
Busto de Virgilio. Parque virgiliano. Nápoles.
Publio Virgilio Marón fallecía un día como hoy en Brindisi, en el 19 a. C. Es considerado el más famoso poema latino y sin duda es uno de los más grandes de la Antigüedad. Desde su eterna Eneida a sus Bucólicas, su obra sigue siendo objeto de admiración e influyó en nombres como su colegas Ovidio o, mucho más posterior, Dante Aligheri. Hoy repaso brevemente su figura y recojo 25 de sus frases.
Publio Virgilio Marón
He de admitir que le tengo cierta ojeriza a Virgilio. Es un sentimiento puramente personal e intransferible por lo que me tocó traducir de él en mi primer año de universidad. Esa Eneida con Eneas y toda la panda de griegos y troyanos se nos atravesó ligeramente con su métrica y sus versos de conjunciones ut y ablativos absolutos. Pero, independientemente a eso, reconozco su valía. Estas son algunas de sus obras más conocidas.
- La Eneida: La epopeya más importante de las letras latinas. La empezó alrededor del año 30 a. C. y no la llegó a completar porque falleció. Es una visión poética sobre su patria y se divide en 12 libros. La muerte lo sorprendió, pero la había dejado sin terminar e incluso ordenó que la destruyeran. Pero Augusto la publicó. Los 6 primeros cantos se inspiran en La Odisea de Homero, y los 6 últimos en La Ilíada. Virgilio presenta y entronca a los romanos con el heroico pueblo troyano.
- Las Bucólicas: Otro libro, dividido en 10 églogas, en el que cambia de tercio completamente y deja la guerra y las loas a los héroes para cantarle a la vida pastoril. Todo desde la idealización.
- Las Geórgicas: Enlazando con lo anterior, escribió este poema dedicado a la agricultura, pero ahora el contexto es real, es lo sacrificado de trabajar la tierra, aunque también tiene sus compensaciones.
- El arte de amar: Otra de sus más famosas obras. Son 3 libros o cantos con consejos sobre las relaciones amorosas y cómo manejarlas y llevarlas.
25 frases
- La fortuna favorece a los valientes.
- Feliz el hombre que ha pisoteado todos sus temores y puede reír ante la proximidad de la muerte que todo lo vence.
- Si no puedo persuadir a los dioses del cielo, moveré a los de los infiernos.
- Pueden los que creen que pueden.
- El tiempo de vivir es para todos breve e irreparable.
- No todos lo podemos todo.
- El amor conquista todas las cosas; démosle paso al amor.
- No es el Destino quien nos abruma. Mortales somos y mortal es el enemigo que nos acosa. Vidas y manos tenemos tantas cuantas él.
- La única salvación para los vencidos es no esperar salvación alguna.
- Aunque tuviera cien bocas y cien lenguas, y mi voz fuese de hierro, no podría enumerar todas las formas del crimen.
- ¿Qué cosa hay a que no arrastres a los humanos corazones, oh execrable hambre de oro?
- El sueño es hermano de la muerte.
- ¿Cómo es posible que quepa tan grande ira en ánimos celestiales?
- Las cosas humanas mueven a llanto, y sus males tocan el corazón.
- El miedo descubre las almas innobles.
- No te inclines ante la adversidad; más bien oponte audazmente a ella tanto cuanto tu suerte te lo permita.
- No confiéis en el caballo, troyanos. Sea lo que sea, temo a los dánaos, aunque traigan regalos.
- A cada cual le vence su pasión.
- Todo lo vence Amor, también nosotros cedamos al Amor.
- Mas si tanto deseo tienes de saber nuestras tristes aventuras y de oír brevemente el supremo trance de Troya, aunque el ánimo se horroriza a su solo recuerdo y retrocede espantado, empezaré.
- ¡Funesto amor, a qué cosas no precipitas al corazón humano!
- ¡Ah, si Júpiter me volviera a traer los años ya pasados!
- Cada cual es arrastrado por sus propios placeres.
- Fácil es la bajada a los infiernos.
- Fuera de mí empuño las armas y una vez con ellas en la mano, me falta la prudencia necesaria.