Simon Beckett y su serie negra del antropólogo forense David Hunter.

Fotografía del escritor Simon Beckett: (c)Katrin Binner

Por desgracia hemos empezamos este año de forma muy negra. La resolución de la mediática desaparición de la joven Diana Quer no por sospecharse de su final y detenerse a su asesino confeso ha sido menos trágica. De nuevo, los forenses han salido a la palestra y hemos oído hablar de términos como saponificación y otros procesos físicos de la muerte tan naturales para ellos como escabrosos para el ciudadano de la calle. Aquí en España tenemos algunos de los mejores y yo no he podido evitar recordar esta tetralogía del escritor inglés Simon Beckett.

Cayó en mis manos hace precisamente cuatro años por estas fechas y creo que la leí en poco más de un mes. Los casos de su brillante antropólogo forense David Hunter, protagonista de las novelas, me engancharon tanto como me fascinó (porque el horror siempre fascina) la profunda y detallada descripción del trabajo que realizan estos profesionales. Invito a echarles un vistazo, sobre todo y por supuesto, a los lectores más oscuros.

Simon Beckett

Beckett nació en Sheffield y este año cumple los 50. Estudió Filología Inglesa y trabajó durante algún tiempo como profesor aquí en España. Fue periodista freelance para varios diarios medios ingleses y algunos de los reportajes que hizo le sirvieron como base para sus novelas.

Ha vendido más de 8 millones de copias de sus libros en todo el mundo gracias, sobre todo, a esta serie protagonizada por David Hunter. Ha publicado más novelas, siempre dentro del género negro, y fue finalista de premios como el Gold Dagger y ganador de otros, como el Marlowe.

Serie de David Hunter

La química de la muerte (2006)

David Hunter es un antropólogo forense de Londres especializado en los procesos de descomposición de cadáveres. Lleva tres años establecido como médico rural en un pueblo de Norfolk. Lo dejó todo tras perder a su esposa y su hija en un accidente de tráfico que no puede superar. Su vida apacible cambia cuando aparece el cuerpo ya muy descompuesto de una joven que tiene unas alas de cisne pegadas a la espalda.

La policía local le pide ayuda, pero el problema es que el ambiente opresivo del pueblo con la paranoia creada por el sacerdote de la parroquia, no ayudará en sus pesquisas. Y cuando aparece un segundo cuerpo de otra mujer, Hunter tendrá que trabajar contrarreloj. Afortunadamente le quedan amigos y logra recuperar un interés romántico por Jenny, la profesora del pueblo.

Entre las cenizas (2007)

Hunter ha participado en una investigación en Glasgow, pero el hallazgo de un cadáver carbonizado en una pequeña y alejada isla de las Hébridas lo obliga a desplazarse hasta allí. En compañía de dos policías y con la ayuda de un detective retirado, se verá envuelto en un misterio de crímenes en serie donde desde los pocos habitantes de las islas hasta el matrimonio mecenas del lugar pueden ser sospechosos.

Así que tenemos de nuevo un ambiente cerrado y aislado donde el autor maneja a los personajes con maestría para hacerte dudar de todos. Hunter también tendrá que plantearse su relación con Jenny, ya que no le va bien. El final vuelve a sorprender, como en la primera novela, y casi le costará la vida a Hunter.

El susurro de los muertos (2009)

Hunter lo ha dejado con Jenny y debido también al traumático final del libro anterior decide marcharse a Estados Unidos. Estudió en la llamada Granja de cuerpos, en Tennesse, único lugar del mundo donde los forenses practican con cadáveres reales. Allí se reencuentra con su mentor y amigo, el doctor Tom Lieberman. Ambos tendrán que enfrentarse a un asesino sin precedentes que no solo mata sin piedad, sino que también parece saberlo todo sobre técnicas forenses.

De nuevo la historia tiene giros narrativos bastante buenos y se mantienen la tensión en todo momento. Además, Hunter se sentirá atraído por la detective compañera del inspector principal del caso, pero se llevará una sorpresa.

La voz de los muertos (2011)

Hace ocho años, cuando Hunter aún estaba casado y con su hija, participó en la búsqueda de los cuerpos de dos chicas asesinadas por un psicópata llamado Jerome Monk… pero los cadáveres no aparecieron. Ahora Hunter recibe la visita del inspector Terry, que intervino en la investigación y con quien nunca se llevó bien.

Terry le informa de que Monk ha escapado de la cárcel y Hunter tendrá que regresar al lugar de los hechos, una zona rural de páramos. Hunter descubrirá que nada es lo que parece y que los implicados en aquel caso tienen algo que ocultar. Y otra vez tenemos esa intriga de principio a fin, con sus situaciones de peligro y sus giros finales tan marca de la casa Beckett.

Concluyendo…

Una muy buena serie negra, de ágil narración y fácil de leer. Para de los amantes más escabrosos del género.


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