descartar a los demás. Muy influyentes en mí son J. R. R. Tolkien e Isaac Asimov. Más modernos, Steven Saylor, José Soto Chica y Sebastián Roa. De entre los clásicos, de los que hay que disfrutar y aprender, ahora mismo recomendaría a Gustave Flaubert.

• AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?

BMP: Sinuhé, creación de Mika Waltari a partir de lo que parece fue un personaje egipcio que existió. Y Claudio el emperador, elaborado de forma genial por Robert Graves.

• AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?

BMP: Para leer necesito silencio. Para escribir, necesito que sea de noche. Son costumbres que se han fosilizado. Me cuesta horrores leer con ruido o escribir de día. Sin embargo, estudiar para documentarme no me exige ni silencio ni esos horarios.

• AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?

BMP: El sitio me da igual siempre que sea confortable y se cumpla lo anterior. En casa, escribo mejor cuando todos los demás o no están o duermen. No soporto que me interrumpan cuando estoy creando. Tengo dos hijos pequeños, es difícil encontrar el momento adecuado.

• AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?

BMP: Aún conservo el gusto por la ciencia ficción. Y me gustaría leer mucho más, novelas de espías de aventuras, como las de Clive Cussler. Son muy entretenidas. Y leer más clásicos. Pero me falta tiempo para tantas cosas pendientes.

• AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

BMP: Ahora estoy leyendo las novelas de Gustave Flaubert, a la vez que escucho conferencias sobre él y su escritura, porque me parece un hombre fascinante como escritor. Y los diferentes libros de Marco Tulio Cicerón, que son sorprendentes. Escribiendo, estoy ahora en la Edad Media.

• AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial y qué te decidió a ti para intentar publicar?

BMP: Como siempre, está saturado de manuscritos. Pero un buen manuscrito encuentra a un editor, temprano o tarde. Todo el mundo tiene el ego de querer ver su libro entre otros en las librerías, eso es así. Que un empresario de los libros arriesgue por publicarme es para mí un elogio. Así debe ser.

• ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para historias futuras?

BMP: Soy afortunado. Nadie en mi familia ha muerto por covid. Mi vida no ha cambiado a peor, sino a mejor, porque hace poco he vuelto a ser padre  y ahora somos cuatro en casa. Hay que seguir viviendo, haya covid o no. Quien no piense así que vaya ya al cementerio a enterrarse y quede en paz.