En el año 1970, pero tal día como hoy fallecía François Mauriac, Premio Nobel en 1952. Este autor francés nacido en Burdeos, además de ser escritor, fue periodista y crítico, y era considerado uno de los mejores escritores católicos del siglo XX.
Entre sus distinciones destacan las siguientes:
- En 1933, fue nombrado Miembro de la Academia Francesa.
- En 1952, fue proclamado Premio Nobel de Literatura.
- Y por último, en 1958, se le impuso la Gran Cruz de la Legión de Honor.
Obras más destacadas
Algunas de sus obras más nombradas son:
- «El beso al leproso» (1922), libro que lo consagró.
- «Genitrix» (1923).
- «El mal» (1924).
- «El desierto del amor» (1925).
- «Thérèse Desqueyroux» (1927).
- «Destins» (1928).
- «Nudo de víboras» (1932).
- «Asmodeo» (su primera novela de teatro en 1937).
- «El cordero» (1954).
- «Un adolescente de otros tiempos» (1969).
- «Maltaverne» (obra póstuma publicada en 1972).
Se puede decir, que François Mauriac fue de esos escritores que se atrevían con todo: desde poesía (sus dos primeros libros fueron poemas), hasta ensayos, pisando como no la novela y atreviéndose con el teatro (en este último recibió ciertas críticas a su trabajo).
También hay que señalar, que entre obra y obra era cronista en los diarios ‘L’Écho de Paris’, y posteriormente en ‘Le Figaro’.
Frases y anécdota de François Mauriac
Y seguimos con un clásico en Actualidad Literatura: recogemos alguna de las palabras que este gran escritor dejó en el mundo antes de su partida. Y para finalizar, una pequeña anécdota-anotación acerca de un episodio de su vida:
- «No siento el menor deseo de jugar en un mundo en el que todos hacen trampa».
- «Un mal escritor puede llegar a ser un buen crítico, por la misma razón que un pésimo vino también puede llegar a ser un buen vinagre».
- «La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente».
- «La mayoría de los hombres se parecen a grandes palacios abandonados: ocupan sólo unas pocas habitaciones y han cerrado las alas donde nunca se aventura».
- «No confundáis a Jesús, el maestro, con los pobres hombres que le siguen de lejos. No esperéis que su inconsecuencia pueda serviros eternamente de excusa».
- «Escribir es recordar, pero leer también es recordar».
- «La lectura, una puerta abierta a un mundo encantado».
- «De nada sirve al hombre ganar la Luna si ha de perder la Tierra».
- «¡Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción!»
Y como anotación de su vida: Participó como conductor de ambulancias en la Primera Guerra Mundial.