Thomas Phillipps y su amor-obsesión por los libros

Todos los que hacemos este blog posible, es decir, tanto vosotros que nos leéis como nosotros que os ofrecemos artículos a diario, tenemos algo en común: nuestro amor por los libros y la literatura en general. Nos encanta leer, nos gusta oler los libros antiguos, admiramos el poder de un ebook que hace posible tener al alcance de la mano cientos de libros en una sola pantalla, estamos deseando terminar un buen libro que nos está enganchando pero a la misma vez nos da pena, e incluso, releemos en ocasiones aquellos que tantos nos gustó en su día aunque tengamos libros nuevos en por leer en nuestra lista de pendientes. Sí, esto es amor «sano» por los libros, pero ¿cuándo una afición llega a ser una obsesión?

Si pudiésemos preguntarle a Thomas Phillipps lo haríamos. Este hombre fue todo un bibliómano (dícese de la persona que tiene una predilección obsesiva por los libros) llegó a coleccionar casi 40.000 libros y más de 60.000 manuscritos. Era un obseso del papel, pero ni pudo leerlos todos ni fue lo que se dice feliz en su locura. Esta obsesión lo llevó a perder su fortuna y a todas y cada una de las mujeres con las que se casó o tuvo una relación sentimental.

Algunos datos más de Thomas Phillipps

  • Nació en Manchester en el año 1792.
  • Era hijo ilegítimo de un fabricante textil.
  • Al morir este le dejó en herencia una mansión que le serviría como cobijo para llevar a cabo su «gran locura».
  • Con sólo 6 años ya tenía en su poder más de 100 libros.
  • Compraba los libros por kilos, sin pararse a mirar títulos ni autores.
  • Era el temor, o el alivio, según se mire de los libreros. Cuando lo veía traspasar las puertas de su librería sabía que se quedaría sin ejemplares que vender.
  • Su familia se quedó en la ruina, ya que se gastó en libros entre 200.000-250.000 libras.
  • De las 20 habitaciones que tenía la mansión que heredó, 16 estaban totalmente ocupadas por los libros.
  • A su muerte, en 1872, su nieto vendió casi todos sus libros por lotes, a coleccionistas de todo el mundo.
  • La última parte de su colección no fue vendida hasta 2006…

Quién sabe, puede que uno de esos libros antiguos que descansan en tu librería ya le perteneciera a Thomas Phillipps… ¿Qué piensas de todo esto? ¿Demasiado amor u obsesión? ¿De qué sirve tener infinidad de libros que ni siquiera vas a leer en su mayoría?


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