Rodrigo Costoya. Entrevista al autor de El custodio de los libros

Fotografía: Web de Rodrigo Costoya.

Rodrigo Costoya, profesor y escritor, dice que «escribir es explorar los universos que ni sabíamos que viven dentro de nosotros». Se estrenó en ello con Portosanto. El enigma de Colón. Y su última novela es El custodio de los libros, que ganó el IX Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda en 2020. Le agradezco mucho el tiempo, la amabilidad y la dedicación para esta entrevista donde nos habla de ella y de mucho más.

Rodrigo Costoya — Entrevista

  • ACTUALIDAD LITERATURA: Tu última novela El custodio de los libros ganó el IX Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda en 2020. ¿De dónde surgió la idea para tu historia y qué supuso ese premio para ti?

RODRIGO COSTOYA: La idea, como suele ocurrir con mis novelas, apareció en un libro antiguo sobre la historia de Galicia. Ahí se mencionaban los acontecimientos que yo voy narrando, y que integré con otros hechos históricos de relevancia mundial y, por supuesto, con las tramas de ficción que sustentan toda nuestra historia. 

El premio me proporcionó el acceso al gran público, el gran objetivo para un escritor novel. Algo muy difícil, y que resulta tan frustrante que podría dar al traste con una trayectoria, si no se consigue. Úbeda, por lo tanto, estará para siempre en mi corazón.

  • AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y la primera historia que escribiste?

RC: Claro que me recuerdo con el pulso acelerado leyendo las grandes novelas de aventuras: Salgari, Verne, London, Stevenson… y también novelas de fantasía de la literatura actual: Ende, Tolkien, Rothfuss… Me veo de niño sin poder dejar un libro, hasta altas horas (con la consiguiente reprimenda de mis padres), llorando al cerrar una de esas novelas porque se había acabado. Supongo que de ahí provienen las historias que escribo hoy. También recuerdo haberme iniciado muy joven en otras grandes obras de la literatura universal: Dumas, Suskind, Rulfo… La novela histórica, sin embargo, la descubrí de adulto.

  • AL: Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas. 

RC: Me pasa como a Samsagaz Gamyi al regresar a la Comarca: o me paso tres días respondiendo esta pregunta o paso de hacerlo. Resumiendo hasta el límite, me iré a García Márquez en narrativa (aunque lo que yo hago es radicalmente distinto); a Manuel Antonio en poesía y a Bryson en ensayo.

  • AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear? 

RC: Me encantan los personajes poliédricos, contradictorios, aquellos que muestran las debilidades que todos arrastramos, los que manifiestan la luz y las tinieblas que todos llevamos dentro. Tal vez el mejor exponente sea la Scarlett O’Hara de Margaret Mitchell, pero me fascinan también el Heathcliff de Emily Brontë, el Achab de Melville o el Humbert de Nabokov, por ejemplo. Y siempre retratados a través de sus acciones, de cómo se expresan, lo que hacen, cómo reaccionan y cómo tratan a los demás.

  • AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer? 

RC: Nada, la verdad. Necesito silencio, concentración y tiempo de calidad para dedicarle al trabajo. No hago cosas raras. Y desde luego, me hace mucha gracia ese concepto de “inspiración” en el que la gente cree. Eso no existe. El trabajo duro sí.

  • AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo? 

RC: El sitio perfecto para mí, el sofá o la cama, con el portátil sobre el regazo y poco más. El mejor momento, dedicar una mañana entera. Cuando me pongo me gusta empezar entre las cinco y las seis de la mañana, y si nada lo impide llego hasta el mediodía. Y siempre intercalando algo de deporte, eso sí.

  • AL: ¿Hay otros géneros que te gusten? 

RC: Las novelas de acción, de aventuras, siempre me han gustado mucho. Algunas, como las de Mark Twain o Fenimore Cooper (entre muchos otros), se solapan con lo que se podría entender como novela de ambientación histórica. De hecho, yo considero que mi subgénero tiende más bien hacia ese híbrido. Después, como dije, están aquellas donde el componente de fantasía adquiere mayor o menor protagonismo (de Tolkien a Verne, por ejemplo), que también están entre mis favoritas. En cualquier caso, soy más de obras de calidad que de un género u otro. Si la novela, o el poemario, o un libro de cualquier otro género, es bueno, me va a gustar. Eso seguro.

  • AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

RC: Lo que más suelo leer son artículos, investigaciones o publicaciones diversas que traten sobre los temas históricos que me interesan. Esas lecturas son para mí diarias, y casi siempre las encuentro en Internet. 

Como obra literaria estoy leyendo El nombre de Dios, de José Zoilo. Una novela histórica de altísima calidad enmarcada en la conquista de la península ibérica por parte de los musulmanes en el año 711, escrita por un auténtico maestro. Junto a Luis Zueco, los dos gigantes de la novela histórica actual en castellano.

Estoy escribiendo mi cuarta novela, centrada en una historia apasionante (y real) que transcurrió en Santiago de Compostela entre 1588 y 1589 (simultáneamente a las empresas conocidas respectivamente como Armada Invencible y Contraarmada inglesa). Estoy emocionadísimo, porque lo que sucedió aquí en esos dos años es absolutamente increíble.

  • AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial y qué te decidió a ti para intentar publicar?

RC: El panorama es complicado, esto lo dirá todo el mundo. Pero también tengo que decir que yo empecé a escribir hace cinco años y ahora tengo dos novelas publicadas en grandes editoriales (cada una, en su versión en castellano y en gallego), y que mi tercera novela va a salir publicada en mayo con el Grupo Planeta. Y que la cuarta viene en camino y todo apunta a que también voy a poder publicar con una editorial grande. Es decir, según mi experiencia personal, el trabajo tiene recompensa.

Lo que me decidió a tratar de publicar es la necesidad de que esas historias, que a mí me resultan tan apasionantes, lleguen al mayor número de personas posible. Me gustan tanto, me emocionan hasta tal punto, que siento el impulso de difundirlas a los cuatro vientos. Supongo que esto es lo que nos mueve a todos, ¿no?

  • AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para historias futuras?

RC: El momento que estamos viviendo es extraño, pero salvo aquellas personas que han tenido una pérdida irreparable tampoco deberíamos exagerar. Hemos visto reducidas nuestras libertades, pero tampoco nos han atado a la pata de la cama. El confinamiento de hace dos años… bueno, pues fue un mes y medio que vivimos de forma distinta. La mascarilla, los toques de queda… Lo dicho, son medidas temporales, algo puntual en nuestras vidas de lo que deberíamos aprender muchas cosas positivas. A valorar la libertad que supone vivir en Occidente, por ejemplo. A comprender a las personas que huyen de la guerra, de la opresión, de regímenes donde no se puede vivir, pues también. 

Así pues, yo elijo quedarme con lo positivo. Que es mucho, desde luego.


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