Voces de Chernóbil —o Чернобыльская молитва, por su título original en ruso— es un ensayo estilo collage escrito por la periodista, autora y ganadora del Premio Nobel de Literatura bielorrusa Svetlana Aleksiévich. La obra fue publicada por primera vez en 1997 por la editorial Ostozhye. En 2006, fue traducida y editada en español por Debate.
Este es uno de los pocos libros de la autora que fueron traducidos al castellano antes de que ganara el Nobel en 2015. Anteriormente, en 2005, Voces de Chernóbil fue galardonado con el Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro en Estados Unidos al mejor libro generalista de no ficción por la edición en inglés de la obra.
Sinopsis de Voces de Chernóbil
Una crónica del futuro
Svetlana Aleksiévich escribió un texto contado a través de muchas voces. La narración de la autora pertenece a un género inclasificable, porque combina el reportaje, la entrevista, la imaginación y la realidad para contextualizar uno de los eventos más catastróficos de la historia humana: la tragedia de Chernóbil. Es mucho lo que se ha dicho al respecto, sobre todo, por parte de los científicos.
Los políticos también hicieron lo propio en su momento, pero los primeros hablan acerca de las ecuaciones y las cifras, y los segundos repiten frases prediseñadas para calmar las aguas, para tapar con un dedo el mal que se desató en un día cualquiera en la planta nuclear de Prípiat, Ucrania. Svetlana Aleksiévich cuenta las experiencias de los sobrevivientes, sus familiares y allegados.
26 de abril de 1986, región de Prípiat, Ucrania soviética
Ese día ocurrió algo que marcaría el rumbo de la competencia nuclear en el mundo. Aunque muchos países se hallaban alejados del terror que se vivió en Prípiat, el globo entero se mordió las uñas a causa del pánico y las consecuencias devastadoras que sufrieron las víctimas. Voces de Chernóbil no es una novela sobre algo que se ha contado mil veces, sino un recuento de experiencias.
En su libro, la autora reúne noticias, recortes de prensa, reportajes e investigaciones que intentan explicar lo ocurrido el 26 de abril de 1986, a la 1 h 23’ 58. En ese momento, una serie de explosiones destruyeron el reactor, algo para lo que ni siquiera los expertos estaban preparados. Un desastre como ese era imposible, o eso les habían contado.
Las voces de la desdicha
Desde las primeras páginas, es evidente que la tragedia va a ser contada alrededor de una perspectiva diferente, más cercana. Esta es una recopilación de testimonios dados por personas que estuvieron directa o indirectamente involucradas con los hechos acontecidos en Prípiat. En el documento se encuentran alegatos de niños, campesinos, políticos, científicos, amas de casa y militares.
A través de ellos, Svetlana Aleksiévich deja claro que cada testimonio es relevante. Voces de Chernóbil puede convertirse en un libro pesado y difícil de leer, pues sus historias son capaces de hacer retroceder al más fuerte. Muchos lectores han afirmado que les ha costado terminar de disfrutar la obra, no porque no valga la pena, sino porque su contenido es absolutamente doloroso.
Una curiosa forma de humor negro
Algunas veces, cuando el dolor impera en el corazón por mucho tiempo, es fácil recurrir a la ironía y el sarcasmo. Es precisamente esto lo que ocurre en el caso de ciertos personajes de Voces de Chernóbil, quienes exhiben un agudo humor negro capaz de hacer reír y llorar a partes iguales. Además, mediante esta lectura es posible aprender sobre los efectos de la radiación.
Otros de los elementos informativos de Voces de Chernóbil tienen que ver con la cultura del propio Prípiat, así como sus tradiciones y supersticiones. El material, en sí mismo, relata cómo era la vida en esta ciudad ucraniana antes, durante y después del desastre. Asimismo, existen claras referencias hacia la filosofía moral de la muerte y la capacidad del ser humano para adaptarse y resistir.
El poder del amor
Podría parecer fuera de lugar hablar de amor en un ambiente cargado de destrucción, pero es justamente a causa del dolor que el sentimiento surge con mayor fuerza. Este amor se revela de muchas formas, como puede notarse en la relación entre una madre y su hijo, unos recién casados o un campesino y su tierra.
Es evidente que Voces de Chernóbil cuenta una tragedia, pero lo hace con las dosis necesarias de humanidad, amor, esperanza y humor. El relato posee detalles sobre las zonas de cuarentena, las consecuencias de la radiación, además de otros detalles interesantes y terribles sobre la ropa, las instalaciones y los materiales de investigación que se usaban en la planta.
Sobre la autora
Svetlana Aleksándrovna Aleksiévich nació el 31 de mayo de 1948, en el pueblo de Stanislav —actual Ivano-Frankivsk— en la Ucrania socialista. Más tarde, se crio en la República socialista de Bielorrusia. La autora cursó la carrera de Periodismo en la Universidad de Minsk, desde 1967. Después de graduarse, marchó a la ciudad de Biaroza, en el óblast o provincia de Brest.
Allí trabajó como elemento del periódico. También colaboró en varias escuelas locales como profesora de Historia y Alemán. Durante la mayor parte de ese tiempo se debatió entre dedicarse a la enseñanza, la vocación de sus padres, o el periodismo, su propia carrera elegida. Al final, se inició como reportera en la prensa de Narowla, en el óblast de Gómel.
Sin embargo, la inspiración literaria de la autora surgió mucho antes, en su época de escuela, donde solía escribir poemas y artículos para la revista académica. En esa época también colaboró con Neman de Minsk, donde logró publicar sus primeras obras, entre las que se encuentran relatos, reportajes y cuentos.
Otros libros de Svetlana Aleksiévich
- У войны не женское лицо — La guerra no tiene rostro de mujer (1985);
- Последние свидетели (сто недетских рассказов — Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial (1985);
- Цинковые мальчики — Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la Guerra de Afganistán (1989);
- Зачарованные смертью — Fascinados por la muerte (1994);
- Время секонд хэнд — El fin del «Homo sovieticus” (2013).