Una de las más sonadas anécdotas de literatos es la que protagonizó Miguel de Unamuno en una de sus conferencias.
Se cuenta que, en dicha conferencia, algunas personas estaban tomando notas y que Unamuno tuvo la deferencia de, llegado punto referirse a Shakespeare leyendo su nombre tal y como se escribe para un hablante de castellano por si acaso alguien no sabía cómo escribirlo.
-“Xaquespeare” –dijo Unamuno-
Y alguien desde el público corrigió en tono pedante como si Unamuno lo desconociera:
-“Shexpir” Doctor…
A Unamuno no le hizo gracia la pedantería, sobre todo en tanto que daba a entender que tal vez él no supiera inglés.
Pese a todo no se apeó del burro y volvió a decir “Xaquespeare” de nuevo, y el listillo volvió a intervenir para corregirle.
Entonces, cansado de la falta de educación de aquella persona, Unamuno decidió demostrar que si estaba leyendo el apellido del gran literato inglés tal y como suena en castellano es por otro motivo diferente a la ignorancia y para que todos lo supieran no tuvo otra ocurrencia que mostrarse contrariado ante la interrupción y proseguir el resto de la conferencia en inglés para escarnio del pedante que le había estado tocando la narices con Shexpir…
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