El nombre de Vanessa es uno de los más populares en el mundo anglosajón. En Estados Unidos, por ejemplo, es muy habitual encontrar chicas con este nombre. En otros países como en España, su uso no es tan frecuente aunque, sobretodo en la década de los 80 y 70, se generalizó bastante debido a la influencia de actrices y personajes famosos provenientes de América.
Lo más curioso y distintivo de este nombre es su origen. Un origen que, a diferencia de otros nombres, lo une de forma innegable con la literatura y su historia. No hubo, por lo tanto, ningun personaje histórico denominado Vanessa. Tampoco su raíz la podemos encontrar en el latín. Al mismo tiempo, este nombre no lo encontraremos en el santoral ni en los textos sagrados de ninguna religión. Ante todo esto solo podemos hacernos una pregunta: ¿De dónde procede Vanessa?
Pues bien, su origen reside en la imaginación de su creador, Jonathan Swift, quien lo ideó y mostró por primera vez en uno de sus poemas publicado en el 1726 titulado “Cadenus and Vanessa”. El escritor de “Los viajes de Gulliver” lo creó con un solo propósito, homenajear a una mujer a la que amaba. El nombre de Vanessa, de esta forma, nació del amor sincero de Swift por su pupila Esther Vanhomrigh.
El propio escritor llegó a dedicarle las siguientes palabras: «Volvería a nacer con una pasión violenta, que terminaría en una inexpresable pasión que siento hacia ti.» Un amor que, desde la clandestinidad, marcó la vida y la obra de Swift en todos los sentidos.
El fallecimiento de Esther Vanhomrigh en 1723 llenó de dolor al escritor irlandés. Este, para demostrar sus sentimientos hacia su amada, decidió publicar el poema autobiográfico de su relación amorosa. Poema que, todo sea dicho, llevaba escribiendo desde 1712 y en donde se reflejaba la aventura de amor entre los dos protagonistas.
De todas formas, para referirse a ella encriptó el verdadero nombre bajo un seudónimo creado por las primeras silabas del nombre y apellido de la amada (Van- y Es-). Así, nació por primera vez en 1726 el nombre de Vanessa, nunca antes utilizado en la historia.
Hemos de recordar que Swift se había casado con Esther Johnson en 1716 y que, por esta razón, la aventura con Esther Vanhomrigh se produjo en el marco de la infidelidad con su esposa. Es por ello que el escritor escondió el nombre real de la amante en el nombre inventado de Vanessa. No solo para salvaguardar su matrimonio, sino también para proteger la reputación de la propia Esther Vanhomrigh.
Por esta razón, Vanessa será para siempre un nombre que signifique amor y literatura, pasión y poesía. Swift, seguramente, nunca se llegó a imaginar que ese nombre que se había inventado en base a iniciales combinadas al azar iba a ser utilizado en los siglos venideros por millones de mujeres en el mundo. Ni que tampoco, por ejemplo, sería utilizado años más tarde para denominar una especie de mariposa.
En definitiva, tampoco serán conscientes muchas de las chicas llamadas Vanessa de que su nombre sigue mostrando al mundo hoy en día un amor que se mantiene vivo desde siglo XVIII. El amor del gran escritor Jonathan Swift.