Rocco Schiavone, el subjefe (exiliado) de la policía de Aosta, es la creación más sobresaliente del escritor Antonio Manzini. Su serie, una hexalogía de momento, se ha convertido en una de las más populares de los últimos años. Yo acabo de rematarla en otro buen sabor de boca porque mantiene el nivel y ha adquirido ya toque de indispensable dentro del género negro europeo. Este es mi repaso.
Antonio Manzini
El pasado día 7 cumplía los 56 años este escritor, actor y guionista romano que se ha hecho un importante hueco en el panorama negro europeo en el último lustro. Fue en 2015 cuando se publicó por aquí el primer título de la serie protagonizada por el muy particular Rocco Schiavone. Y al principio de este 2020 llegó el último. En ese tiempo a Manzini ya lo consideran el más digno heredero de uno de los más grandes como Andrea Camilleri.
Rocco Schiavone
Descubrí a Rocco Schiavone por casualidad en una librería echando un vistazo a Pista negra. Me llamó la atención simplemente y después de leer la contraportada me lo llevé. Cuando lo terminé me di cuenta de que me lo había pasado muy bien por todo: trama, ambientación, el estilo tan italiano (aunque parezca una obviedad) de Manzini, pero me gustó especialmente por Rocco.
Ese policía romano tiene lo que me suele atrapar de los protagonistas no solo de novela negra, sino en general: irreverencia, poca ortodoxia y ninguna corrección política, carácter más que difícil y una profunda humanidad y romanticismo. Un policía al que sus peores y más oscuras formas lo han llevado al exilio al valle de Aosta. Allí aparece con sus trajes de Roma, sus Clarks perennes, su porro mañanero diario y todas las intenciones de no hacer nada en absoluto. Por supuesto, no se olvida de esas maneras y va enseñando y contagiándolas poco a poco a su equipo, una galería de secundarios tan bien definidos como él.
El equipo
Desde su más inmediato subordinado, Ítalo Pierron, un joven y bisoño agente, pasando por su jefe Baldi, que siempre le saca las castañas del fuego, siguiendo por los absolutamente inútiles y más caricaturizados Deruta y D’Intino, y la muy eficiente inspectora Caterina Rispoli, que se va haciendo poco a poco un hueco en el corazón de Rocco.
Borde, irascible, enfadado con el mundo y sobre todo consigo mismo, Schiavone también arrastra una pena infinita por la pérdida de Marina, su mujer, de la que se siente responsable. Con ella sigue hablando en diálogos en primera persona que se dan en toda la serie y hacen que no podamos evitar empatizar con su dolor.
Los amigos
Todas las novelas de esta serie tratan de distintos casos, pero como es habitual también, en cada una vamos conociendo más a los personajes y circunstancias. Así que, pese a seguir sus investigaciones con interés, lo que al final nos importa más es ese desarrollo. También de fondo en todas, excepto en la 5.ª que trata precisamente de ello, está la razón última de ese exilio de Schiavone: su (más que) supuesta corrupción cuando trabajaba en Roma. Eso y la singular relación con sus amigos de toda la vida, Brizio, Sebastiano y Furio, un trío que es lo mejor de cada casa.
Los cuatro, con Rocco como contrapunto porque es policía, andan metiéndose —o los meten— siempre en líos, pero también siempre harían todo por todos, por esa amistad inquebrantable. Es en la última novela, Polvo y sombra, cuando esa amistad se verá amenazada de verdad y las traiciones serán las más inesperadas. O tal vez no.
Serie de Rocco Schiavone
Como suelo recomendar en todas las series que se empiecen, conviene leerlas en orden para ir viendo la evolución de los personajes. También para constatar cómo lógicamente evoluciona el estilo de Manzini, que en esta última los acaba de redondear.
- Pista negra
- La costilla de Adán
- Una primavera de perros
- Sol de mayo
- 7-7-2007
- Polvo y sombra