De Miss Marple a Lisbeth Salander: Un siglo de feminismo en la novela negra.

Miss Marple resuelve los crímenes más complejos desde su apacible vida en un pueblecito inglés.

Miss Marple, la anciana que resuelve los crímenes más complejos para Scotland Yard, tras la imagen de una apacible vida en un pueblecito inglés.

Un siglo de diferencia desde que Agatha Christie creara a Miss Marple y se convirtiera en la escritora más vendida después de la Biblia y de Shakespeare,  hasta que Stieg Larsson diera vida a Lisbeth Salander, seduciendo primero a Suecia y luego al mundo, con los libros y las películas de la serie. El papel de la mujer evolucionó mucho en un siglo, hasta un punto que pocos podrían imaginar cuando Agatha Christie llegó al mundo. En la novela negra, el papel de las protagonistas cambió aún más y Lisbeth Salander es el colofón de esos cambios: una hacker violenta hasta a los extremos a la hora de vengar la violencia contra las mujeres es la representación más extremista de esta nueva generación de detectives.

Miss Marple, la gran feminista literaria, de principios del S. XX, fue la primera mujer en la novela negra que no asumía el papel de víctima indefensa ni de mujer fatal, que arrastraba a los hombres a la perdición.

Miss Marple: El papel de la mujer en la primera mitad del S.XX.

Bajo la cara dulce de una anciana victoriana, Miss Marple protegía una inteligencia brillante, un conocimiento de la naturaleza humana, sobre todo del lado negativo,  que cualquier licenciado en psicología desearía, y una capacidad de observación excepcional entrenada con años de meditación y reflexión.  En la Inglaterra de los años 30, el papel de la mujer se reducía a la familia y al cuidado del hogar. Miss Marple, soltera y sin familia que a la que atender, pero con una posición económica y un generoso sobrino escritor que le permite ser holgadamente independiente, asume el papel que le corresponde socialmente, dedicándose a la jardinería, al cotilleo inofensivo y a tomar el té, hasta que se cruza con el crimen. Entonces, Miss Marple se crece, y bajo la creencia de que la  gente es igual en todas partes y los malos instintos que nos mueven son universales, se enfrenta con un valor impropio de su condición a cualquier criminal que se le ponga por delante, y su dulzura e indefensión se convierten en un arma más para dar caza al criminal. Respetada por Scotland Yard, sin que oficialmente se conozca este respeto, se mantiene en un segundo plano mientras los inspectores de policía se llevan el mérito de sus brillantes averiguaciones.

La novela de intriga es uno de los mejores vehículos para retratar la realidad social del momento en el que se escribe, y así lo hace Agatha Christie, con Miss Marple más que con ningún otro de sus protagonistas, mostrando una época en la  que una mujer inteligente con un talento especial en algún área, en este caso, la investigación y resolución de crímenes, solo podía desarrollar su habilidad en la sombra, mientras la cara visible y el receptor de los méritos de su trabajo era un hombre, en este caso, los policías de Scotland Yard.

Un dragón cubre la espalda de Lisbeth Salander: La detective hacker que se enfrenta a los criminales más sádicos.

Un dragón cubre la espalda de Lisbeth Salander: La detective hacker que se enfrenta a los criminales más sádicos.

Lisbeth Salander: La vanguardia del feminismo en el S.XXI.

Un siglo después, en un género que ha roto todos los estereotipos femeninos, con España a la cabeza, creando a la primera mujer policía del género, Petra Delicado de Alicia Giménez-Barlett, tenemos detectives que se han desprendido totalmente de las etiquetas y el máximo exponente es Lisbeth Salander, creada por el fallecido Stieg Larsson, protagonista de su serie Milennium. Con cierto aire punk, el pelo negro muy corto, la piel acribillada a piercings y a tatuajes (uno de ellos, un enorme dragón en la  espalda que da nombre a la primera novela) y un estilo gótico con el negro principal protagonista, esta hacker de profesión, bisexual, asocial y aficionada al boxeo, es el fruto de una infancia de violencia extrema,  recibida primero y devuelta después, cuando mata a su padre quemándolo con gasolina después de que este dejara a su madre en estado vegetal de una paliza. A partir de entonces, su vida es una sucesión de casas de acogida y hospitales psiquiátricos, un periplo que le hace entender que si de alguien puede esperar que la defienda es de ella misma y la lleva a renegar del sistema social convencional.

Calificada como «la vanguardia del feminismo» Lisbeth Salander venga a las mujeres maltratadas, se defiende como un puma y, cuando no puede evitar la violencia, se encarga de hacer justicia.

Mientras Miss Marple fue creada por una mujer, Agatha Cristhie, que retrató la única forma que tenían las mujeres de la época de hacer grandes cosas, Salander fue creada por un hombre, Stieg Larsson, que, después de presenciar una violación en la adolescencia y no hacer nada por impedirlo, decidió imaginar cómo sería una nueva generación de mujeres que defenderían su integridad y vengarían los ataques recibidos utilizando la violencia y las nuevas tecnologías a partes iguales.


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