Terje Vigen, el poema épico desconocido de Henrik Ibsen

Foto: Del Grimstad Adressetidende. El actor y director noruego Trond Espen Seim el pasado día 4 de agosto tras recitar Terje Vigen en las jornadas Ibsen-Hamsun celebradas en Grimstad.

Y considerado casi como el Quijote en el país nórdico del que Henrik Ibsen es sin duda su dramaturgo más grande y uno de los autores noruegos más universales. El pasado mes de agosto tuvieron lugar las jornadas de Ibsen y Hamsun, donde, como es habitual, se recitó Terje Vigen, poema narrativo, desconocido para el lector más de a pie, que cuenta una de esas historias épicas cuyo protagonista se convierte en mito nacional. Así que lo acerco un poco a la concurrencia y doy una vuelta por Ibsen.

Henrik Ibsen

Nacido en Skien en 1828, Ibsen, dramaturgo y poeta noruego, es uno de los autores más influyentes de la escena moderna. Su Casa de muñecas, con su protagonista Nora, es una de las más conocidas de todos los tiempos y de máxima actualidad en estos días por su alegato feminista. Otras obras conocidas son BrandPeer GyntHedda Gabler.

Principal exponente del drama realista moderno, sus obras fueron consideradas escandalosas en la sociedad de valores victorianos imperante, ya que los cuestionaba abiertamente. Tampoco han perdido vigencia con el tiempo y se siguen representando con regularidad. Sin ir más lejos el National Theater de Oslo celebra el próximo festival Ibsen del 8 al 19 de este mes.

Terje Vigen

La faceta y obra poética de Ibsen son prácticamente desconocidas por estos lares, pero son muy populares en los países nórdicos. De Terje Vigen en particular, pero también de sus otros poemas, se dice que se han convertido en una especie de compilación que los niños estudian como por aquí el Quijote.

Terje Vigen es un poema épico de 52 estrofas que Ibsen publicó en 1882. Cuenta la dramática historia de un hombre, un marinero valiente e intrépido que, en las guerras napoleónicas, durante el bloqueo inglés de Noruega en 1809, y con su familia al borde de la muerte por el hambre, rema desde Mandal a Dinamarca para traer cebada.

De este poema se han hecho desde adaptaciones cinematográficas a musicales.

La película

Con el título referido a las dos primeras líneas del poema «Había una vez un hombre viejo en una isla estéril», la película (A Man There Was) es una adaptación sueca, perteneciente al cine mudo, que rodó y protagonizó Víctor Sjöström en el año 1917. En 60 minutos vemos la historia de Terje Vigen, un pescador que vive con su mujer (Bergliot Husberg) y su hija en una aldea en la costa sur noruega.

En 1809, debido al bloqueo continental de Napoleón contra Inglaterra, un funcionario militar llega a la aldea para informar de que no se puede faenar a cierta distancia de la costa ni tampoco aproximarse a la vecina Jutlandia. Para evitar esto, Terje Vigen se dedica al contrabando de mercancías con la costa de Dinamarca. Sin embargo, en una de esas salidas lo termina descubriendo un barco inglés al que en un primer momento logra esquivar. La mala suerte quiere que, en la ocasión siguiente y tras una frenética persecución, Terje Vigen sea apresado.

Conducido al barco, lo llevarán hasta una prisión inglesa donde estará hasta 1815. Cuando regresa a su aldea, encuentra que todo ha cambiado. Algunos vecinos ni siquiera lo reconocen y al llegar a su casa, se entera por el matrimonio que la habita de que su mujer y su hija pequeña murieron de hambre. Su impresión es tal que se desploma y después, completamente abatido, se acerca al cementerio para ver sus tumbas.

Para salir adelante a pesar de estar deshecho, encuentra otro empleo como piloto de embarcaciones, pero poco a poco de él se apoderan el rencor, el resentimiento y el deseo de venganza. Un día los habitantes de la aldea avistan una embarcación que está a punto de naufragar. Terje Vigen, a pesar de su edad pero gracias a su destreza, se lanza a ayudar a los ocupantes del barco. Pero entonces reconoce al capitán inglés que lo capturó y lo envió a prisión.

La desesperación y el ansia de venganza lo llevan a ordenar a los marineros que abandonen la embarcación, mientras que él obliga al capitán, a su mujer y a su hija a subir a su propia barca para hundirlos. El odio más ciego lo hace coger a la niña con intención de matarla, pero al mirarla a la cara, se acuerda de su propia hija y reaparece su antiguo yo bondadoso. Se horroriza de lo que iba a hacer y los pone a salvo en unas rocas hasta que otros lugareños los recogen a todos y los llevan a la aldea.

Al final, el matrimonio y su hija van a casa de Terje Vigen para darle personalmente las gracias y se marchan mientras él los despide.


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