Macbeth, de Shakespeare. Evolución en la amistad de Banquo y Macbeth

Ilustración de portada: (c)Rafael Mir. Mil gracias, maestro Mir.

Hace unos días reseñaba la magnífica versión de Macbeth por Jo Nesbø. Hablé de un ensayo literario que hice en mis tiempos universitarios de estudiante de F. Inglesa que, obviamente, incluía el estudio de la obra de Shakespeare. Destacaba Macbeth como mi título preferido y resaltaba lo que en su día más me atrajo de este clásico: la amistad entre el protagonista y su capitán Banquo y cómo evoluciona. Y es que, quizás más que Macbeth o Lady Macbeth, me gustaron Banquo sobre todo y también el personaje de McDuff.

He podido rescatar aquel ensayo en un ejercicio ímprobo de búsqueda entre mil papeles guardados. El original, también obviamente, fue en parla sajona que he traducido. De modo que, con esas humildes líneas de estudiante escritas hace más de 20 años, espero acercar un poco más esta obra inmortal a los lectores.

Introducción

La evolución en la amistad de estos dos personajes es uno de los factores más importantes al comienzo de la tragedia de Macbeth, sin tener en cuenta la propia ambición del protagonista. Todo es una consecuencia derivada de las profecías de las Tres Brujas y la vulnerabilidad de Macbeth contra ellas que no es causada por simple superstición, sino por esa ambición que lo mueve a tantas malas acciones posteriores.

Macbeth equivoca el hecho de que las dos profecías han sido ciertas porque eso lo lleva a pensar en su poder de conseguir lo que quiere usando sus propios métodos. Así que la lealtad, el concepto más importante en la vida de Macbeth, al rey Duncan y sus amigos, en este caso, a Banquo, desaparece completamente. Macbeth se corrompe y rompe todos sus juramentos, deja de confiar en todos, muchas veces incluso en sí mismo.

Sin embargo, de lo que va esto es de la evolución en esa amistad de Macbeth y Banquo desde el punto de vista del segundo, aunque es Macbeth el que la rompe, por su ambición y miedo, al matar a su amigo.

Análisis

La estructura de la tragedia de Macbeth es muy simple. Ya está establecida la grandeza del protagonista: es tentado, cae en esa tentación y es destruido por ello. A Banquo podía haberle ocurrido lo mismo. Su lealtad hacia Macbeth y su amistad podrían haberlo conducido por el mismo camino, incluso pasando por encima de su amigo si atendiese o siguiese las profecías de las Brujas sobre sus hijos, que se convertirán en reyes, pero no él.

Puede entenderse que ese posible acceso al trono lo haga pensar en ello, pero Banquo no actúa porque se da cuenta de que cualquier tentación puede volverse en contra y traicionar a uno mismo. Sin embargo, ayuda a Macbeth en sus propósitos permaneciendo siempre a su lado. Así que, la principal virtud de Banquo es la lealtad en lo bueno y en lo malo, pese a que en algún momento él se queje de ello y esté celoso de la suerte de Macbeth.

Pero para ver cómo se desarrolla el personaje de Banquo hay que seguir algunos puntos:

1. La reacción de Banquo durante el primer encuentro con las Brujas

Antes del encuentro con ellas a Macbeth y Banquo todo les ha salido bien. Se ha demostrado su valor y orgullo en la batalla contra el ejército del rey noruego y así llega a oídos del rey Duncan, que decide recompensar a Macbeth con el título de uno de los derrotados.

Pero entonces, tras regresar de la batalla, Banquo es el primero que ve a las Brujas y les pregunta quiénes son sin mostrarles ningún miedo. Sin embargo, las Brujas solo responden con loas y presagios para Macbeth, que permanece sin decir una palabra y a la espera. Al oír eso, Banquo sigue sin tener miedo y, lo que es más, pregunta por qué a él no se le profetizan esos honores como a Macbeth y exige una respuesta, mostrando por el tono de sus palabras que no está asustado:

…no solicito sus favores ni su odio, pero no les tengo miedo.

Ahí se ve que contrastando con la mudez de Macbeth, Banquo no se impresiona con esos sorprendentes mensajes, cuestiona las palabras de las Brujas. Ellas le dan una respuesta que no es tan buena para el presente, pero sí para un momento futuro.

¡Menos grande que Macbeth y más grande que él!

¡No tan feliz y sin embargo, mucho más feliz!

Y así será porque llegará a ser más grande que Macbeth gracias a esta lealtad y dignidad. Y aunque será asesinado, su muerte no será tan trágica como la de Macbeth. Además, la predicción de ser el padre de una línea sucesoria al trono se cumplirá con su hijo Fleance. Por tanto, pese a su muerte, Banquo será más afortunado.

Así que, cuando las Brujas se marchan y Macbeth se queda pensando sobre lo que ha ocurrido y deseando que le hubieran dicho algo más, los dos amigos se preguntan sobre lo que han visto y oído. Tienen un primer diálogo en el que hablan sobre lo que va a ser de ellos. Este es el primer paso para su futura separación. Porque aunque es solo una charla sobre lo sucedido, más tarde se darán cuenta de lo que significa realmente.

2. La posible caída de Banquo a la tentación de las profecías

Al haberlo informado de su designación como Barón de Glamis y Cawdor, dos de las profecías de las Brujas, Macbeth se ciega de ambición por conseguir la corona, ya que eso no se lo profetizaron, y ya no dejará de pensar en ella. Banquo solamente hablará del estado de ánimo que advierte en su amigo desde aquel momento y le dice que siempre lo seguirá. Macbeth, viendo eso, decide hablar más tarde con él cuando todo sea más claro y esté más calmado.

De ese punto al asesinato del rey Duncan en el castillo de Macbeth hay solo un paso, pese a las inseguridades del protagonista, que necesita el coraje de su esposa, Lady Macbeth, para cometer el crimen. Antes, mientras Macbeth está meditando su traición, tiene otra breve conversación con Banquo, que está allí en compañía de su hijo Fleance. Macbeth le reitera que, cuando tengan tiempo, hablarán otra vez sobre las profecías. Banquo se muestra de acuerdo, repitiéndole a Macbeth que está a su servicio y permanece leal al rey.

Pero no hablarán más y el asesinato del rey a manos de Macbeth permanecerá oculto a todo el mundo. Así que Banquo es el primero que desea aclarar las razones de esa muerte y buscar cualquier posible conspiración. Esas palabras harán que Macbeth se asuste y tenga miedo de él.

Sin embargo, Banquo también empieza a sospechar de Macbeth, una vez que este ha conseguido la corona y reina junto a su esposa. Esto se expresa en el corto monólogo que encabeza la primera escena del tercer acto. Banquo se refiere a cómo Macbeth ha conseguido todo lo que le anunciaron las profecías, pero teme que los métodos de su amigo sean reprobables y movidos por la traición y la ambición. Y se pregunta de nuevo, como en el encuentro con las Brujas, por el éxito de Macbeth y no el suyo.

… ¿por qué razón no habían de ser también oráculo para mí y alentarme esperanzas?

Aquí Banquo todavía guarda cierta confianza en que se cumplirá lo que se anunció para él y mantiene su lealtad ahora a Macbeth como su rey. Pero, también como hizo Macbeth, Banquo podría haber pensado en la misma traición hacia su amigo por esa misma incomprensión ante los privilegios de Macbeth. Sin embargo, su reacción no va más allá. Solo se queja del juego sucio de Macbeth para hacerse con la corona y el poder.

3. Razones por las que Macbeth piensa que tiene que matar a Banquo

Es entonces cuando Macbeth se siente en peligro. Ahora es el rey, pero también es consciente del modo en que lo ha conseguido y empieza a no confiar en nada, así que por supuesto de quien más teme es de Banquo.

Todo esto se ve claramente en el monólogo de Macbeth en la primera escena del tercer acto. Macbeth sabe de la integridad de Banquo y su correcto modo de pensar que lo hace actuar con mucha confianza en sí mismo. Estas son las palabras:

De nada sirve ser de este modo soberano; tiene que acompañarme la seguridad de serio. Aumentan mis recelos en Banquo; y precisamente en el dominio que tiene de su carácter está lo que de él puede temerse; mucho es a lo que se atreve; y al temple indomable de su ánimo acompaña una cordura que guía su valor para manifestarse sabiamente. Nadie sino él me amedrenta […].

Por tanto, Macbeth considera a Banquo una gran amenaza para su reinado. Incluso más cuando piensa de nuevo en las profecías que, pese a darle la corona y el poder inmediato, también hay una recompensa para Banquo pero mucho más duradera como padre de una línea real mientras que a él no le dijeron nada sobre ese asunto. Así que Macbeth se da cuenta de que si eso ocurre es porque él ha ayudado a que se haga realidad, haciéndose con el trono para dejarlo a los hijos de Banquo, gracias a su propia corrupción:

[…] he corrompido mi alma por la descendencia de Banquo […].

En consecuencia, debe cortar con ese origen, es decir, tiene que matar a Banquo y, por supuesto, a su hijo Fleance. Macbeth lo hará así, pero mediante unos sicarios a los que miente diciéndoles que Banquo es su enemigo. Si Banquo sigue con vida, Macbeth y su reino no estarán seguros en absoluto.

Banquo es asesinado, pero no su hijo. La profecía se cumplirá y entonces comenzará la tragedia para Macbeth. Esto ocurre en la cuarta escena del tercer acto, cuando en el banquete que da Macbeth le informan de la muerte de Banquo y la huida de Fleance, así que se preocupa otra vez hasta el trágico final.

En esta misma escena se le aparece el fantasma de Banquo, que entra y se sienta en el trono como una señal de que sus hijos serán pronto los que lo ocupen. Es lo que causa el comienzo de la locura de Macbeth. Para algunos expertos de la obra este fantasma que solo ve él es la personificación de los miedos y terrores de Macbeth.

Para finalizar

Podríamos encontrar un tercer aspecto que es la influencia que podría haber tenido Banquo en Macbeth. Están juntos todo el tiempo, y aunque Banquo se mantiene leal a sus principios también se los oculta a Macbeth, porque no está seguro sobre el asesinato del rey Duncan a sus manos para conseguir el trono.  Y es que, como Macbeth, también piensa en las profecías. Por tanto, si su amigo no consigue el trono, él no será tampoco padre de reyes, así que prefiere dejar las cosas como están. Sin embargo, es posible que hubiera podido influir en los actos de Macbeth.

En definitiva, la evolución de esta amistad está marcada por las profecías, por el destino y por una gran diferencia en el valor que supone la ambición para cada uno de los personajes.

  • Sobre el ilustrador Rafa Mir todo aquí.

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