The boys es una serie de cómic escrita por Garth Ennis y dibujada por Darick Robertson. Aquí la publica el sello de referencia del género que es Norma Editorial. Y la ha puesto en el foco mediático su irreverente, brutal, rompedora y satírica adaptación a la televisión. Un éxito rotundo desde que se estrenó en verano que continuará en una segunda temporada recién acabada de rodar. Los superhéroes ya no serán nunca lo que eran. Yo no he podido disfrutarla más.
The boys – El cómic
De qué va
Estamos en un mundo donde un grupo de superhéroes, los 7, que trabajan para la corporación Vought, son unos corruptos y degenerados. Así que es necesario que alguien los mantenga a raya. Esos son los miembros de The Boys, tipos duros e igual de violentos y sin escrúpulos, algunos de los cuales han aceptado adquirir también superpoderes para poder poner en su sitio a esos superhéroes que son un fraude.
En papel
Echando un vistazo a las páginas de The boys se puede ver el derroche de violencia, cinismo, sangre y perversión que destila la creación de Ennis y Robertson en sus textos y dibujos. La propuesta de estos superhéroes tan deleznables, corruptos y perturbados y sus némesis igual de perturbadas y violentas es, cuando menos, original. Toda una vuelta de tuerca al universo de perfección física y moral de superhéroes que desde luego aquí son los peores villanos.
La crítica es para todos ellos. O mejor dicho, el acierto es presentarlos en su vertiente más humana, llena de debilidades, fallos y defectos que se ven más resaltados por su condición de superhéroes. La suposición de servir al bien y las causas justas echada totalmente por la peor tierra. Igual que se connota lo peor de la condición humana en sus oponentes sin esos superpoderes, o con algunos de ellos.
El rosario de personajes es memorable en los dos bandos, dibujados con trazos gruesos y diálogos expeditivos y sin censura. Billy Carnicero es el reflejo perfecto de su archienemigo, el psicópata Patriota, líder de los 7, que trabajan para la todopoderosa corporación Vought, y sobre todo para sus propios intereses. Pero lo son todos de todos y sus historias personales se entrecruzan con idénticos matices sin escrúpulos y a cada cual más salvaje. Solo hay que leer esos nombres: Leche Materna, la Hembra, Frenchy, Negro Oscuro, Profundo…
Para conocerlos bien a fondo están las ediciones integrales que se han publicado.
The boys – La serie de televisión
Creada por Erik Kripke, que también hizo Sobrenatural, los 8 episodios que componen su adaptación a serie de televisión han plasmado con gran éxito la esencia del cómic. Visualmente, sin dejarse un gramo de la violencia y crudeza de las viñetas y con unos efectos especiales más que destacables. Y formalmente con un guion que también firma su propio escritor Garth Ennis, entre otros.
Por supuesto existen diferencias con el cómic, tanto en la creación y tratamiento de los personajes como en diferentes momentos y destinos que le venían mejor a la narración televisiva. Pero no voy a destripar esos detalles por si el personal no la ha visto. Algunos de ellos afectan a los personajes como, por ejemplo, a uno de los protagonistas, Hugh Campbell, cuyo trazo de papel es completamente distinto al del amable físico que le da Jack Quaid en la serie de televisión.
Pero el acierto en el reparto elegido es indudable y otra de las grandes bazas para el éxito de The boys. Así sobresalen fundamentalmente ese Patriota que compone a la perfección el neozelandés Antony Starr. Y le da la mejor réplica el Billy Carnicero de otro compatriota, un Karl Urban que, por fin, consigue seguramente ese de papel de su vida que se iba mereciendo después de tantos anillos y viajes en la Enterprise.
Sin embargo, todos sacan lo mejor de lo peor de esa concepción de superhéroes y humanos a cada cual más despreciable. Así que no os la perdáis. El entretenimiento está asegurado.