Si hablamos de curas y párrocos y buscamos información sobre ellos, desgraciadamente, como ocurre en casi todos los «oficios», encontraremos noticias buenas, noticias menos buenas y noticias realmente malas. La de hoy va sobre un párroco y es una noticia bastante buena, al menos para el mundo de la literatura y la cultura en general.
Martin Weskott es un pastor protestante que vive en el pueblo de Klatenburg, Alemania. Tiene más aspecto de poeta bohemio que de párroco: barba larga y totalmente blanca, sombrero negro y bufanda al cuello. Los últimos 30 años de su vida, lo ha dedicado entre otras cosas a salvar y recuperar libros. ¿Cómo? Rescatándolos de la basura… ¿Por qué? Según él, para salvar la memoria…
Así empezó todo
Según cuenta el propio Martin Weskott al diario «El Español», «…todo empezó con los libros de la RDA (la ya inexistente República Democrática de Alemania). Un día de mayo de 1991 vi en el periódico Süddeutsche Zeitung una foto que mostraba libros producidos en la RDA que estaban acabando en la basura, la foto estaba tomada en Leipzig, en Brandeburgo, uno de los entonces nuevos Länder de la Alemania reunificada. Fuimos para allá, recogimos los libros y los metimos en un refectorio de un monasterio situado aquí cerca”.
A día de hoy, Weskott cuenta con toda una librería cuyo contenido en libros supera los 50.000 ejemplares, pero según sus palabras, por allí han llegado a pasar hasta 800.000 ejemplares. Es la única librería del pueblo y tampoco es que le haga falta más, ya que en él hay 25 veces más libros que habitantes.
Según este «solidario» párroco, los libros no son para la basura y tanto valen los que se publican actualmente como los de años anteriores. La verdad: No podía estar más de acuerdo con este hombre. Gracias, Martin Weskott.