James Nava | Fotografía cortesía del autor.
James Nava es de origen español pero lleva mucho años en los Estados Unidos, completamente integrado en su cultura y forma de vida. Se ha hecho un hueco en la literatura cultivando un género poco frecuente, pero siempre atractivo: la ficción histórica ambientada en el Oeste americano. Publica con su propia editorial, Sniper Books. En esta extensa entrevista nos habla de sus obras y de mucho más. Le agradezco mucho el tiempo y la amabilidad dedicados.
James Nava — Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Tus novelas están ambientadas en el Oeste americano. ¿Por qué escogiste aquella época y qué es lo que más puedes destacar de ellas?
JAMES NAVA: Me fascina la historia de los Estados Unidos y la etapa que abarca la conquista del Oeste es una de las más trepidantes e inspiradoras. Se pueden desarrollar géneros literarios muy diversos sin salir de la época: aventura, historia, acción, romance, etc. Mis últimas novelas ambientadas en el Oeste americano son El sueño del Oeste, Jinetes de honor y Coraje de patriotas, forman parte de una saga con la que quiero recorrer las principales décadas en las que se forjó Estados Unidos en tantos aspectos sociales, culturales, políticos y económicos.
Destaco la trama dinámica, las referencias históricas interesantes, los personajes entrañables, la cercanía de la naturaleza, y lo inspiradoras que pueden resultar para los lectores actuales.
La historia norteamericana
Cada una de estas novelas se centra en eventos destacados, como son las caravanas de colonos rumbo a Oregón, la Guerra de Secesión, la impronta de Lincoln, la expansión de la ganadería, las disputas por los territorios o las guerras indias. También la presencia constante de los lobos y una naturaleza indómita, y la aparición de héroes en situaciones complicadas. Todo ello con el trasfondo de historias personales que nos acercan la humanidad de los personajes, su psicología, sus relaciones y el papel que juegan en la historia.
En suma, los lectores encontrarán aventuras, historia, y la épica de la conquista del Salvaje Oeste.
- AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y la primera historia que escribiste?
JN: Sí, algunas de ellas fueron La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson, Las ratas y El camino, de Miguel Delibes; El último mohicano, de James Fenimore Cooper; El rey de los osos, de James O. Curwood; El viaje al mundo en 80 días, de Julio Verne; Ivanhoe, de Walter Scott; El club de los Cinco y El club de los Siete, de Enid Blyton; Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain. Y muchas más. Ya que era (soy) un lector voraz.
La primera que escribí fue acerca de una historia costumbrista ambientada en un pueblo y la naturaleza que la rodeaba.
- AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
JN: Creo que de la mayoría se puede aprender y disfrutar leyendo. Lógicamente hay algunos que prefiero por unas u otras razones. Entre ellos estarían Mark Twain, Ralph Waldo Emerson, Charles Dickens, Louis L’Amour, Jack Schaefer, Dorothy M. Johnson ,Willa Cather, Miguel Delibes, Norman Mailer, Oakley Hall, John Steinbeck, Jack London, Tom Wolfe, Robert Ludlum…
La lista sería muy larga porque disfruto con distintos géneros literarios y, a diferencia de otros lectores, no tengo prejuicios a la hora de leer. Únicamente valoro la calidad y el talento.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
JN: Hay muchos, por supuesto, por ejemplo, Shane, de la novela Shane de Jack Schaefer, que fue llevada al cine y en España se conoce como Raíces profundas. Otros buenos personajes a elegir serían Jack Ryan de Tom Clancy, Jason Bourne de Robert Ludlum, el teniente Dunbar de Bailando con lobos, de Michael Blake, o Tom Sawyer de Mark Twain.
Géneros y lecturas
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
JN: No tengo manías en este tema. Sólo necesito un entorno tranquilo, sugerente, tiempo y concentración para escribir o para leer.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
JN: Me gusta escribir temprano en mi despacho de casa, pero realmente me vale cualquier lugar o momento del día o de la noche. Puedo escribir en pleno campo, frente a una chimenea encendida o en un parque. Tampoco necesito café, fumar (no fumo), beber alcohol (tampoco bebo) o adoptar cualquiera de esas actitudes bohemias, anárquicas o decadentes que se asocian con los escritores. Soy disciplinado y disfruto esos momentos escribiendo o leyendo con todos mis sentidos activados.
- AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?
JN: Sí, por supuesto, me gustan casi todos los géneros literarios: histórico, thriller contemporáneo, política ficción, misterio, novela negra, ciencia ficción, novela romántica, de aventuras, fantasía, biografías, ensayos, etc. Creo que todos tienen un buen puñado de obras maestras que merece la pena leer, incluso aunque no sean de tus favoritas. La mayoría tienen algo positivo que aportar.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
JN: Ahora estoy leyendo Tierra salvaje, de Robert Olmstead. Reconstruye la época de las grandes matanzas del bisonte americano. Narra la epopeya de las caravanas en el Oeste en el marco de una historia de amor, lucha y sacrificio. Una gran novela.
En la actualidad estoy compaginando la campaña de promoción de mi última novela publicada, Coraje de patriotas, (sin apenas medios, pero con mucho espíritu de lucha, ilusión y los mejores aliados que uno pueda desear), con la escritura de mi nueva novela, continuación de esta saga que estoy dedicando al western histórico. En ella avanzo en la historia de los Stockton y el resto de personajes históricos y ficticios.
James Nava y el panorama editorial
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial en general?
JN: Es evidente que hay un exceso de publicación que el mercado no puede asumir, con lo cual se convierte en una trituradora de libros, ya sean buenos o malos. Que haya tantísima variedad es positivo, pero el ecosistema editorial actual no funciona tal y como está montado y gestionado. Hay demasiados fallos que impiden una sana oferta y demanda.
Las grandes editoriales ya no buscan la originalidad, imponen autores y novelas que en su mayoría son prescindibles y mediocres (por no decir otras palabras malsonantes). Sólo una mínima parte merece la pena leerse. Incluso la oferta de novelas enfocadas al puro entretenimiento es cada vez de peor calidad, con argumentos flojos, y centrada en autores pagados de sí mismos que van de estrellas sin merecerlo la mayoría de las veces.
En cambio, asistimos a la publicación de novelas realmente buenas en editoriales más pequeñas o sin tanto marketing alrededor que el mercado no conoce, no admite o directamente margina. Pero que son las que tienen mayor calidad e interés y abren nuevos horizontes literarios.
Además, el sector editorial se enfrenta a otros desafíos importantes: lo que se promociona y se vende por grandes grupos editoriales y que los lectores leen como si fueran de usar y tirar no siempre es lo mejor, de hecho, pocas veces. Se están imponiendo géneros, tendencias literarias y argumentos en algunos casos absurdos, en línea con lo políticamente correcto, pero que no aportan ni transmiten autenticidad ni valores de ninguna clase.
Medios de comunicación
Asimismo, desde los medios de comunicación asistimos a una censura y discriminación por parte de muchos responsables en las áreas de cultura, un maltrato evidente a los escritores y editoriales pequeñas que no están en el establishment literario.
Toda la promoción y los mejores espacios en los medios periodísticos, las revistas, las emisoras de radio o de televisión son para los autores y las editoriales de ese establishment que tienen abundantes recursos humanos y económicos para influir en esos responsables y sus medios. Esa es la razón de que la gente no conozca a otros escritores que merecen la pena. Digo todo esto para defender el trabajo de muchísimos escritores y editoriales marginados y silenciados.
Por mi parte, tengo suerte porque publico con mi propia editorial cuando y como quiero, con extraordinarios profesionales implicados en cada etapa del proceso que me dan independencia para actuar y hablar con libertad. Por fortuna, quedan algunos grandes amantes de los libros en medios que apoyan la pluralidad cultural y que abren las puertas a todo tipo de autores con buenas obras literarias. Esas buenas personas, libres de prejuicios, mantienen viva la llama de la cultura y la acercan a la gente con esfuerzo e implicación.
Me quedo con su compromiso, generosidad y pasión por los libros y la cultura frente a esos otros tiranos que abundan en el mundo cultural, mediático y periodístico.
- AL: ¿Qué tal estás llevando el momento actual que vivimos desde una perspectiva cultural? ¿Te resulta inspirador para historias futuras?
JN: Lo llevo bien porque estoy inmerso en mi mundo literario, al margen de presiones editoriales, de jefes o ejecutivos que sólo piensan en cuánto dinero ganar o vivir para el escaparate social, y de las modas absurdas que impregnan las acciones culturales, de la mayoría de las cuales no participo ni me gustan.
Sí, hay material inspirador de sobra para posibles novelas, sobre todo en el ámbito del thriller político, de espionaje y acción militar.
En suma, el mundo actual desde una perspectiva cultural deja mucho que desear. Sólo se salva por excepcionalidades de enorme calidad aquí y allá.