Verano en rojo
Verano en rojo es el primer volumen de la serie policial Comisaria Ruiz, escrita por la premiada periodista y autora española Berna González Harbour. La obra fue publicada por primera vez en 2012 de la mano de la editorial RBA. Más tarde, la trama de los protagonistas se extendió en Margen de error, Las lágrimas de Claire Jones y El sueño de la razón. Las últimas dos fueron finalistas del premio Hammett.
En cuanto a Verano en rojo, las críticas tanto de los especialistas como de los lectores son mixtas. Algunos han disfrutado de la inusual narrativa trepidante del noir de Berna González Harbour, mientras que otros discuten lo que consideran una falta de profundidad por parte de los personajes de esta obra. Por otro lado, uno de los puntos fuertes es una trama que transita entre lo entretenido e interesante.
Sinopsis de Verano en rojo
Madrid, verano de 2010
La península ibérica celebra los días del Mundial de fútbol. Las personas no pierden la fe mientras se dan los tortuosos avances del equipo de España en Sudáfrica. Este es el contexto social que corre durante el 2010, pero, como casi siempre ocurre en la vida real, hay algo más en las sombras, un evento que nadie esperaría encontrarse y que, cuando estalla, sacude a la sociedad de una manera terrible.
La comisaria María Ruiz y su equipo deben enfrentarse a un asesinato, el cual será solo la punta del iceberg de una situación más delicada que se relaciona con la iglesia católica, la educación clerical y los estudiantes menores de edad de estas entidades. Al principio, un jovencito sin identidad rastreable aparece muerto. Ruiz es acompañada por el veterano periodista Luna y un talentoso informático, Tomás.
Un lugar en crisis
Pocos autores españoles se han atrevido a hablar acerca de la pederastia que precede a la iglesia católica y a sus acólitos. Es una temática delicada que debe abordarse con el respeto que las víctimas necesitan. En Verano en rojo existe una frase que, probablemente, podría resumir el conflicto con el que arrastran los monásticos: “Nuestra Santa Madre Iglesia tiene su propio ritmo, que es el ritmo del Señor, y tiene su propia justicia que es la justicia de Dios”.
La propia trama gira en torno a estos jóvenes asesinados, la cual comienza con dos nombres: Samuel Gómez Pescador y Alejandro Sánchez Gandarillas. El primero fue previamente estrangulado y violado en el estanque del parque madrileño Juan Carlos I. El segundo, un muchacho menor de diecisiete años cuyo cuerpo encontraron en una playa santanderina. También fue estrangulado.
Símbolos especiales y conexiones aterradoras
Pronto, la comisaria Ruiz se da cuenta de que los dos jóvenes compartían un tatuaje muy extraño, además de una relación previa. ¿Pero quién pudo haber sido el responsable de semejante desgracia asociada a estos chicos? Para averiguarlo, María se desplaza hacia Santander, donde contará con la ayuda de Carlos Fuentes. Entre ellos, encuentran unas fotografías pornográficas gay.
En ellas, reconocen los rostros de Alejandro junto a una serie de adultos y jóvenes. Gracias a la obtención de estas fotografías, la comisaria María Ruiz planifica una entrevista con el padre Damián, quien le confiesa conocer la identidad de los ex alumnos del colegio Los Penitentes. A la par, los informáticos de Madrid revisan la computadora de Samuel, y descubren que este y Alejandro eran amigos en Facebook.
¿Quién es el culpable?
Un poco después, una hermana de la víctima señala a un sacerdote perteneciente a un colegio donde estudiaba Alejandro. Al mismo tiempo, el periodista Luna conversa con la mamá de Samuel, y se entera por ella de que su hijo y Alejandro asistieron a un campus baloncestístico del colegio Los Penitentes en Lerma durante el verano anterior. Allí, el coordinador era un cura.
Investigando por sus propios medios, Carlos Fuentes se da cuenta de que Alejandro no era precisamente un muchacho inocente, sino un oportunista y provocador que chantajeaba a los otros muchachos con mostrar las fotos que él mismo tomaba al momento de las orgías. Entre tanto, María se queda en Los Penitentes en Lerma y descubre que su principal sospechoso es el culpable de las fechorías sexuales y sus posteriores consecuencias.
Estilo narrativo de Berna González Harbour
Podría decirse que la novela negra está de moda. En ella, casi siempre se presenta un estilo enrevesado y trepidante que no tiende a dejar descansar al lector, además de poseer una prosa muy simple. Sin embargo, uno de los aspectos más destacados de Berna González Harbour es su forma de escribir, la cual es mucho más literaria que la de la mayoría de los novelistas de noir.
Al mejor estilo de Ángela Banzas en La conjura de la niebla o La sombra de la rosa, Verano en rojo se rige por un estilo narrativo bastante poético para tratarse de un libro policiaco. Por otro lado, a diferencia de lo que suele verse en este género, la estructura fluye de forma natural, y se puede seguir de principio a fin sin detenerse a buscar pistas en las primeras páginas.
Sobre la autora
Berna González Harbour nació en 1965, en Santander, España. Estudió Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Como periodista, fue colaboradora de medios como Hoy por Hoy, Zenda, El País, El Sol y El Periódico de Catalunya. En este último fue corresponsal en Moscú.
Debutó en el ámbito literario con un relato, con el que ganó el accésit del Premio José Hierro en 1995. A partir de entonces, la autora publicó cuentos y novelas que, a lo largo de los años, ha sido laureadas con diversos reconocimientos, como el Asociación de Libreros de Cantabria, Premio Estrañi de manos de la Asociación de Periodistas de Cantabria y el premio del festival Granada Noir por su trayectoria.
Otros libros de Berna González Harbour
Novelas
Serie de la comisaría Ruiz
- Margen de error (RBA, 2014);
- Las lágrimas de Claire Jones (Ediciones Destino, 2017);
- El sueño de la razón (Ediciones Destino, 2019).
Otras
- Los ciervos llegan sin avisar (RBA, 2015);
- El pozo (Planeta Libros, 2021).