Qué es la Ilustración

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La Ilustración fue el movimiento cultural que dio luz a la razón. Es comúnmente conocido como el Siglo de las Luces, el XVIII. Fue un movimiento que no solo cambió la Literatura, también abarcó Artes, Ciencia, Filosofía y Política, e incentivó movimientos sociales, como la Revolución Francesa.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX la Ilustración se expandió por los salones de eruditos y pensadores y ayudó a mejorar el mundo. No obstante, ese quizá fue también su fallo. Por una parte, impulsó la derriba de barreras, pero también se formaron otras nuevas. En definitiva, se trató de un movimiento aburguesado.

Origen y contexto de la Ilustración

Fue nombrado el Siglo de las Luces porque surgió con el objetivo de proporcionar luz a las bases obscurantistas en las que estaba fundamentada todavía la vida política y pública, gozando la religión de un lugar preferente. Esta antigua sociedad estaba caracterizada por la ignorancia y la superstición. Las antiguas creencias, el analfabetismo y la jerarquización estamental y militar seguían predominando hasta entonces. De arriba a abajo. El poder monárquico también era incuestionable, porque los reyes gobernaban y lo hacían porque eran los elegidos de Dios.

Y aunque los ilustrados promovieron muchos cambios transformadores, se precipitaron en un continuismo que seguía separando a los que tomaban las decisiones del pueblo. Por lo tanto, el poder era concebido de manera vertical nuevamente. Querían hacer un camino de mejora para todos, pero sin contar con todas las capas sociales. Por ello seguramente funcionara en su momento para alcanzar una transición cultural y social posterior. Así, el siglo XIX traería nuevos cambios en diversas direcciones sociales mucho más transversales.

Salón de Madame Geoffrin

Salón de Madame Geoffrin (1812), pintura de Charles Gabriel Lemonnier.

Características

  • Despotismo ilustrado: los poderes cayeron en una suerte de paternalismo con el pueblo. Se quiso educar a la gente a través de los dictámenes de la Ilustración con la convicción de estar haciendo lo mejor para la ciudadanía, pero sin hacerla partícipe. Y el poder seguía siendo absoluto para el rey.
  • Antropocentrismo: Dios es desplazado por el hombre.
  • Racionalismo: prevalece la razón sobre la fe.
  • Pragmatismo y la consecuente línea filosófica del Utilitario. Muy vinculado con la pedagogía y la importancia de aprender únicamente materias que puedan ponerse en práctica.
  • Imitación: se intenta volver a los autores clásicos (neoclasicismo).
  • Idealismo: al pretender alejarse de la realidad y de lo tosco y de buscarse lo estético se distancian también del pueblo y de sus necesidades auténticas. Es un rechazo de lo popular.
  • Universalismo: se vuelve al origen clásico de la literatura y la filosofía. Lo que es universal a la cultura occidental, pero otra vez no atiende a la situación real de la gente.

La Ilustración en Europa

Hablar de Ilustración es hablar de la Enciclopedia (Encyclopédie) de Denis Diderot y Jean le Rond d’Alembert, quienes se encargaron de la coordinación. También llamado Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios se trata de un extenso texto que trata de englobar el conocimiento de letras y el de ámbito científico desde un punto de vista pragmático. En este texto cooperaron grandes personajes como Voltaire o Rousseau. Se publicó en 1751 en Francia y seguramente se trate de la obra más importante del siglo XVIII.

La lengua francesa era el vehículo de transmisión de ideas en este tiempo. Muy bien considerada, las grandes obras se escribían en este idioma. No obstante, además de Francia, la Ilustración también tuvo especial relevancia en Inglaterra y Alemania. El inglés, el alemán, o el español se saturan de galicismos.

En Literatura los géneros más frecuentes pertenecían al clasicismo: tragedia y comedia en teatro y muchísima fábula y sátira que alentaran el aprendizaje a través de enseñanzas morales. No obstante, muchas de las obras de gran calado hablaron de Economía y Filosofía; entre sus autores más destacados se encuentran Adam Smith (La riqueza de las naciones), Immanuel Kant, David Hume, Montesquieu, y Voltaire y Rousseau, por supuesto. René Descartes o John Locke fueron fuente de inspiración para todos ellos.

Narrativa ilustrada europea

También es de justicia nombrar a los otros autores que escribieron ficción y que con sus obras también contribuyeron al siglo XVIII y a los posteriores. Porque ellos fueron los que desarrollaron la novela moderna:

  • Daniel Defoe: Robinson Crusoe (1719). Es la conocida historia de un hombre que pasa casi 30 años en una isla desierta después de que naufragase el barco donde viajaba.
  • Jonathan Swift: Los viajes de Gulliver (1726). Novela de aventuras, también es  sobradamente famoso el país de Liliput donde transcurre la acción y sus habitantes, los liliputienses.
  • Laurence Sterne: Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1759) es un clásico que destaca por la técnica narrativa que utiliza con monólogos internos y cuestionamientos irónicos.
  • Pierre Choderlos de LaclosLas amistades peligrosas (1782) es una novela epistolar.
  • Donatien Alphonse François de Sade, más conocido como marqués de Sade: es uno de los escritores más controvertidos de todos los tiempos. Su nombre ha servido para agregar una nueva palabra al diccionario, sadismo (adjetivo: sádico/a), debido a los detalles despiadados de sus textos, así como por sus argumentos repletos de perversiones. Pero sus libros, aunque polémicos, con ironía o sin ella también tratan a su manera de aleccionar al lector. Destacan: Justine o los infortunios de la virtud (1791), La filosofía en el tocador (1795) o Los 120 días de Sodoma o la escuela de libertinaje escrita en 1785, pero publicada muchos años después.
Real Academia Española

Sede en Madrid de la Real Academia Española.

La Ilustración en España

El contexto político en España durante la segunda mitad del siglo XVIII era el siguiente: los reinados borbónicos de Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808). Monarcas absolutistas en cuyas regencias no calaron con suficiente fuerza las ideas ilustradas y progresistas de la Europa más avanzada. No como en Francia, al menos. En España las doctrinas más tradicionalistas y la religión católica estaban demasiado enraizadas en la mentalidad y las costumbres del pueblo español, que jamás promovió el cambio.

Habría que esperar al siglo XIX para que se produjera la abdicación real de Carlos IV, y hubiera una monarquía progresista en España con toque francés, que los españoles más refinados se convirtieran en afrancesados y que finalmente todo acabara en una guerra de independencia y en el retorno del absolutismo más férreo de la mano de «el Deseado», Fernando VII.

Por otro lado, en el ámbito cultural destaca la creación de la Real Academia Española (1713) que se ha encargado desde entonces de «limpiar, fijar y dar esplendor» a nuestra lengua, así como la Real Academia de Bellas Artes De San Fernando (1752), la Academia de la Historia (1738) o el que es hoy el Museo Nacional de Ciencias Naturales, entre otras instituciones de enorme importancia y prestigio. Asimismo, la Sociedad Económica de Amigos del País fue un grupo elitista e intelectual formado por algunos nobles de la época y que pasó por diferentes etapas, pero que nunca abandonó su carácter aristocrático.

Jovellanos por Goya

Pintura de G. M. de Jovellanos (1798), de Goya.

Autores españoles del siglo XVIII

  • Fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). Monje benedictino, fue una figura fundamental para las obras de ensayo y pensamiento crítico. Sus trabajos más importantes son Teatro crítico universal (1726) y Cartas eruditas y curiosas (1742).
  • Gregorio Mayans (1699-1781). Como historiador ilustrado fue muy importante en el ensayo histórico y sus trabajos destacan por su rigurosidad. Su obra más importante: Orígenes de la lengua española (1737).
  • Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811). Además de escribir diversos ensayos de economía o agricultura (muy importante es su trabajo Informe sobre la Ley Agraria), aportó a la corriente ilustrada española una comedia clásica escrita en prosa, El delincuente honrado (1787), enmarcado dentro de este teatro refinado de la Ilustración.
  • José de Cadalso (1741-1782). Grandísimo narrador español del siglo XVIII. Destacan sus Cartas Marruecas (1789), un excelente tratado en forma epistolar a través de un español anfitrión y de un elegante extranjero de origen marroquí que trata de aprender de las costumbres curiosas y un poco rústicas de los españoles. También imprescindible resulta Noches lúgubres (1789-1790), un canto mortuorio exquisito y triste, aunque más cercano al prerromanticismo español.
  • Juan Meléndez Valdés (1754-1814), el gran representante de la poesía española del siglo XVIII.
  • Tomás de Iriarte (1750-1791) y Félix María Samaniego (1745-1801) representan la fábula pedagógica de la literatura  ilustrada española.
  • Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) fue el más importante dramaturgo del siglo XVIII en España. Destacan sus comedias El viejo y la niña (1790), El sí de las niñas (1805), así como La comedia nueva (1792)

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  1.   Vladimir Portela dijo

    Completamente sobrevalorada. En ese entonces no se sabía que la inteligencia (iq) era una distribución normal. Por ello, hoy sabemos que era un grupo de nerdos franceses que pensaban que mediante un cálculillo racional era posible una mejor vida. Celebremos que hoy lo que sabemos es que no es así. Los hispanos no tuvimos Luces. Eso eran chucherías importadas.
    No creamos en Francia. Jamás.

    1.    Belen Martin dijo

      ¡Hola, Vladimir! Gracias por tu comentario. Efectivamente, he intentado trasladar el mensaje de que la Ilustración no fue un movimiento para todos y que, igual que lo demás, también se podría haber hecho mejor. ¡Además, las Luces en Hispanoamérica fueron muy tenues! Desde luego. Un saludo.