Es posible que, cuando oímos la palabra «cuento», suelas pensar en niños, en infantil. Pero en realidad, un cuento no tiene un género y menos un público concreto. También se pueden encontrar cuentos para adultos. Y por ello, saber cómo escribir un cuento corto puede ser importante.
Ya sea porque has visto un concurso, porque quieres escribir un libro de cuentos cortos, o simplemente porque quieres probar a ver cómo se te da, a continuación te marcamos las pautas más habituales que debes tener en cuenta.
Cuento corto… ¿cuál es su extensión?
Lo cierto es que hay mucha confusión acerca de la extensión de un cuento corto. ¿Más de 500 palabras? ¿Menos de 1000? ¿Cuántas en total.
De manera general, un cuento corto puedes verlo como un relato corto y estos no suelen superar las 750 palabras. Cuando lo hace, ya no se consideran cuentos cortos, sino cuento sin más (y, como te decimos, puede ser para niños, adolescentes o adultos, no tiene límite de edad más que el que tú marques en la historia).
Consejos para escribir un cuento corto
Si has llegado hasta aquí porque quieres saber cómo escribir un cuento corto no vamos a hacerte esperar. Aquí tienes las pautas más habituales a tener en cuenta:
Ve a lo concreto
Hablamos de un cuento corto. Y de 750 palabras máximo. En ese espacio no puedes enrollarte con temas como descripciones o profundizar en pensamientos de los protagonistas. Tienes que ir a contar la historia lo más condensada posible, haciendo hincapié solo en lo importante para poder conseguir iniciarla, crear un clímax y obtener el desenlace. Y todo eso en esas palabras.
Busca la idea… y llévala a la mínima expresión
Normalmente, cuando se te ocurre una idea, sueles desarrollarla en tu mente, o en un folio, y puede ocuparte más o menos. Pero en el caso del cuento no tienes espacio para ello. Por tanto, hay que centrarlo en un instante, en algo que sea lo verdaderamente importante.
Por ejemplo, imagina que se te ha ocurrido la idea de una familia que va a un parque de atracciones y se lo pasa genial. Lo más normal es que cuando desarrolles la idea se te vayan muchas más de 750 palabras.
Ahora bien, si nos centramos solo en una parte importante, podría quedar como: Y la familia se subió a la última atracción. Los niños iban expectantes viendo cómo subían y subían hasta alcanzar el punto máximo. Y ahí, a lo lejos, podían ver su casita.
Como ves, está centrado en un único momento, el que sea más importante para el objetivo de tu cuento corto (en este caso podría ser la familia).
Apela a los sentimientos
Al tener poco margen en los cuentos cortos, a veces conectar con el lector es mucho más complicado porque tendemos a escribir como si fuera un resumen de una historia.
En cambio, si consigues que en su mente se muestre lo que ocurre, estarás conectando mucho mejor, porque no solo sabrán lo que leen, sino que se imaginarán muchas más cosas y eso te ayudará a que se hagan una mejor idea de ese cuento.
Usando el ejemplo anterior, si te fijas, no hemos dicho qué atracción es. Pero sí hemos dado la sensación de que va subiendo lentamente y que después se para. Eso nos hace pensar en una noria o algo parecido (lo normal es pensar en ella). Y el hecho de que se pare en el punto máximo lo clarifica más. Pero no hemos gastado palabras para decirlo, sino que hemos dejado que sea el lector el que muestre en su mente el tipo de atracción.
Mantén la estructura
Si eres principiante a la hora de hacer un cuento corto no te recomendamos salirte de la estructura básica, es decir: introducción, nudo y desenlace.
Conforme cojas experiencia, iras cambiando e incluso puedes crear un desenlace antes de la introducción, o ir directamente al nudo y al desenlace. Pero, como te decimos, eso no es fácil hacer de primeras (hacer sí, pero que cobre sentido y que llame la atención no).
Por ejemplo, el que te hemos puesto antes tendría la introducción en la familia que se monta en la última atracción; el nudo sería la espera hasta alcanzar ese punto, los nervios de los niños (que aunque no se diga, se puede entender); y el final la llegada a ese lugar y poder ver desde lo alto la casa en la que viven ellos.
Ahora bien, ¿y si solo nos centráramos en nudo y desenlace? Pues quedaría algo así: Esa amarga espera, los segundos que se convierten en minutos, y estos en horas hasta alcanzar ese punto máximo soñado. Y ahí, a lo lejos, la casa… nuestra casa.
¿Y si hiciéramos algo que empezara desde el desenlace? Podría ser algo parecido a: “observar la valla blanca, el camino hacia la puerta de entrada, ese recibidor que tantas historias tiene para contar. Pero lo mejor serían los abrazos. Todo eso y más ve la familia en esa última atracción del parque, la que los lleva a lo más alto para tener unas vistas impresionantes de su pueblo y, con ellas, de su casa añorada.
Ahí se ha cambiado toda la estructura. Y eso se puede hacer con práctica, primero escribiendo con la estructura, y luego dándole la vuelta.
Mantén el suspense
En un cuento corto, el suspense es lo más importante porque es por lo que los lectores se quedan a leerlo hasta el final. Al tener poca extensión, tienes que atraparlos con las primeras frases y por eso han de mantener esa intriga.
Para que te sea más fácil entenderlo. Si en nuestro ejemplo hubiéramos puesto al principio que la familia se monta en la atracción para ver su casa desde las alturas ya le quitamos toda la gracia al cuento.
No te olvides del título
Todo cuento corto necesita tener un título. El problema es que eso siempre lo dejamos para el final y no pensamos mucho en él; a pesar de que es una parte importantísima (es lo que va a captar al lector).
Aprovecha para ser creativo en él, para intentar buscar aquello que mejor defina ese cuento corto.
Ahora solo te queda practicar. Tienes las bases de cómo escribir un cuento corto y las herramientas para hacerlo. Así que manos a la obra.
Muy agradecido, las indicaciones son precisas, los pondré en práctica. Saludos