Reyes Martínez vive en Gijón y compagina su trabajo como especialista en radiodiagnóstico con la escritura. Tiene más de diez obras publicadas destinadas al público infantil, juvenil y adulto. En esta extensa entrevista nos habla de El centinela, que se publicó por primera vez en 2018 y ahora se presenta en una edición revisada. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad.
Reyes Martínez — Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Tienes una nueva revisión publicada de tu novela El centinela. ¿Qué nos cuentas en ella y de dónde te vino la inspiración?
REYES MARTÍNEZ: El centinela es una novela de misterio, de corte juvenil, en la que se aborda el tema del acoso escolar dándole una vuelta a todo a lo que estamos acostumbrados.
Toño es el director de un instituto de Gijón que piensa que en su centro el acoso escolar no existe. Tras un curso sobre el tema, descubre que estaba equivocado y decide designar a un alumno para que sea sus ojos y oídos dentro del instituto, insistiendo mucho en que no espera de él que sea el chivato del director, sino su mano derecha, que le ayudará a prevenir todas esas conductas que pudieran derivar en el terrible acoso escolar que está tan presente en nuestras aulas.
Dentro de la novela podremos encontrar que los acosadores pasarán a ser acosados, tal como ocurrió en el caso real que me inspiró para escribir esta historia. Obligo a todos a asumir un papel en el acoso, dado que tendemos a visibilizar solo a dos figuras, el acosador y el acosado, siendo igual de responsables, y a veces incluso más, el centro educativo, la familia y el espectador.
El resultado es una novela muy amena, envuelta en un halo de misterio (el director y el centinela se comunican a través de un sobre rojo que dejan en una taquilla abandonada de la segunda planta), con capítulos muy cortos y donde nada es lo que parece.
Un caso real
En la vida real una alumna demandó a ocho compañeros directamente en la policía por acoso escolar y, pese a que el centro comenzó bien porque la aisló de ellos, no contrastó la información (que luego se descubrió que no era cierta), con lo que estos ocho alumnos comenzaron a ser los acosados. Eso me empujó a escribir esta historia en la que les cambio los papeles y les obligo a enfrentarse a las consecuencias.
Lecturas
- AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y lo primero que escribiste?
RM: Mis primeras lecturas fueron cuentos clásicos, estoy segura porque mis padres siempre fueron unos grandes amantes de la lectura y los teníamos todos en casa. Como empecé a leer muy pronto, enseguida eché mano de ellos. Pero el libro que hizo un clic en mi cabeza y que me metió de lleno en la historia, haciendo que la lectura pasara de ser un entretenimiento a una necesidad, fue La historia interminable, una historia intemporal, llena de misterio y de fantasía, donde me convertí más de una vez en Bastian o en Atreyu, dependiendo de dónde me encontrara leyendo en aquel momento.
Lo primero que recuerdo escribir y di a leer a alguien fue una obra de teatro para el instituto, en el que cinco brujas deciden vengarse de los hombres que acaban de engañarlas, cada una con un conjuro distinto. Fue mi primera vez en la que me exponía a las críticas y lo recuerdo como muy muy divertido.
Reyes Martínez — Autores
- AL: ¿Un autor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
RM: Mi autor por excelencia es Henning Mankell, escritor sueco de novela policíaca, que tiene un personaje, el inspector Wallander, algo atípico y poco convencional y que, además, siempre denuncia algo en sus historias.
Durante muchos años me encantaron los libros de Stephen King, porque eran muy variados, me hacían pasar miedo y me mantenían horas y horas pegada al papel, pero llegó un momento en que me pareció que se había pasado de rosca.
Nunca he sido una enamorada de la novela romántica pero sí me emocionan historias como Jane Eyre, Mujercitas, Historia de dos ciudades, y ha habido épocas en mi vida en las que solo leía ese tipo de libros.
En los últimos años he descubierto a Víctor del Árbol y soy incapaz de dejar pasar un libro suyo. En todos aprendo algo y me mantiene intrigada de principio a fin. Es un gran autor de novela negra.
Me he leído prácticamente toda la bibliografía de Isabel Allende, pese a que a veces me resulta repetitiva y la de Elisabeth George, novelista policíaca inglesa con unos personajes muy bien definidos. De todos modos, prefiero pensar que soy más de libros que de autores. A veces das con alguna joya de un autor que no es de tu interés o das con verdaderos libros vacíos de uno de tus autores favoritos, no le hago ascos a ningún buen libro.
Y leo muchísimo a autores noveles, puesto que yo lo he sido durante muchos años, y que no tengan el reconocimiento de una editorial grande no es sinónimo de falta de calidad, lo tengo claro.
Personajes
- AL: ¿Qué personaje te hubiera gustado conocer y crear?
RM: Esta es muy fácil: Harry Potter. Me parecen unos libros que, sin ser pretenciosos, han conseguido mover en masa al mundo. ¿Y por qué? Porque hemos sido capaces de pensar que la magia existe solo entrando en sus páginas. ¿Por qué no nos podría pasar lo mismo que a un niño desgarbado que vive debajo de una escalera?
Pese a que la autora no es de mis favoritas, las historias de Harry Potter me han emocionado, divertido, horrorizado, animado… Leyendo estos libros he pasado por todos los estados por los que puede pasar cualquier persona. ¡Qué pena que no se me ocurriera a mí!
Costumbres
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
RM: Durante muchos años he estado sola con mis tres hijos (eran pequeños cuando empecé a publicar) y trabajaba a turnos en un hospital. Tenía que hacer encaje de bolillos para conseguir tiempo para escribir o leer y comencé a aprovechar cada segundo: los sentaba a hacer deberes o tareas después de merendar y yo sacaba el boli y el papel. Pero no me dejaban mucha continuidad. Así que, comencé a escribir cuando se dormían y recogía un poco en casa. Ahí empezó mi déficit de sueño. Me acostaba cuando me quedaba dormida encima del papel y me levantaba a las cinco y media de la mañana a escribir otro poco. Así que, podría afirmar que, durante años, he sido una superviviente de la escritura y de la lectura, necesitaba silencio y soledad y los buscaba donde podía.
Después desarrollé una capacidad increíble de escribir en cualquier postura, situación o lugar hasta que crecieron lo suficiente y mi profesor del taller literario, Ramón Alcaraz, me dijo que todos los buenos escritores tenían alguna manía para escribir. Como yo no la tenía, me busqué una, si no, jamás podría ser buena escritora, ¿no?
Manías y momentos
Cuando empiezo una novela, y ya que escribo en papel, utilizo papel para reciclar del trabajo y después, al pasarlo al ordenador, voy rompiendo esas hojas y metiendo los pedazos en una bolsa de papel que dejo junto al sofá. Esa bolsa no se mueve del lugar hasta que doy por terminada por completo la novela. Friego, barro, paso el aspirador… pero rodeo esa bolsa que pasa a formar parte de la decoración del salón durante meses.
Una manía que sí que tengo desde el principio es que soy incapaz de escribir una sola línea si no he puesto el título de la novela. Tras pensar la historia, darle forma en mi cabeza y documentarme todo lo que puedo, busco el título y, una vez que lo encuentro, empiezo a escribir, jamás antes.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
RM: Aprovechando que mis hijos ya han crecido y no necesitan tanto mi atención, leo y escribo en cualquier momento y lugar. Soy capaz, además, de estar viendo una serie a la vez que escribo y me entero de las dos cosas. Creo que eso ha sido culpa de mis chicos, tanto me tenía que esforzar en concentrarme cuando eran pequeños que mi cerebro se desarrolló demasiado en ese sentido. No estoy segura de si darles las gracias por ello o un capón, quizá ambas cosas.
Géneros y proyectos
- AL: ¿Qué otros géneros te gustan?
RM: El género que más leo es la novela negra, también la policíaca y de misterio. Podría pasar la vida leyendo solo ese tipo de género, pero creo que, lejos de enriquecerme, me empobrecería no tocar otros. Así que, acudo a dos clubes de lectura en los que me proponen otros tipos de libros. Así he descubierto que me gusta la fantasía, la narrativa contemporánea sin más, la novela juvenil e infantil porque me traslada a épocas que añoro, la histórica si está bien novelada, la ciencia ficción si es creíble, y que sigue sin gustarme la novela romántica, al menos, lo que se oferta ahora como romántica, claro.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
RM: Ahora mismo estoy leyendo Susurros del pasado, de Alicia G. García, escritora de Gijón que tiene en su haber tres premios literarios. Esta última novela ganó el premio Princesa Galiana, del ayuntamiento de Toledo y está reeditada por Orpheus, una editorial asturiana. He terminado una novela de Laetitia Colombani, La trenza, una historia conmovedora y muy bien hilada.
Normalmente tengo un par de novelas empezadas tanto para leer como para escribir porque me rindo a mi estado de ánimo para una cosa o la otra y no siempre tengo estómago para leer un drama o para matar en el papel.
Ahora mismo estoy escribiendo una novela negra, de título Yo te libero y que tiene como escenario un pueblo del sur de Madrid. Y una novela juvenil de título #honey que aborda la suplantación de identidad por internet y el ciberacoso.
Reyes Martínez — Paranorama editorial
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?
RM: Durante muchos años me he dedicado a la autoedición y me parece un método muy recomendable para los escritores que no tienen paciencia para esperar a que una editorial lean sus manuscritos y se atrevan a dar el paso con ellos. Pero, como todo, creo que se nos va de las manos. Hay muchos autores que creen que pueden escribir una historia, publicarla y punto. Y creo que no, hay que corregirla, hay que documentarse en condiciones, hay que respetar al lector, en definitiva. Y este tipo de autores (y de editoriales que se dedican a la autoedición sin poner en valor lo que publican) no hacen ningún favor al resto de los escritores que optan por este método.
Por otro lado, creo que las editoriales grandes optan por sacar demasiadas novelas a la luz, tienen bastante saturado el mercado y no se les da a los autores el tiempo suficiente para que su libro suba puestos o llegue a más sitios. En ambos casos, es el dinero el que manda, en lugar de un buen libro.
Yo tengo la suerte de haber reeditado El centinela con una editorial como Harper Collins, que no ha entrado en ese juego de «publicar por publicar» y que cuida a sus autores y a sus historias como si fueran la única en la Tierra.
Que conste que esto es solo mi opinión, ya que he pasado por todas esas fases.
Paranorama actual
- AL: ¿Qué tal llevas el momento actual que vivimos?
RM: No estoy segura de si te refieres al momento literario. Si es así, estoy un poco preocupada por el tema de la Inteligencia Artificial, es una herramienta muy útil, por supuesto, pero quita mucho valor a la espontaneidad, a la frescura de un autor.
Si te refieres a la vida en general, creo que es cíclica. Todo lo que estamos pasando (guerras, crisis, pandemias, acoso escolar, violencia de género) ha ocurrido antes y volverá a pasar después, podremos cambiar de escenario y de nombre a lo que ocurre e incluso buscar soluciones distintas, pero es «el mismo perro con distinto collar». Eso sí, también estoy convencida de que no hay nada que pueda frenarnos si de verdad queremos hacer algo. Creo que debemos centrarnos en una meta y luchar por conseguirla independientemente de lo que haya alrededor. Esto también se extiende al mundo literario.