Se acaba 2021. Otro año de lecturas, menos de las que podrían haber sido, pero siempre necesarias. Sin embargo, quizás sea la edad, pero de un tiempo a esta parte no me tiembla el dedo en la tableta ni las manos en el papel cuando he empezado alguna y no me ha convencido. Antes hacía el esfuerzo y la remataba. Sé lo que es escribir un libro y las horas y el laborioso proceso de producción y promoción para que llegue al lector. Pero ahora… En fin, lo dicho, será la edad y saber también que no habrá tiempo material de leerse todo lo que te gustaría. Esta selección de libros es puramente personal, que quede claro, pero también destacaré algunos otros que se publicaron antes. Esperemos que el año que viene nos siga trayendo buenas historias. ¡Feliz 2022!
Antes de nada decir que, gracias a la recuperada Feria del Libro de Madrid, pude saludar y felicitar a algunos de estos autores por estas historias escogidas, como a Domingo Villar, Daniel Martín Serrano o Iñaki Biggi.
Lecturas del año
El reino — Jo Nesbø
Este es el título internacional con el que me quedo. Poca sorpresa, habida cuenta de que la parroquia habitual que me lee sabe de lejos que Jo Nesbø es mi debilidad.
Insomnio — Daniel Martín Serrano
Y este es el título nacional que destaco de este año. Un debut en la novela —que no literario— de este guionista, autor y profesor que no ha podido estrenarse de mejor.
El baile de las locas — Victoria Mas
Tenía una edición no venal de regalo de una amiga y la cogí una tarde. Extraordinaria novela de la escritora francesa Victoria Mas que me llegó directamente al corazón y llevo recomendando todo el año. Por su fuerza, su denuncia y su retrato social de una época.
Algunos cuentos completos — Domingo Villar
Ninguna novedad que algo que escribe Domingo Villar sea bueno, tenga forma de novela de 600 páginas o de cuentos como estos. Con ilustraciones tan magníficas como solo te las hacen los amigos, el resultado es una lectura que te dura una tarde y te llena de fantasía, emoción y nostalgia.
Morir en noviembre — Guillermo Galván
A Carlos Lombardi, el expolicía reconvertido en detective del Madrid de la posguerra creado por Guillermo Galván, lo conocí el año pasado y me encantó. Esta tercera historia también lo ha hecho. Y más que por sus tramas, esta de momento trilogía destaca para mí por su exquisita ambientación de ese Madrid de los cuarenta y la riqueza del estilo en su escritura.
Blacksad 6. Todo cae, primera parte — Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales
Veinte años enamorada de esta serie de novela gráfica —con solo 6 títulos— y un detective tan clásico como impactante que es John Blacksad, ese gatazo negro antropomorfo protagonista. Su sexta historia no defrauda y el 22 nos traerá su remate.
Menciones especiales
- Proyecto Moisés — Iñaki Biggi
Empecé el año con él y no pude hacerlo mejor. Gran homenaje de este escritor donostiarra a esas historias de cine bélico ambientado en la Segunda Mundial con títulos como Doce del patíbulo (su más clara referencia) o Los cañones de Navarone.
- El chico de las bobinas — Pere Cervantes
Conmovedora y dura a la vez esta novela con un magnífico retrato de la Barcelona de posguerra, con también un homenaje al cine, un gran protagonista y uno de los mejores y más terribles villanos del género.
Y Manuel Bianquetti
Pues sí. Todo un descubrimiento para mí haber leído La maniobra de la tortuga y La tragedia del girasol y descubrir a su protagonista, el enorme Manuel Bianquetti en todos los sentidos creado por Benito Olmo. Leídas (o devoradas más bien) en poco más de una semana, Bianquetti se ha colado en esa lista muy exclusiva de protagonistas del género que se llevan instantáneamente un trozo de mi corazón más negro. Este año también he leído su novedad, El gran rojo, con otro protagonista carismático. Pero sin duda me quedo con Bianquetti.
Además, lo mejor ha sido haber podido decírselo personalmente a Benito Olmo y saber que habrá versión cinematográfica ya en producción y con un reparto que, desde luego, acierta al menos en mi iconografía imaginada.