Fotografía: Verónica García-Peña, perfil de Twitter.
Verónica García-Peña es alavesa, reside en Gijón y es licenciada en Sociología y Periodismo, además de escritora. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad para esta entrevista donde nos habla de su última novela, La isla de las musas, cuarta finalista del Premio Planeta 2020, y de varios temas más.
Verónica García-Peña— Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Tu última novela lleva por título La isla de las musas. ¿Qué nos cuentas en ella y de dónde surgió la idea?
VERÓNICA GARCÍA-PEÑA: La idea la soñé. Puede sonar un tanto fantasioso, pero así fue. Soñé el primer capítulo casi al completo, y lo soñé tan vívido, era tan real, que no pude resistirme a continuar con esa historia. Quería saber qué iba a ser de los personajes, de la isla…
Así nació La isla de las musas en la que os llevo a 1936 y os presento a Ricardo Pedreira Ulloa, un escritor atormentado por la pérdida de inspiración, que regresa al pazo familiar donde se crio, situado en una isla gallega. Allí, la aparición de una misteriosa mujer le devuelve su talento, pero también el recuerdo de una historia que lleva enterrada por el olvido y los excesos más de diez años. Un recuerdo a medias que lo persigue y le obliga a enfrentarse al enigma de su pasado.
- AL: ¿Te puedes remontar a ese primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?
VGP: El primer libro que me hizo plantearme ser escritora fue El Resplandor, de Stephen King. Lo leí a una edad quizá no muy adecuada, 13 o 14 años. Recuerdo el insomnio que me provocó, pero, sobre todo, un especial cosquilleo que sembró una idea en mi cabeza. Quería ser capaz de transmitir como lo hacía King. Contar historias, inventar lugares, construir mundos. Quería ser escritora. Después de aquel libro vinieron otros, como Byron, Poe, Bécquer, Henry James o Wilkie Collins, y me enamoré de Shakespeare y de Calderón.
La primera historia que escribí fue un soneto. Poesía. En el colegio. Un soneto dedicado a la Muerte del que aún guardo el recuerdo.
- AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
VGP: Siempre me cuesta mucho elegir. Y si no tengo que elegir, la lista es enorme. Te diré que además de los ya mencionados, como alguien en quien inspirarme, un reflejo, una inspiración, escogería a la maravillosa Joyce Carol Oates. Se merece el Nobel y se lo merece ya.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
VGP: Crear a una multitud y conocer a otros tantos. Pero alguien en quien pienso mucho cuando me atasco es Dorian Gray. Crearlo hubiera sido maravilloso. Robárselo a Wilde. Y conocer, tal vez a Alice Gould, la protagonista de Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena. Sería interesante charlar con ella. Muy interesante.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
VGP: Releo mucho los capítulos anteriores antes de continuar y escribo gran parte de las historias a mano. Seguro que tengo más, pero estas son mis dos grandes manías.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
VGP: Ha ido variando con el paso de los años. Depende de las historias y de los tiempos que vivimos. Así, ha habido ocasiones en las que la parte más manual la he hecho en el salón y en la cocina; otras, en el despacho. Aunque debo confesar que cada vez soy más partidaria de la habitación propia y cerrada.
- AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?
VGP: Muchos. Me encanta el misterio y la novela negra, pero soy ecléctica en ese sentido. Leo de todo y disfruto con todo. Leer por el simple placer de leer.
- ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
VGP: Estoy leyendo Años de sequía, de Jane Harper, y terminando Compartimento N.º 6, de Rosa Liksom. Intercalo algunos cuentos de Humo y Espejos, de Neil Gaiman.
Estoy con la relectura de uno de mis últimos manuscritos. He escrito mucho en los últimos años, aunque todavía no se haya publicado, y toca sacar el lápiz y la goma de borrar.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial y qué te decidió a ti para intentar publicar?
VGP: Está cada vez más complicado. El mercado, además, se está polarizando en exceso. O eres comercial o eres literario, como si ambas características fueran incompatibles. Y por cierto, ¿desde cuándo ser literario es algo malo? ¿No estamos hablando de libros? Y también se está guionizando en exceso. Supongo que se debe a la influencia y éxito de las plataformas de visionado actual y la forma en las que una gran parte del público las consume. Así, el libro es un producto de consumo que tiene que poder leerse rápido, muy rápido, para ir cuanto antes a por el siguiente. Una pena porque me parece que, de este modo, se pierden grandes historias.
Yo me decidí a intentarlo por mi amor por los libros, por todos los libros, y mi amor por lo que la literatura aporta al ser humano. Su capacidad infinita para crear y sorprenderte; para querer siempre más. No hay nada más hermoso que vivir mil vidas y hacerlo tan solo con un movimiento de mano al pasar las páginas.
- AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para historias futuras?
VGP: Lo cierto es que me ha afectado de diferentes maneras. Tuve un primer momento de gran trabajo e inspiración y después, con el paso del tiempo, un total bloqueo tanto lector como de escritura. Era incapaz de concentrarme. Afortunadamente, lo superé, aunque todavía pesa. Y quedarme con algo, no lo sé. Todavía es demasiado pronto.