Pedro Simón, conocido tanto por su trayectoria periodística como por su obra narrativa, vuelve a poner el foco en la novela «Peligro de derrumbe», que ya publicó hace una década y ahora regresa a las librerías con una versión revisada y ampliada bajo el sello de Editorial Espasa. La reedición de esta obra surge tras el interés de los lectores que, tras descubrir sus exitosos títulos familiares como «Los ingratos», «Los incomprendidos» y «Los siguientes», demandaban el regreso de este libro inicial, difícil de encontrar en el mercado en los últimos años.
La novela aparece en un contexto en el que muchos buscan respuestas sobre las secuelas personales y sociales de la crisis económica que marcó a España a partir de 2008. Simón, fiel a su estilo cercano y directo, utiliza la ficción como espejo de una realidad vivida por millones de personas, mostrando las cicatrices aún abiertas de aquel periodo de inestabilidad y cambios profundos.
Una novela construida desde el periodismo
La historia de «Peligro de derrumbe» se centra en nueve protagonistas, todos ellos aspirantes a un puesto de comercial en una gran empresa. La trama se desarrolla en una sala de espera, donde los personajes muestran sus heridas, aspiraciones, miedos y vergüenzas, en un ambiente saturado por el desempleo masivo y la incertidumbre generalizada. Para el autor, esta obra es la más deudora del periodismo entre todas las que ha escrito, una mirada al núcleo de «la España de los desahucios, de los parados, de los negocios que se vinieron abajo«.
Las cifras en las que se ambienta la novela son demoledoras: 500 desahucios diarios, casi 800.000 personas que perdieron su trabajo solo en un trimestre y un paro que rozó el 28-29%. Simón recuerda cómo las redacciones de periódicos y los medios de comunicación se llenaban entonces de historias de personas «abrasadas por la situación«. De ese contacto diario con la realidad social surge la novela, en la que el autor busca transmitir la experiencia colectiva de quienes vivieron bajo la amenaza constante de la pérdida de estabilidad y la sensación de fracaso personal.
Reedición, cambios y nuevos enfoques
Esta reedición de «Peligro de derrumbe» no es solo una recuperación de un libro antiguo, sino una obra renovada. Simón ha incorporado cambios, especialmente en el inicio y el desenlace, siguiendo las sugerencias del escritor Rafael Chirbes, quien pudo leer el manuscrito original antes de su fallecimiento. El resultado, en palabras del propio autor, es una novela «más pelada, más directa, donde menos es más».
Más allá del reflejo de una época, la novela indaga en los sentimientos de culpa y vergüenza que acompañan al desempleo, así como en la dignidad y resistencia ante la adversidad. Simón defiende que las grandes historias se encuentran en lo cotidiano y que todos, en algún momento, podríamos ser protagonistas de una novela como esta. El valor reside en la ejemplaridad de la derrota y en el hecho de mantenerse honesto cuando el entorno invita a lo contrario.
Del impacto de la crisis a la actualidad: tecnología, incertidumbre y desafíos
La revisión de «Peligro de derrumbe» llega en un momento en el que, según Simón, la sociedad vive una sensación permanente de desequilibrio, aunque por motivos diferentes a los de 2008. El autor señala los retos de la era tecnológica, la polarización social y política, y el aumento de la desconfianza. Si bien la economía ha cambiado, la incertidumbre y el miedo a «caer» siguen presentes, incluso si el motivo ya no es solamente el empleo.
Simón plantea dudas sobre el papel de la tecnología: lejos de acercar a las personas, muchas veces genera más distancia y deshumanización. También alerta sobre el posible futuro donde la inteligencia artificial llegue a crear obras premiadas o donde las relaciones se vean aún más mediatizadas por el ruido digital. Frente a este panorama, el autor apuesta por la ética individual y la resistencia al mal sistémico como escudo frente a la precariedad y la desconfianza generalizada.
Este libro brinda un retrato sin concesiones de quienes luchan, fracasan, se levantan y buscan sentido en medio de la incertidumbre. A pesar del tiempo transcurrido, resulta tan vigente como el primer día.
