Rojo, blanco y sangre azul
Rojo, blanco y sangre azul —Red, white and royal blue, por su título original en inglés— es un romance queer contemporáneo escrito por la joven periodista y autora estadounidense Casey McQuiston. La idea de la novela surgió por primera vez en 2016, durante el proceso electoral de Estados Unidos. Más tarde, después de una ardua investigación, el libro de McQuiston fue publicado por la editorial RBA en 2019. Para sorpresa de la escritora, su título fue un gran éxito.
El mismo año de su lanzamiento se quedó con dos de los más deseados premios de Goodreads Choice Awards: mejor debut y mejor novela romántica. Rojo, blanco y sangre azul es un soplo de aire fresco dentro del género new adult, pues, a diferencia de romances heterosexuales como Alter, de Anna Todd, o A través de mi ventana, de Ariana Godoy, nos encontramos ante una buena construcción de personajes, escenarios y tramas.
Sinopsis de Rojo, blanco y sangre azul
La evolución de un concepto
Casey McQuiston siempre tuvo la intención de escribir una historia queer, pero no sospechaba lo que sus dos protagonistas principales iban a representar para los lectores de su país y otras regiones a lo ancho del mundo. Rojo, blanco y sangre azul no solo exalta la diversidad sexual, racial, política y de pensamiento, sino que, además, lo hace de manera bastante realista. Sus personajes se sienten verosímiles, las situaciones pasan de lo hilarante, a lo dramático, luego a la tensión y la sensualidad de manera fluida, sin brusquedades.
Como en toda historia orientada al público que acaba de llegar a la adultez, esta novela cuenta con varias escenas sexuales. Sin embargo, no se asemejan a las que podrían encontrarse en 365 días o, incluso, en fantasías como De sangre y cenizas. Esto se debe a que las secuencias eróticas se sitúan después de un lento acercamiento, de la evolución de una amistad construida con base en momentos que marcan a ambos protagonistas.
¿El amor puede cambiar el mundo?
Alex Clarademont-Díaz es el hijo de América, el consentido de la prensa, y, en suma, el primogénito de la primera presidenta de los Estados Unidos. Además, es un ganador en todos los aspectos: es inteligente, dotado de un gran carisma, amable, atractivo, y con una prometedora carrera política. También es uno de los elementos fundamentales en el marketing de campaña de su madre, hecho que a él le encanta. El único problema de Alex es su homónimo inglés: el hijo de la reina de Inglaterra, Henry.
Para Alex, un joven expresivo, risueño y bueno con las relaciones sociales, Henry resulta un muchacho orgulloso, altanero, grosero y prepotente. Ambos son rivales desde que tuvieron la desdicha de coincidir, años atrás. Con los años, las rencillas entre ellos han crecido bastante. Aun así, deben encontrarse de vez en cuando en eventos públicos entre sus dos naciones.
Los jóvenes tienen que asistir a una fiesta en particular en la que, después de insultos y golpes, terminan encima de un pastel, uno sobre el otro, con todas las cámaras alrededor.
Un plan maestro que se sale de control
A partir de ese espectáculo, las relaciones entre Estados Unidos e Inglaterra se enfrían. Para mejorar el trato entre ambos países, las madres de los muchachos deciden armar una estrategia publicitaria: convertir a sus hijos en los mejores amigos ante el público.
Para ello, Alex y Henry se ven obligados a asistir juntos a varios lugares, y dejarse ver como grandes compañeros. Alex Clarademont-Díaz siempre ha querido ser político, y no dejará que un mimado como Henry arruine sus sueños.
El príncipe, por su parte, no se encuentra contento con su nueva situación, pero su vida jamás le ha pertenecido, por lo que debe hacer lo que se le dice. Al principio, los encuentros son incómodos para los protagonistas.
No bastante, a medida que comienzan a pasar más tiempo juntos y a conocerse, descubren que existen más aspectos en común entre ellos de los que se esperaban. Alex, por ejemplo, se da cuenta de que Henry puede ser bondadoso, tierno y gracioso.
Sobre los protagonistas
Alex Clarademont-Díaz
Al principio, se describe a Alex como un joven que es adorado por su familia, la prensa y su país. Sus padres han sido políticos desde que él era un niño, y no existe nada que el muchacho desee más que alcanzar el éxito en ese mundo donde creció.
Más adelante, cuando es obligado a pasar tiempo con el príncipe Henry, este último le hace redescubrirse, y evaluar ciertos aspectos de los que no estaba consciente. Entonces, le sobreviene una fuerza que no sabía que tenía.
Henry
La vida del príncipe de Inglaterra siempre ha estado planificada. Henry está rodeado por personas que le dicen qué hacer, y cómo, cuándo y dónde hacerlo. Sus rutinas lo han convertido en un joven rígido y formal, pero también en alguien un poco altivo y grosero con otros. Sus únicas vías de escape son la literatura, las películas de Star Wars y Alex, su antiguo archienemigo, quien, poco a poco, se convirtió en su mejor amigo y un poco más.
Sobre la autora, Casey McQuiston
Casey McQuiston
Casey McQuiston nació en 1991, en Baton Rouge, Luisiana, Estados Unidos. Realizó estudios de periodismo en la Universidad Estatal de Luisiana. Antes de que su nombre fuera conocido a nivel internacional por sus novelas de corte romántico, McQuiston trabajó como mesera. Además, colaboró con varias publicaciones y revistas locales. Más tarde, recibió reconocimiento en Estados Unidos por su primera novela, la cual estuvo en la lista de los más vendidos del New York Times.
McQuiston se considera no binaria, y utiliza los pronombres ella y él indistintamente. La razón por la cual decidió escribir novelas new adult queer está relacionada con que cursó estudios en una escuela cristiana evangélica conservadora, donde los estudiantes no tenían derecho a expresar libremente sus preferencias sexuales. En ese contexto, la autora quiere reivindicar el sentido de pertenencia de los jóvenes LGBTQ+.
El padre de McQuiston falleció en 2014. Desde entonces, la autora tuvo que sobrellevar problemas de salud mental. De igual manera, dice que encontró en las letras un oficio muy terapéutico. Asimismo, ha confirmado en varias ocasiones que padece déficit de atención. Ella sostiene que su proceso creativo no es lineal. En muchas ocasiones, escribe secciones que no están asociadas con los párrafos anteriores, porque eso es lo que su cerebro puede procesar en ese momento.
Otros libros de Casey McQuiston
- One Last Stop — Una última parada (2021);
- Kissed Shara Wheeler — Yo besé a Shara Wheeler (2022);
- Bloody, Lovely — Sangriento, encantador (2022).