El romance slow burn —o romance a fuego lento, en una traducción sin anglicismos— es el penúltimo nuevo fenómeno del género romántico y cuenta ya con millones de lectores, sobre todo en la literatura juvenil. Pero en realidad lleva escribiéndose siempre, con mayor o menor grado en ese desarrollo de la historia de amor entre los protagonistas. Echamos un vistazo a lo que son y proponemos algunos títulos.
El romance slow burn
Consiste ni más ni menos en que los personajes protagonistas no se enamoran de pronto o sienten una imperiosa necesidad el uno por el otro, sino que esa relación digamos que va por cauces más lentos. O sea, todo lo contrario al aquí te pillo, aquí te mato de ritmo desenfrenado que hay en el otro lado del género.
Es decir, en este tipo de romance los protagonistas se conocen un día y poco a poco encuentran esos detalles —más o menos importantes— que les van gustando del otro. Así, la relación va con un tempo especial: ahora un roce de la mano sin querer, te quito el pelo de la cara, me guiñas el ojo o se me cae algo y te lo recoge con una sutil lentitud al devolvértelo. De ahí hasta que se pasa a mayores hay un largo proceso. Cuando se llega al abrazo es casi un clímax, el primer beso es entrar al Paraíso y lo demás ya no tiene palabras.
El éxito obtenido quizás se deba a que se trata de un tipo de historias de amor que permite a los lectores apreciar mejor su evolución y sentir más intensamente esa química entre los protagonistas. Así que ahí van algunos títulos, de antes y de ahora, para (re)descubrirlos o ponerse al día.
Libros de romance slow burn
Orgullo y prejuicio — Jane Austen
¿Cómo no empezar con un clásico entre clásicos y epítome de ese romance que va poco a poco? La historia de amor entre Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy es una de las que van fraguando a paso lento pero seguro, y ahí sigue manteniéndose entre los libros más leídos de la literatura.
Aunque llueva en primavera — Cherry Chic
Si al romance tranquilo le añadimos paisajes y pueblos idílicos, la lectura gana puntos. Como en esta historia donde conocemos a Lilibeth, que vive en Havenwish, uno de esos pueblecitos encantadores. Es la maestra de la única escuela que hay y está encantada con sus alumnos. Le gusta bordar, tomar té, cuidar del jardín y pasar tiempo con sus seres queridos. Además, es amable, risueña y cariñosa y todos la aprecian. O no. Porque está Blake, que llegó al pueblo hace poco y la maestra de su hija pequeña no termina de convencerlo.
Pero entre un concurso de jardines, la rivalidad entre unos vecinos muy peculiares y más secretos que se ocultan, igual es buena idea seguir leyendo para ver qué pasa.
Un beso por error — Loles López
En este título se concentran varios de los clichés que más se demandan en el género: hay una trama deportiva, amistad, un poco de romance slow burn, superación personal, escenas algo subidas de tono y humor. Y amor, claro.
Tenemos a Theo, que quiere ser jugador profesional de hockey sobre hielo, y para conseguirlo ha decidido que no quiere saber nada de chicas ni otras distracciones. Y luego está Maxine, que también tiene claro que nunca se fijaría en un jugador de hockey. Y es que es la hija del entrenador del equipo, los Victoria Grizzlies. Pero resulta que los dos deberán vivir bajo el mismo techo por una serie de circunstancias. Además, hay un trato entre Theo y el padre de Max para alejarla del vecino camorrista de la casa de al lado, que es Finn, el primer amor de Max que le complicó mucho la vida.
Así que el conflicto está servido.
«Yo también» no es te quiero — Violeta Reed
Este es el primer título de la bilogía que sigue con Quizá sí quiero. Lo firma una autora muy popular como Violeta Reed, que nació en Madrid pero vive en California.
Esta historia la protagonizan William Anderson, que es el escritor de fantasía con más éxito de la década. También es exigente, ambicioso, muy muy atractivo y un bocazas. Y, por otro lado, Raquel García es una joven española que se fue a Nueva York para cumplir un sueño, el de trabajar en una de las editoriales más importantes del país. Pero claro, no imaginaba que iba a tener que lidiar con Anderson después de que este, en una de sus salidas de tono, prometa en un famoso programa de televisión que su próxima novela va a ser la más vendida del año.
Así que no tendrán más remedio que entenderse y trabajar juntos para conseguir sacar adelante esa novela que tal vez cambie sus vidas.