Frase de John Verdon.
John Verdon es un novelista estadounidense muy conocido por la serie thrillers de misterio protagonizados por el detective Dave Gurney. Previo a su estreno literario, Think of a number (Crown/Random House; 2010), el autor neoyorkino tuvo una larga y exitosa carrera en el mundo publicitario. Sin embargo, el propio escritor afirma en su página web que “siempre quise ser alguien más”.
Entonces, su libro debut —comercializado en español como Sé lo que estás pensando— significó una irrupción perfecta alto dentro del mundo de las letras. Se trata de un texto que evidencia muchas de las líneas maestras creadas por los literatos con mayor influencia en Verdon: Sir Arthur Conan Doyle, Ross McDonald y Reginald Hill.
La vida de Verdon: the american dream
Atendiendo a su biografía, Verdon, a su manera, ha sido el protagonista de una versión del Sueño Americano. Nacido en Nueva York el 1 de enero de 1942, se dedicó cerca de 30 años a escribir textos publicitarios para agencias neoyorquinas. Una vez jubilado del mundo de los spots, centró sus energías en la construcción de muebles y en la carpintería en general.
Después de 10 años trabajando con objetos de madera, su esposa recibió la jubilación (ella es profesora). Entonces, tras quedar sin ataduras al Bronx y a la Gran Manzana, la pareja decide instalarse cómodamente en una cabaña dentro de las montañas de Catskill. Se trata de un condado rural, todavía en el estado de Nueva York, de ambiente pacífico y tranquilo.
Misterios en la montaña
La vida en el retiro supuso para Verdon mucho tiempo para leer. En realidad, la literatura ha sido una pasión siempre latente en él, pero solapada por sus antiguas ocupaciones diarias… La novela policial se convirtió en su género favorito, con el icono de los detectives al frente: Holmes de Sir Arthur Conan Doyle.
Su esposa, al ver el entusiasmo del futuro escritor para devorarse una tras otra las intrigas policiales, logró persuadirlo que escribiese su propia historia. Luego de dos años de arduo esfuerzo, el mundo conoció a David Gurney, en su primera aparición Sé lo que estás pensando (2010).
Superventas instantáneo
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Si bien Think of a number no pasó a engrosar formalmente la categoría de Best Seller, el debut de John Verdon fue todo un éxito. Es más, pocos autores pueden presumir un número uno en ventas con su “ópera prima”. Sé lo que estás pensando “secuestró” el interés de los lectores por las intrigas.
De acuerdo con la crítica, este título consiguió refrescar los siempre atractivos misterios de “habitaciones cerradas”, provocando así una avalancha de lectores. Aunque Verdon —un tanto ingenuo y despreocupado— empezó a entender la dimensión de su creación cuando su editor lo llamó poco tiempo después. El pedido: otra historia con el mismo protagonista.
Escritor tardío, pero prolífero. Algunas de sus obras.
Los deseos del público no se hicieron esperar. Claro, el gran mérito del editor fue apostar por un “universo” (aparentemente) inagotable. Apenas un año más tarde llegó a las librerías la segunda de la aventuras protagonizada por Gurney: Shut Your Eyes Tight (comercializado en español como No abras los ojos).
El resultado: un superventas en toda la extensión de la palabra. Número uno por varias semanas en varios países, a ambos lados del Océano Atlántico. Asimismo, el segundo título de Verdon evidenció una clara evolución en el camino hacia la madurez literaria y una mayor seguridad en la elaboración de tramas.
¿La fórmula sin fin?
La segunda entrega de Dave Gurney fue considerada mejor que la primera. En consecuencia, la llegada de más entregas del detective de Verdon era cuestión de tiempo. Un año más tarde se lanzó el tercer capítulo de la saga: Let the Devil Sleep –Deja en paz al diablo (2012).
No obstante, a diferencia de lo ocurrido con la entrega previa, en esta oportunidad la construcción del entramado se le notó más mecanicista y menos fluida. De hecho, el autor prescindió de la originalidad, probablemente recurrió a fórmulas probadas para cumplir exitosamente con el encargo. En cualquier caso, sus fans quedaron contentos y, por supuesto, la editorial también.
Un poco de calma
Dedicado a tiempo completo a su nuevo oficio, habituado a las giras, las ruedas de prensa y al jet lag, Verdon se demoró un par de años en publicar una nueva novela. Con No confíes en Peter Pan (2014) —Peter Pan Must Die, título original en inglés— el autor estadounidense recuperó la frescura de sus líneas, así como demostró una fórmula menos simplista y más creativa.
El siguiente libro, Controlaré tus sueños (2015) —Wolf Lake, título original en inglés— se diferenció de sus predecesores por su trama más cercana a la fantasía. De todas maneras, Verdon se las ingenió para mantener a los lectores junto a sus personajes en el mundo real, a pesar de los frecuentes trazos oníricos.
Arderás en la tormenta ¿Lo mejor de John Verdon?
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Los incansables fanáticos del autor debieron esperar hasta 2018 para poder saborear la siguiente investigación a cargo del detective retirado David Gurney. White River Burning (título original en inglés) es un policial en toda la norma. Pero con un contexto digno de una auténtica obra trascendental debido a su radiografía de los Estados Unidos de Donald Trump.
El libro desnuda la paradoja estadounidense: racismo, brutalidad policial, un sistema judicial contaminado, funcionarios que abusan de su poder… En medio de una sociedad incapaz de mirarse a sí misma e inmersa en un espiral de venganza y violencia sin fin. El autor remata todo con un final sorprendente.
Ventas Vs Calidad: El debate sin fin
Los dos primeros títulos de Verdon fueron recibidos con entusiasmo (no solo por los fanáticos de las novelas policiales). Posteriormente, la escritura mecánica de Deja en paz al diablo, el tercero de los siete (en 2020 se publicó el séptimo, El ángel negro), puso sobre la mesa un debate que tarde o temprano iba a llegar. ¿Cuáles son los méritos de John Verdon como escritor?
El autor neoyorkino se toma todo lo ocurrido desde el lanzamiento de Sé lo que estás pensando con muchísima naturalidad. Ciertamente, agradece a sus lectores por permitirle dedicarse a una actividad enriquecedora (en todos los sentidos del término) y pasar la tercera edad sin preocupaciones. Hay quienes se niegan a leer sus libros por considerarlo un escritor comercial.
Y siempre surge la misma pregunta: ¿hay algo de malo en eso?