Qué es el simbolismo en la literatura y cómo identificarlo
El Simbolismo fue uno de esos movimientos revolucionarios que vinieron para quedarse y transformar la forma en la que se escriben y leen libros. Nació en Francia y Bélgica como una forma de romper lo que, en 1885, Jean Moréas llamó «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva», trazando así una línea editorial donde lo más importante es resolver el misterio.
El Simbolismo tiene su origen primario en Las flores del mal, el poemario más emblemático de Charles Baudelaire, quien apreciaba en grado sumo al escritor estadounidense Edgar Allan Poe, un poeta que ya había trabajado en la mayoría de las imágenes y figuras retóricas que se utilizaron después. Para comprenderlo, te invitamos a leer este artículo sobre qué es el Simbolismo en la literatura y cómo identificarlo.
Qué es el simbolismo en la literatura y cómo identificarlo
¿Qué es el simbolismo en el arte y la literatura?
A muy grandes rasgos, el simbolismo alude al uso de símbolos para representar conceptos o emociones que van más allá de su significado literal. En este sentido, un símbolo literario es un objeto, acción, personaje o lugar que incorpora algo más que su apariencia física. Por ejemplo: una rosa puede encarnar el amor o la ambigüedad, y una tormenta, el caos o el cambio inesperado.
El Simbolismo permite que una obra literaria funcione en varios niveles al mismo tiempo. En el nivel superficial, el lector sigue la acción o los acontecimientos descritos por el autor. En un nivel más profundo —al menos en una obra bien planteada— puede describir resonancias culturales y filosóficas ocultas. Esta técnica es clave en la literatura lírica, la teológica y la que evoca ideas abstractas.
Orígenes y evolución del Simbolismo
Pese a que el Simbolismo es tan antiguo como la literatura misma —ya presente en mitos, parábolas y textos religiosos—, como movimiento literario surgió en la Francia del siglo XIX, influenciado por el Romanticismo y el deseo de expresar lo inefable, lo espiritual y lo subjetivo, algo que se contraponía al Realismo y la Ilustración. Además de Baudelaire, hubo otros autores fundacionales de los que vale la pena hablar.
Entre los escritores más destacados de la génesis del Simbolismo también se encuentran Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine, quienes buscaron trascender el lenguaje racional a través de imágenes sugerentes y símbolos que, más que situaciones conocidas, evocaran estados del alma, lo que se encuentra dentro y no tiene forma concreta de ser explicado.
Desde ese entonces, el Simbolismo ha sido adaptado y adoptado por distintas corrientes literarias, como el Modernismo, el Surrealismo, el Expresionismo, e incluso la literatura contemporánea. En nuestra actualidad, el movimiento sigue siendo una de las técnicas narrativas y poéticas más poderosas y versátiles de la historia.
Tipos de símbolos en la literatura
Existen diversos tipos de símbolos en las obras literarias. Algunos son universales, otros culturales, y ciertos aparecen como únicos dentro del contexto de una historia en particular.
Símbolos universales
Se trata de aquellos que son reconocidos por múltiples culturas, como el caso del sol, que suele simbolizar la vida, la iluminación o la masculinidad, mientras que la luna, lo contrario: lo femenino, el misterio y el agua.
Símbolos culturales
Estos están vinculados a culturas o épocas específicas. Por ejemplo: en Occidente, el uso del color blanco representa pureza, pero en Oriente, luto. Por ello es imprescindible investigar a la hora de trasladarse a otro país, pues sus diálogos simbólicos son parte de su idiosincrasia.
Símbolos contextuales o personales
Suelen ser creados por los autores para enmarcar obras particulares. En este caso, se puede hacer uso de objetos cotidianos. Ejemplos fáciles de situar son los horrocruxes de Voldemort: él utilizaba cosas que, de alguna u otra manera, formaron parte de su vida o del poder que quería alcanzar. Así, el anillo de los Gaunt, por nombrar uno, pasa a ser un símbolo de su linaje mágico, pero también de la decadencia de su línea familiar.
Símbolos religiosos o filosóficos
Todo sistema de creencias religiosas es un mundo completo en lo que a uso de simbolismos se refiere, ya que a través de ellos exploran temas metafísicos o espirituales. El árbol de la vida, la cruz, el laberinto del minotauro, el Pozo de Mimir, la manzana de Eris o la existencia de los Yūrei japoneses fueron creados para explicar fenómenos imposibles de entender para las personas de la antigüedad, luego tomaron forma en las historias para advertir sobre el destino.
Símbolos oníricos
Estos son mayormente utilizados en literatura fantástica, surrealista o poética, donde los objetos tienen significados inconscientes o psicológicos. Por ejemplo: el castillo de Howl de Diana Wynne Jones representa el interior del mago, por lo que cada cambio insertado por Sophie, la protagonista femenina, simboliza una transformación interna del anfitrión.
¿Cómo identificar el simbolismo en un texto literario?
Reconocer símbolos en una obra no siempre es fácil, ya que suelen estar disimulados dentro de la narrativa. Sin embargo, existen varias estrategias que ayudan a detectarlos e interpretarlos. Algunas de las más conocidas son las siguientes.
Observar la repetición
Si un objeto, color, animal o situación se repite a lo largo del texto, es probable que tenga un valor simbólico. Por ejemplo, si un personaje siempre mira por una ventana, esta puede representar su deseo de libertad o su desconexión del mundo exterior.
Analizar el contexto y el desarrollo
Es importante observar cómo cambia un símbolo a lo largo del texto. ¿Se transforma o aparece en momentos clave de la historia? Esto puede dar pistas sobre su evolución simbólica. Un río, por ejemplo, puede al principio representar un obstáculo y más tarde, una vía hacia la redención.
Relacionarlo con los temas principales
Los símbolos tienden a estar estrechamente ligados a los temas de la obra. Si el texto trata sobre el paso del tiempo, los relojes, estaciones del año o espejos podrían estar cargados de simbolismo temporal. Si la temática es el duelo, los objetos relacionados con la muerte, la oscuridad o el recuerdo serán clave.
Buscar connotaciones culturales y arquetípicas
Los símbolos muchas veces están anclados en el imaginario colectivo. Cuando esto ocurre, es necesario consultar mitologías, creencias religiosas o teorías como la de los arquetipos de Jung. Esto puede ayudar a interpretar significados más amplios.
Examinar el lenguaje figurado
Las metáforas, alegorías y comparaciones casi siempre contienen símbolos disfrazados. Una comparación reiterada entre un personaje y un animal —como un cuervo o una mariposa— podría estar sugiriendo un rasgo simbólico.
Ejemplos clásicos de simbolismo
El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald
En esta novela, la luz verde al otro lado de la bahía simboliza el sueño inalcanzable de Gatsby: su idealización del amor y el éxito. También representa el mito del sueño americano.
Fragmento de la obra en donde se evidencia:
«Él estiró los brazos hacia las aguas oscuras en una curiosa manera, y, lejos como estaba, me pareció ver que temblaba. De pronto me di cuenta de que no estaba solo: cuando miré una vez más hacia él, estaba tendido en la oscuridad —y como un momento antes se había desvanecido el relámpago— solo una cosa era visible, una luz verde, minúscula, al final de un muelle».
Matar a un ruiseñor de Harper Lee
El ruiseñor representa la inocencia y la bondad, y matar a uno simboliza el daño injusto hacia quienes no han hecho mal alguno.
Fragmento de la obra en la que se evidencia:
«—Recuerda que matar a un ruiseñor es un pecado —dijo Atticus.
Esa fue la única vez que lo oí decir que algo era pecado, y pregunté a la señorita Maudie al respecto.
—Tu padre tiene razón —dijo ella—. Los ruiseñores no hacen otra cosa que cantar para nosotros con todo el corazón. No se comen los huertos, no anidan en los graneros de maíz, no hacen más que cantar. Por eso es pecado matarlos».
El cuervo de Edgar Allan Poe
El cuervo es un símbolo oscuro, ominoso, asociado con la muerte, el dolor, la obsesión y la pérdida. En el poema, repite las palabras «nunca más», que encarnan la desesperanza del narrador: nunca más volverá a ver a Leonor, nunca más sentirá felicidad, calma o paz, nunca más será capaz de recobrar la cordura.
Fragmento de la obra en la que se evidencia:
«Y el negro pájaro, lento, sin moverse ni un momento,
en mi busto se posó, del pálido Palas, sobre el tosco marco aquel;
nada dijo, nada hizo, ni una pluma se le rizó,
y entonces yo murmuré: “Otros amigos ya volaron antes de él;
mañana él también me dejará, como mis esperanzas, fiel.”
Dijo el cuervo: “Nunca más”».
Poema Ozymandias, de Percy Bysshe Shelley
Este famosísimo soneto de Percy Bysshe Shelley tiene un simbolismo muy significativo. La estatua desmoronada evidencia lo efímero de la existencia del hombre. «Vanidad de vanidades» fácilmente viene a la mente al pensar en las «dos piernas sin tronco» y «la faz rota». No importa qué hagas, morirás, y el olvido nos aguarda a todos.
Poema (Traducción de Fernando G. Toledo)
«A un viajero vi, de tierras remotas.
Me dijo: Hay dos piernas en el desierto,
de piedra y sin tronco. A su lado cierto
rostro en la arena yace: la faz rota.
Sus labios, su frío gesto tirano,
nos dicen que el escultor ha podido
salvar la pasión, que ha sobrevivido
al que pudo tallarlo con su mano.
Algo ha sido escrito en el pedestal:
“Soy Ozymandias, el gran rey. ¡Mirad
mi obra, poderosos! ¡Desesperad!:
La ruina es de un naufragio colosal.
A su lado, infinita y legendaria
sólo queda la arena solitaria”».