Trilogía de La novia gitana

Cuando un usuario de internet busca “la novia gitana trilogía”, la pantalla muestra enlaces relacionados una historia que ha cautivado a miles de lectores. Se trata de una serie de novela negra iniciada con el lanzamiento de La novia gitana (2018). Probablemente, a gran parte del público le resultó irresistible la combinación de novela negra más algunas representaciones detalladas sobre el colectivo gitano.

Al año siguiente se publicó La red púrpura, una secuela cuyo desarrollo se encuentra íntimamente relacionado con el final del primer libro. En cambio el argumento de La nena (2020) —si bien tiene la misma protagonista de las primeras dos entregas— puede entenderse sin haber leído los textos predecesores.

¿Quién es la autora?

Los libros de la trilogía de la novia gitana aparecen firmados por Carmen Mola, un seudónimo. De hecho, en el sitio web carmenmola.es la descripción reza: “… una autora nacida en Madrid que ha decidido permanecer en el anonimato”. Asimismo, en algunos portales literarios las referencias sobre la escritora hablan de una docente que ejerce en la capital española.

Mola ha declarado en reiteradas ocasiones (a través de su editor) que su motivación para escribir es netamente lúdica. Del mismo modo, suele mencionar a Fred Vargas, Toni Hill, Lorenzo Silva, Lemaitre o Alicia Giménez Barlett, entre otros, como sus mayores influencias. Por ello, se inclinó hacia el subgénero de la novela negra, pues considera que “evolucionan a la vez que la sociedad”.

Análisis de la trilogía

La protagonista

Cada libro presenta un caso diferente investigado por Elena Blanco, el personaje principal de toda la saga. Se trata de una inspectora sumamente inteligente “condimentada” con todos los componentes típicos de una protagonista de novela negra. Es decir, una mujer soltera (divorciada) con un temperamento fuerte causado en gran medida por un pasado traumático.

Ciertamente, el tormento arrastrado por Blanco no es uno cualquiera: sospecha que su hijo fue raptado por la “red púrpura” (tema central del segundo libro). Adicionalmente, ella es aficionada al karaoke, le gusta beber bastante, es medio obsesiva y capaz de “convivir” con la perversión de los asesinos. Esta última cualidad le resulta crucial para dilucidar todas las incógnitas.

Estilo

No son textos recomendables para personas sensibles, esto debido al nivel de crueldad demostrado por los psicópatas responsables de los crímenes. Es más, el sadismo es un elemento constante en las narraciones, con cuadros brutales, e, incluso, escatológicos. Al margen de toda la sangre —tan repugnante para algunos lectores como adictiva para otros— los tres libros están muy bien logrados.

Profundidad

A pesar de tener una protagonista un poco “cliché” para una novela negra, el enganche generado por los tres títulos es innegable. A esto contribuye mucho la estructura corta y vertiginosa de sus capítulos. Mientras hilo narrativo principal llevado por la resolución de los delitos, las historias y personajes complementarios aportan complejidad a la trama (sin restarle dinamismo).

En este sentido, Zárate hace de contrapeso perfecto y es el compañero de la inspectora Blanco. Por supuesto, la abuela hacker es el personaje más original de toda la saga. En conjunto, todos los coprotagonistas y cada una de las tramas secundarias reafirman el interés de los espectadores por conocer el desenlace de los acontecimientos.

La novia gitana (2018)

Argumento

Susana Macaya aparece muerta un par de días después de festejar su despedida de soltera. De entrada, es un crimen perturbador a causa de los agujeros conseguidos en la cabeza de la occisa, a través de los cuales le introdujeron gusanos. Por ello, los detectives relacionan el método de ejecución tortuosa con el caso de Lara Macaya, la hermana de Susana, asesinada siete años antes.

Aunque el homicida de Lara fue hallado y encarcelado, las dudas invaden a toda la brigada policial encabezada por la inspectora Elena Blanco. ¿Encerraron a un inocente? ¿Otro psicópata está repitiendo los mismos pasos? Solo un motivo parece incuestionable: el ensañamiento hacia las chicas novias de padres gitanos que han relegado sus tradiciones para integrarlas a la sociedad moderna.

La red púrpura (2019)

Argumento y sinopsis

Es el libro neurálgico de la saga, puesto que el final de la primera entrega culmina con la búsqueda más importante e íntima de Elena Blanco: la de su hijo Lucas. Además, La red púrpura abarca un sinfín de crímenes horrendos, incluyendo cuestiones relacionadas con las muertes de las hermanas Macaya.

Al igual que en La novia gitana, los hechos adquieren una inercia más movida poco antes de la mitad del libro. En ese punto, ya el lector se encuentra constantemente confrontado por preguntas en torno a la identidad y a las motivaciones de los criminales. Quienes, tienen una audacia y atrevimiento tan descarado, que son capaces de transmitir sus torturas por internet.

La nena (2020)

Inicio

Una vez desmantelada toda la red púrpura, Elena Blanco renuncia a la brigada de investigaciones para disfrutar de su vida en familia. Cabe acotar, la inspectora retirada pertenece a una familia bien acaudalada (este aspecto contrasta con el arquetipo de detective “mundano” de la novela negra). No en vano, ella posee una casa en la Plaza Mayor de Madrid.

Un desarrollo un poco predecible, pero igualmente adictivo

Blanco, es contactada de nuevo por la policía cuando una de sus investigadoras (Xesca) desaparece misteriosamente luego de ir a una fiesta. Específicamente, nadie la ha visto después una celebración de la entrada del año chino (el del cerdo). Allí, la desaparecida conoció a un hombre bastante atractivo, aunque un poco sospechoso. (Hasta ese punto, los sucesos resultan un poco previsibles, pero…).

Xesca despierta amarrada a una cama en un sitio cercano a una granja de ganado porcino (la muchacha puede escucharlos). Por ende, la fiesta y el rito macabro que está por comenzar parecen guardar algún tipo de relación enfermiza. De esa manera, se inicia una carrera contrarreloj por salvar a la chica en medio de una acción trepidante rebosada de pasajes espeluznantes.

¿El final?

La última parte de La novia gitana es una invitación a continuar explorando los acontecimientos en torno a la inspectora Blanco. A diferencia de las conclusiones de La red púrpura y de La nena, las cuales, parecen más definitivas. No obstante, dado el éxito editorial de Carmen Mola, no sería sorprendente la publicación de nuevos títulos protagonizados por Elena Blanco o, inclusive, una serie televisiva.


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