William Blake. 261 años del genio inglés de la poesía y el arte. 7 poemas

Retrato de William Blake por Thomas Philips. Grabado: Cristo en el sepulcro guardado por ángeles, de William Blake

Hoy se cumplen 261 años del nacimiento de William Blake, poeta, pintor y grabador, y uno de los mayores exponentes del artista con mayúsculas que destacó en todas sus facetas. También marcó el comienzo del período romántico inglés y se le considera precursor del surrealismo. Escojo 7 poemas en su memoria. Porque lo mejor es leerlo.

William Blake

Nació en el barrio del Soho, en Londres, en una familia de clase media, de padre comerciante y madre religiosa. Fue un ejemplo de dominio de todas sus artes, y de alcanzar el éxito tardío pero eterno cuando lo logró.

Y lo mejor que se puede hacer con él es admirarlo. Como pintor y grabador, por esos trazos tan únicos de su obra. Como poeta, por la forma de componer sobre sus temas tales como la naturaleza y, cómo no, el amor. No obstante, predomina la poesía inspirada por visiones místicas, y se la considera de las más originales y proféticas de la época y de la lengua inglesa en general.

7 poemas

Estos 7 poemas son solo una mínima muestra que comparto en su memoria.

Eternidad

Quien a sí encadenare una alegría
malogrará la vida alada.
Pero quien la alegría besare en su aleteo
vive en el alba de la eternidad.

***

La rosa enferma

Estás enferma, ¡oh rosa!
El gusano invisible,
que vuela, por la noche,
en el aullar del viento,

tu lecho descubrió
de alegría escarlata,
y su amor sombrío y secreto
consume tu vida.

***

Un sueño

Cierta vez un sueño tejió una sombra
sobre mi cama que un ángel protegía:
era una hormiga que se había perdido
por la hierba donde yo creía que estaba.

Confundida, perpleja y desesperada,
oscura, cercada por tinieblas, exhausta,
tropezaba entre la extendida maraña,
toda desconsolada, y le escuché decir:
“¡Oh, hijos míos! ¿Acaso lloran?
¿Oirán cómo suspira su padre?
¿Acaso rondan por ahí para buscarme?
¿Acaso regresan y sollozan por mí?”

Compadecido, solté una lágrima;
pero cerca vi una luciérnaga,
que respondió: “¿Qué quejido humano
convoca al guardián de la noche?

Me corresponde iluminar la arboleda
mientras el escarabajo hace su ronda:
sigue ahora el zumbido del escarabajo;
pequeña vagabunda, vuelve pronto a casa.”

***

Alegría

“No poseo nombre:
pero nací hace dos días.”
¿Cómo te llamaré?
“Soy feliz.
Me llamo alegría.”
¡Que el dulce júbilo sea contigo!

¡Bonita alegría!
Dulce alegría, de apenas dos días,
te llamo dulce alegría:
así tú sonríes,
mientras yo canto.
¡Que el dulce júbilo sea contigo!

***
A la estrella nocturna

¡Tú, ángel rubio de la noche,
ahora, mientras el sol descansa en las montañas, enciende
tu brillante tea de amor! ¡Ponte la radiante corona
y sonríe a nuestro lecho nocturno!
Sonríe a nuestros amores y, mientras corres los
azules cortinajes del cielo, siembra tu rocío plateado
sobre todas las flores que cierran sus dulces ojos
al oportuno sueño. Que tu viento occidental duerma en
el lago. Di el silencio con el fulgor de tus ojos
y lava el polvo con plata. Presto, prestísimo,
te retiras; y entonces ladra, rabioso, por doquier el lobo
y el león echa fuego por los ojos en la oscura selva.
La lana de nuestras majadas se cubre con
tu sacro rocío; protégelas con tu favor.

***

El ángel

Un sueño he soñado ¿significado?
Yo era una virgen con un reinado,
Un ángel bueno me custodiaba,
(¡Maldito llanto a nadie encantaba!)

Lloraba de noche, lloraba de día,
Mis lágrimas él recogía
Lloraba de día, lloraba de noche,
Supe yo ocultarle mi goce.

La mañana se ruborizó
Él sacó sus alas y voló.
Sequé mi rostro, armé el temor:
Escudos, lanzas, diez mil o mayor.

Pronto mi Ángel regresó:
Armada estaba yo, él vino en vano;
Pues el joven tiempo desapareció
Y así mi cabello encaneció.

***

El hada

Acudid, gorriones míos,
flechas mías.
Si una lágrima o una sonrisa
al hombre seducen;
si una amorosa dilatoria
cubre el día soleado;
si el golpe de un paso
conmueve de raíz al corazón,
he aquí el anillo de bodas,
transforma en rey a cualquier hada.

Así cantó un hada.
De las ramas salté
y ella me eludió,
intentando huir.
Pero, atrapada en mi sombrero,
no tardará en aprender
que puede reír, que puede llorar,
porque es mi mariposa:
he quitado el veneno
del anillo de bodas.


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