Despedí febrero asistiendo a dos presentaciones de libros y autores muy distintos. El día 27 fue la de Lo que callan los muertos, de mi colega escritora y compañera redactora en este blog, Ana Lena Rivera. Y el 28 estuve en la de Cuenta atrás, del poeta cordobés David López Sandoval, a quien no había leído y que gustó mucho. Estas fueron mis impresiones en cuanto a sus ambientes y tonos.
La distensión
Lo que callan los muertos – Ana Lena Rivera
27 de febrero. Biblioteca Francisco Umbral, Majadahonda.
Tenía ganas de conocer personalmente a Ana. Para desearle lo mejor en su gran debut literario con esta novela ganadora del Torrente Ballester 2017 y porque nos ofrece habitualmente su talento en este blog. Y también para decirle y animarla a que disfrute mucho de los actos, firmas y el contacto con los lectores, los que te conocen y los que no.
Comparto su experiencia, aunque no a su escala. Pero, aunque solo sea por una vez, todos los que escribimos deberíamos estar en ese sitio, frente a amigos o desconocidos que te leen o te descubren y firmando una historia que ha salido de tu imaginación. En el caso de Ana ya están siendo unos cuantos ratos y firmas, y los que le quedan. Y que todos sean como el del pasado día 27 en esa biblioteca de su pueblo, que estaba a rebosar de amigos, conocidos y anónimos lectores, muchos de los cuales ya se habían leído su novela.
El acto (el término «evento» me suele producir urticaria), que corrió a cargo de los responsables de la librería Las rubias también leen de Majadahonda, transcurrió en un tono muy distendido y ameno. Una charla entre dos amigos más que entre escritor, librero o lector beta, como ocurría con el presentador de Ana.
Así, se fueron alternando el consabido repaso por el libro, su trama, personajes y ambientes con las respuestas a las preguntas que salían a colación. Ana habló de todo, desde sus tempranos deseos infantiles por escribir, pasando por su exitosa carrera profesional ya de adulta como directiva salida del mundo de la informática, hasta su formación como escritora que ha concluido tan brillantemente. Aquí me concedió esta entrevista recientemente.
También habló del proceso creativo de esta novela y en todo momento interactuó con los asistentes a la presentación. Nos invitó a hacer preguntas o a hablar sobre la novela quienes la habían leído ya, evitando los destripes obviamente. En definitiva, fue un acto cercano, abierto y participativo, que terminó con la habitual firma. No pude quedarme hasta el final, pero me llevé esa firma y mi pose con la autora, naturalmente. Y ya he empezado a leer esa Lo que callan los muertos con buenas impresiones.
1. Dedicatoria de Ana Lena Rivera. Mil gracias… 2. David López Sandoval y Luis Alberto de Cuenca.
El intimismo
Cuenta atrás – David López Sandoval
28 de febrero. Librería Nakama, calle Pelayo, Madrid.
Al día siguiente fue la presentación de este corto poemario de un poeta que no conocía pero que me gustó mucho. Y qué distintos fueron el momento, el ambiente, los personajes y el tono.
López Sandoval es doctor en Filología Hispánica y profesor de Lengua y ha publicado ya una novela, Viaje al Parnaso, y los libros de poemas Náufragos o El viaje heroico. Con este Cuenta atrás ha ganado el XXXIV Premio Jaén de Poesía y lo presentaba en esta recoleta librería del madrileño barrio de Chueca de la mano del también filológo, poeta, columnista y editor Luis Alberto de Cuenca.
Y como en toda velada de poesía que se precie el ambiente no pudo ser más recogido con no más de 2o asistentes, si llegaban, de pelaje variado entre profesores de filosofía, lengua, literatura, músicos y de otras disciplinas. Y algún que otro infiltrado prosista como yo.
De Cuenca estuvo comedido, entonando loas al bardo y referencias a clásicos y contemporáneos de la poesía patria, así como entroncando con la música y la filosofía. Reseñó algún poema y dio ciertos toques de humor o ironía y después presentó al poeta.
El poemario de Sandoval aborda temas diversos donde parece predominar el de la muerte en todas sus acepciones o realidades, pero precisamente el temor y la inquietud ante ella también significan que estamos vivos y además queremos vivir como sea. Es decir, también es un alegato a favor de la vida al que el poeta da muchas formas como en haikus y sonetos. Y se pueden apreciar ecos de Cernuda hasta Gil de Biedma e incluso los clásicos griegos como Heráclito.
Este es uno de los poemas:
El corazón de un hombre
Aunque esta noche escapen las chispas de la hoguera
y el viento haga temblar las ramas de los árboles,
aunque esta noche ruede la piedra cuesta abajo
como todas las noches de tu vida hasta ahora,
aunque queden pendientes demasiados deseos
para seguir creyendo que hay un plan infinito,
sin reglas ni esperanza, sin miedo a lo que ocurra,
por encima de todo procura ser feliz.
Feliz porque la lucha por llegar a la cima
basta para colmar el corazón de un hombre.
También, por supuesto, el autor recitó algunos y contestó a las (escasas, eso sí) preguntas de los asistentes. Casi resultó más un coloquio que incluyó desde referencias a esos clásicos como Heráclito (es lo que tiene si hay filósofos amigos que te espolean o te meten en el brete) hasta por qué se le concedió el Nobel de Literatura a Bob Dylan cuando es mucho mejor Leonard Cohen. Y ahí los que pensamos que Bruce Springsteen se come con patatas y ketchup a Dylan y Cohen nos tuvimos que morder el puño para no saltar con el Glory days.
El acto acabó con la firma de ejemplares y yendo a tomar algo todo el mundo, incluido el autor, al garito frente a la librería.
En resumen
Que hay que tratar de ir a todos los saraos literarios posibles y con las mentes (que no cabezas) muy abiertas. Porque todos son interesantes. Por el tema, el autor, los ambientes y los tonos. Da igual. Una se puede encontrar con mucha sorpresas y conocer a gente de todo orden y condición, pero con la pasión por la literatura en las venas y en todas sus formas.