Un texto literario es un tipo de texto cuyo máximo objetivo es resaltar la funciĂłn poĂ©tica o estĂ©tica de su discurso. Por tanto, se retrotrae a las tipologĂas textuales y a las funciones del lenguaje (referencial, expresiva, apelativa, metalingĂĽĂstica, poĂ©tica). Lo caracterĂstico de un texto que es literario y que lo diferencia de un texto no literario (textos periodĂsticos, publicitarios, cientĂficos, expositivos, argumentativos, cientĂficos, descriptivos, jurĂdicos, etc.), es la transmisiĂłn de ideas de una manera cuidada, estĂ©tica, dentro de los muchos estilos que existen.
El componente literario da mucho juego y existen máximas posibilidades, por lo que algunos textos literarios tambiĂ©n comparten caracterĂsticas con otros textos, como la descripciĂłn, la exposiciĂłn o la argumentaciĂłn. Asimismo, dentro de este tipo de textos destacan las siguientes tres divisiones que acogen los diferentes tipos de textos literarios (lĂricos, narrativos y dramáticos), asĂ como sus caracterĂsticas.
CaracterĂsticas de los textos literarios
- Función estética y gran capacidad expresiva. El propósito principal de estos textos es conmover al lector a través de la elección adecuada de las palabras, del uso de figuras o recursos literarios.
- Normalmente están macados por un fuerte subjetivismo. E incluso puede mover a la persuasiĂłn a travĂ©s de la argumentaciĂłn, aunque sea de manera implĂcita.
- Estilo. Es ilimitado por la libertad creadora del autor; tambiĂ©n puede responder a las caracterĂsticas de un movimiento artĂstico.
- Carácter ficticio. A excepciĂłn de un ensayo, los textos literarios son en su mayorĂa recreaciones de la realidad, o se alejan de ella. Las temáticas pueden ser igualmente innumerables, pero verosĂmiles.
- La extensión puede ser muy variada; especialmente los textos narrativos destacan por esto (véase un microrrelato o una novela).
Tipos de textos literarios
Textos literarios lĂricos

La caracterĂstica principal de estos textos es que en su mayorĂa están escritos en verso. No obstante, esto ha ido cambiando a lo largo del Ăşltimo siglo en la literatura universal. Ahora hay muchos tipos de poemas que pueden no estar escritos en verso o textos que pueden ser lo que se hace llamar «prosa poĂ©tica». No obstante, si hemos de ceñirnos a la concepciĂłn clásica, estos textos literarios se forman a travĂ©s de estrofas que tienen la particularidad de ser muy variadas; tienen un ritmo y pueden rimar o no hacerlo.
La extensiĂłn abarca desde el pareado a extensos poemas que la mayorĂa de las veces retratan la expresiĂłn intimista del autor. Es el canal más personal del poeta para llevar a cabo reflexiones o hablar de diversos temas que son trascendentes, o que muestran sentimientos propios o compartidos por el resto de seres humanos. Son textos que tienen muchas posibilidades porque se valen de diversos recursos literarios y, en su caso, figuras retĂłricas. Ejemplos: el cuarteto, el soneto, la lira, la copla, o la dĂ©cima.
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco dĂa,
y podrá desatar esta alma mĂa
hora a su afán ansioso lisonjera;
[…] (Fragmento de un soneto de la Obra poética de Francisco de Quevedo).
Textos literarios narrativos

Predominan la novela, el relato o el cuento. Son textos escritos en prosa que describen y cuentan la acción de una historia. Contiene elementos literarios fundamentales para este tipo de textos, como el narrador, los personajes, los diálogos, el espacio, el tiempo, la trama y el tema. Además de los diálogos tiene relativa importancia la descripción en estos textos, sin bien hay algunos que hacen una descripción muy somera y otros llevan a cabo otra más minuciosa. En este sentido dependerá del tipo de historia y del estilo del autor. Sin embargo, la acción será igualmente predominante, porque es lo que caracteriza un texto que cuenta una historia y hace avanzar el curso de los acontecimientos (en una introducción, un nudo y un desenlace) con mayor o menor tensión.
Asimismo, tambiĂ©n resulta relevante la extensiĂłn que puede ser de unas pocas lĂneas en el caso de los microrrelatos, o de cientos y cientos de páginas que puede tener una novela. Estos textos tienen carácter ficcional, más o menos realistas, fantásticos o de un gĂ©nero especĂfico (romance, aventuras, terror, historia, ciencia ficciĂłn).
Por Ăşltimo, al hacer una clasificaciĂłn tan minimalista los ensayos tambiĂ©n estarĂan incluidos aquĂ, aunque tengan una funciĂłn más didáctica. Pero tambiĂ©n son textos en prosa. Algunos ejemplos más de textos literarios narrativos son la leyenda, la fábula o el microrrelato.
Cuando despertĂł, el dinosaurio todavĂa estaba allĂ.
(Microrrelato de Augusto Monterroso).
Textos literarios dramáticos

Esta literatura escrita tiene como fin Ăşltimo la representaciĂłn. A lo largo de todas las Ă©pocas pensamos en ellos como el libreto de una obra teatral. Sin embargo, hoy en dĂa hay textos literarios que son escritos para ser adaptados en el cine y en la televisiĂłn. Otra caracterĂstica fundamental en ellos es que carecen de narrador; se valen Ăşnicamente de los diálogos y de las acotaciones que dirigen la acciĂłn, el espacio o el tiempo, o a los propios personajes. Pero no hay una voz narradora que organice el resto de elementos.
Los temas son infinitos, pero al tratarse también de una sucesión de acciones, se necesita un orden y normalmente están divididos en tres actos, como si fueran la introducción, el nudo y el desenlace de los textos narrativos. No obstante, las vanguardias y el nuevo teatro han transformado la obra teatral, por lo que hay cabida a más tipos de creaciones dramáticas. Actualmente los textos dramáticos suelen ser en prosa; pero a lo largo de la historia estos han sido concebidos en verso. En general, hay tres tipos básicos de estos textos: comedia, tragedia y drama.
CHUSA: Pon tus cosas por ahĂ. Mira, ese es el baño, ahĂ está el colchĂłn. Tenemos «marĂa» plantada en ese tiesto, pero casi no crece, hay poca luz. (Al ver la cara que está poniendo Jaimito). Se va a quedar a vivir aquĂ.
JAIMITO: SĂ, encima de mĂ. Si no cabemos, tĂa, no cabemos. A todo el que encuentra lo mete aquĂ. El otro dĂa al mudo, hoy a esta. ÂżTĂş te has creĂdo que esto es el refugio El Buen Pastor, o quĂ©?
CHUSA: No seas borde.
ELENA: No quiero molestar. Si no queréis, no me quedo y me voy.
JAIMITO: Eso es, no queremos.
(Fragmento de Bajarse al moro, de José Luis Alonso de Santos).