Diez negritos: ¡y no quedó ninguno!

Diez negritos

Diez negritos (Ten Little Niggers) se publicó en 1939. Es una obra de la reina del crimen, Agatha Christie, y figura como una de las novelas policiacas más vendidas de la historia. La polémica ha surgido a su alrededor en los últimos tiempos debido a su título, que ha sido cambiado al español en algunas ediciones por Y no quedó ninguno (And Then There Were None), por considerarse más apropiado.

Un grupo de diez personas sin vínculo entre ellas se reúnen en la mansión de una pequeña isla de la costa de Inglaterra. Recibieron la invitación del señor Owen, dueño del caserón, a quien tampoco conocen. Después de la cena y tras escuchar una misteriosa voz que les imputa crímenes a cada uno de ellos, los invitados serán eliminados al ritmo de una perturbadora canción infantil… ¡hasta que no quedó ninguno!

Diez negritos: ¡y no quedó ninguno!

La extraña invitación

La historia comienza con la invitación de diez desconocidos a una misteriosa mansión ubicada en una isla de Devon (la Isla del Negro), al suroeste de Inglaterra. Allí no llegan a conocer al señor Owen, el dueño de la casa. Les ofrecen una cena, tras la cual, serán sorprendidos por una cinta que reproduce acusaciones muy graves para los allí presentes, afirmando que son perpetradores de varios crímenes. Lo que parecía el agasajo atrayente de un millonario se convierte en una pesadilla y en el final para todos ellos. Con perplejidad, comienzan a morir al ritmo de una siniestra canción que se anticipa a lo que está por venir.

Si la extraña invitación, así como la grabación que escuchan los invitados, no fueran suficientemente extrañas, el misterio aumenta con las muertes de todos los invitados. Muertes en extrañas circunstancias, una detrás de otra, al son del estribillo de una melodía infantil. Como al final no queda ninguna de las personas para resolver el misterio, Agatha Christie utiliza otro medio para aclarar al lector la intriga con que inicia la novela.

Misterio al estilo de Agatha

Las diez personas reunidas tienen diversas biografías y profesiones: un médico, una fanática religiosa, un militar, una institutriz, un hombre de negocios, un juez, un expolicía, un joven mujeriego y un matrimonio contratado para atender a los invitados. Ninguno se conoce y parece estar seguro de que no ha hecho nada malo en el pasado. Comienzan a sospechar de todos, pero con cada muerte, el círculo se va cerrando y la esperanza de salir con vida de la isla se vuelve la auténtica preocupación.

La sospecha y el recelo se huele en las paredes de la mansión en todo momento. Diez negritos es una de esas novelas que se disfrutan lentamente y temblando por lo siguiente que pueda pasar. Es una narración que incita al lector a participar también del misterio, como todas las novelas de Agatha Christie, que atrapa desde el principio hasta el final. De hecho, es en el final cuando se aprecia lo maravilloso de la historia, en un sentido de fascinación por el género negro.

Isla de Reino Unido

Diez negritos se fueron a cenar

La canción se encuentra en las paredes de los dormitorios de los huéspedes y augura el final de cada uno de ellos. Debido a que la palabra niggers en inglés es peyorativa se han hecho varias revisiones con palabras como indians. La traducción dice así:

Diez negritos se fueron a cenar.

Uno de ellos se asfixió y quedaron

Nueve.

Nueve negritos trasnocharon mucho.

Uno de ellos no se pudo despertar y quedaron

Ocho.

Ocho negritos viajaron por el Devon.

Uno de ellos se escapó y quedaron

Siete.

Siete negritos cortaron leña con un hacha.

Uno se cortó en dos y quedaron

Seis.

Seis negritos jugaron con una avispa.

A uno de ellos le picó y quedaron

Cinco.

Cinco negritos estudiaron derecho.

Uno de ellos se doctoró y quedaron

Cuatro.

Cuatro negritos fueron a nadar.

Uno de ellos se ahogó y quedaron

Tres.

Tres negritos se pasearon por el zoológico.

Un oso les atacó y quedaron

Dos.

Dos negritos se sentaron a tomar el sol.

Uno de ellos se quemó y quedó nada más que

Uno.

Un negrito se encontraba solo.

Y se ahorcó y no quedo…

¡Ninguno!

Casa con lavanda

Conclusiones

La tensión de la trama, el desenlace increíble y los diálogos que promueven la agilidad y el misterio hasta el final convierten la novela en un clásico del género. La desconfianza se adueña de la novela y del lector que tendrá que descubrir quién es el verdadero asesino. Agatha Christie no lo pone fácil y al igual que los personajes, cualquiera pensaría que el asesino es el de al lado. Son los personajes quienes, con sus sucesos pasados y secretos, impulsarán la historia, acompañados de una canción infantil que parece encerrar, no solo un gran misterio, sino también cierta perturbación sádica. Diez personas en la Isla del Negro y un anfitrión que no aparece por ninguna parte. Al final… no queda ninguno.

Sobre la autora

Agatha Christie nació en un pueblo de Devon (Inglaterra) en 1891. Escribió novela y obra teatral con un éxito arrollador que perdura a día de hoy. Sus textos abordan la literatura del género negro y policiaco, siempre con un misterio por resolver. Sus libros se venden por miles de millones en todo el mundo con decenas de traducciones y algunas de sus obras de teatro han aguantado durante mucho tiempo en escenarios ingleses.

Empezó publicando en 1920, pero también trabajó como enfermera durante la Primera Guerra Mundial, acompañó a uno de sus esposos, arqueólogo de profesión, a Oriente Medio, y aprendió sobre toxicología mientras trabajaba también en la farmacia de un hospital. Es decir, todas estas experiencias le servirían para construir sus historias de misterio y crimen.

Toda su vida mantuvo su actividad creadora. Falleció en 1976, pero su dedicación y aportación a las letras inglesas bien le valió varios reconocimientos. Recibió el título de Dama del Imperio Británico, el Grand Master Award, la Orden del Imperio Británico y fue miembro de la Royal Society of Literature. Sus obras teatrales más importantes son La ratonera y Testigo de cargo, y entre sus principales novelas se cuentan títulos como Asesinato en el Orient Express, Muerte en el Nilo, Matar es fácil o Diez negritos.


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