Cómo escribir una novela: el proceso de revisión y corrección

Libro abierto sobre una mesa

Cuando hablamos de revisión y corrección hablamos de un proceso conjunto que hemos de hacer en dos fases diferentes: la revisión y corrección de lo que vamos escribiendo (por ejemplo al final de cada capítulo y de cada sesión de escritura) y la revisión y corrección final, una vez que hemos terminado la primera versión de la obra.

El hecho de no dejar esta tarea por entero para el final puede facilitarnos las cosas sobremanera. Sucede que a veces tenemos que tomar perspectiva, y que lo que hemos escrito hoy y hoy nos gusta, quizá porque acabamos de hacer un gran esfuerzo, quizá por la adrenalina del momento, tal vez mañana nos resulte mejorable o directamente suprimible. Es por ello que la revisión y corrección del día después, es en muchos casos la verdadera prueba del algodón: uno no sabe si lo que ha escrito es bueno hasta que vuelve a leerlo tras haber dormido.

Otro factor que puede resultarnos de gran ayuda es el hecho de ser críticos a medida que avanzamos, es decir, leer varias veces cada frase o cada párrafo antes de pasar al siguiente, estableciendo así un primer filtro que nos aligerará la carga correcctiva final. No obstante, esto no es válido para todos los tipos de escritores ya que a muchos les hace perder la inspiración y prefieren realizar un primer volcado aún a sabiendas de que después tendrán que pulirlo con más ahínco. Cada escritor es un mundo y todos debemos buscar nuestro propio método de trabajo.

De cara a la revisión y corrección final, es esencial tener calma y no dejarse llevar por las ansias. A quien termina de escribir una novela no acaba de llegarle el momento de verla publicada, y además suele darse el caso de que necesitan y quieren descansar de ella y en algunos casos ponerse manos a la obra con algún otro proyecto que ya tienen en mente. Sin embargo, es preferible no sucumbir a las ganas y darse el tiempo necesario para revisarla, corregirla y enriquecerla todo lo que sea necesario: eso es una muestra de respeto por todo el trabajo que uno mismo ha pasado para llegar hasta ahí.

Tampoco debemos enrocarnos en posturas conservadoras: es decir, a veces intuimos que alguna parte es mejorable o suprimible pero nos da pereza prescindir de ella. Pensamos que eso es respetar nuestro trabajo, pero en el fondo no es sino emborronarlo ya que no estaremos ofreciendo lo mejor de nosotros mismos.

Ordenador y gafas

Finalmente, antes de intentar publicar, no está de mas solicitar ayuda externa para obtener algunos puntos de vista exteriores que tal vez puedan complementar los nuestros. Para ello podemos tirar en primera instancia de algunas amistades que tengan hábito de lectura y en cuyos criterios confiemos, pidiéndoles que sean sinceros y apunten tanto los aciertos, para poder potenciarlos, como los errores, para poder corregirlos. También podemos acudir a correctores profesionales con el fin de mejorar nuestra obra antes de enviarla a editoriales. En caso de tener suerte con el envío y que una de ellas se anime a publicar la obra, ésta pondrá una nueva serie de filtros que la novela debe de pasar, habiendo varias personas cuya labor consiste en leer y sugerir los cambios que deben hacerse.

Conviene apuntar que muchas veces sugerirán cambios que no nos gustan demasiado y otras veces otros que sí vemos enriquecedores: no debemos caer en la prepotencia de hacer oídos sordos a las propuestas, pero tampoco pecar de falta de personalidad y eliminar o cambiar todo lo que nos pidan si ello va en contra de nuestros principios estéticos. Uno debe sentirse cómodo con el resultado final que va a llevar su firma y respetar la idea que uno quiere plasmar es algo esencial esencial en lo tocante a la publicación de cualquier obra literaria.


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