Sebastián Roa lleva una carrera imparable y el pasado día 7 ha salido su última novela, Némesis. El escritor turolense de novela histórica, autor de títulos como Casus Belli, Venganza de sangre, la trilogía La loba de al-Ándalus, El ejército de Dios y Las cadenas del destino, o Enemigos de Esparta, me concede esta entrevista hoy. Nos habla un poco sobre libros, autores y panorama actual tanto editorial como social. Le agradezco mucho su tiempo y dedicación.
Entrevista con Sebastián Roa
- ACTUALIDAD LITERATURA: ¿Recuerdas el primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?
SEBASTIÁN ROA: No recuerdo mi primera lectura, pero seguro que fue una novela pulp de Bruguera, de esas que se cambiaban a duro en el quiosco. Terror y ciencia ficción de autores españoles con pseudónimos anglosajones diversos. Es lo que había en casa.
Y lo primero que escribí fue la historia de un gorrión que, al llegar el verano, tiene que competir por la comida con golondrinas y vencejos. Pulsiones ornitológicas que tenía uno de crío.
- AL: ¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?
SR: El camino. Me lo hicieron leer en BUP. La única razón posible para ese impacto es la genialidad de Delibes.
- AL: ¿Quién es tu escritor favorito? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
SR: En realidad no tengo escritores, sino novelas favoritas. Sus autores pueden ser desde Delibes, Sender o Blasco Ibáñez hasta Waltari, Posteguillo, Pressfield o Pérez-Reverte. Lo último estupendo que he leído es de Madeline Miller. Circe se titula.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
SR: A la princesa María que se inventó Sender en su injustamente desconocida Bizancio.
- AL: ¿Alguna manía a la hora de escribir o leer?
SR: Soy de pocas manías en general. Puedo escribir y leer en cualquier sitio, aunque uno siempre tiene sus preferencias.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
SR: Suelo escribir en mi ordenador de sobremesa, en el despachito que nos hemos montado en casa para esos menesteres. Siempre saco más provecho a las horas nocturnas, será porque hay menos distracciones. Para leer, nada como la cama. Aunque donde más leo es en el metro, yendo y viniendo del trabajo.
- AL: ¿Qué escritor o libro te ha influido en tu trabajo como autor?
SR: Seguro que todo lo que he leído (lo que me ha impactado, se entiende) ha influido en lo que después he escrito. Desde la Ilíada hasta Cañas y barro.
Y en este momento llega Yaiza, mi hija, ve la respuesta que he escrito y me pregunta si voy de intelectual. Que si todo lo que he leído me influye, que añada aquí Crepúsculo.
—A ver —le contesto—: leí Crepúsculo (lo confieso, sentía curiosidad), pero no me impactó en absoluto y no me interesa hacer nada así.
—Pues entonces —sigue ella—, al menos aprendiste lo que no quieres escribir. O sea: influir, te ha influido.
Pues como tiene razón mi hija, lo pongo: Crepúsculo. Una saga que no me impacta nada a pesar de que ha vendido más de cien millones de copias, y de que en ella se basan cinco películas con una recaudación de más de 3.000 millones de dólares. Ahora me explico lo piltrafilla que soy.
- AL: ¿Tus géneros favoritos además del histórico?
SR: En realidad no tengo géneros favoritos. Ni siquiera la novela histórica. De hecho, últimamente leo más bien ensayo. En novela me inclino por las historias bien escritas, con tramas hiladas y personajes vivos. El género es lo de menos; pero si algo me echa para atrás un poco son las novelas negras y policiacas.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
SR: Estoy leyendo El hereje, de Delibes. Lo tenía pendiente. Y escribiendo, curiosamente, algo relacionado en parte con la herejía. Es lo que llamaríamos novela histórica medieval, más no puedo decir.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial para tantos autores como hay o quieren publicar?
SR: Publicar es facilísimo. Hacerlo con nivel y garantías, salvo casos puntuales de apariciones marianas que no pueden servir como ejemplo, es harina de otro costal. Hay bajísima demanda y demasiada oferta, y una y otra se centran en aspectos extraliterarios. Ahora mismo, lo mejor para publicar a lo burro es hacerse instagramer, youtuber, gamer o chorriflower. Salir en la tele también ayuda.
- AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para futuras novelas?
SR: De esto no puede salir nada positivo. Si acaso, se podrá aprovechar lo negativo para plasmarlo literariamente. La esencia humana que ha quedado al descubierto, digo. De tal cosa va la literatura: de la condición humana, ¿no? Pues la hipocresía de los aplausitos, la indiferencia ante las cifras de muertos, la irresponsabilidad de tanto gilipollas con la mascarilla en el codo, la inexistente sesera de los negacionistas, la mezquindad de esos políticos de todo pelaje que sacan rédito al tema, lo ceguera de quienes se dejan llevar por las soflamas cainitas… Fíjate: hay para cientos de novelas.
Es refrescante conocer la carrera de escritores con un nivel de éxito saludable y que se comporten de una manera tan natural en una entrevista. Tiene razón cuando señala que la demanda y la oferta en el mundo editorial presentan una desigualdad titánica.
-Gustavo Woltmann.