La publicación de las memorias de Mar Flores, tituladas Mar en calma, ha desatado un intenso debate público y familiar. Tras semanas de promoción en televisión y prensa, el libro ha puesto bajo los focos episodios personales y vínculos con rostros conocidos, con consecuencias que van mucho más allá de lo literario y que han activado reacciones, desmentidos y posibles acciones legales.
En el centro de la conversación están su expareja Carlo Costanzia di Costiglione y su primogénito, Carlo Costanzia Jr., además de otros nombres mencionados en la obra. Mientras se calibran los efectos de lo contado, las cifras de venta y la recepción del público también han alimentado la controversia en los platós.
El libro y el terremoto mediático
Presentado el 10 de septiembre, el volumen repasa vivencias íntimas y episodios con personajes públicos. En sus entrevistas promocionales, la modelo defendió que llegaba el momento de explicar su versión tras años en los que otros hablaban por ella, subrayando que ya no está dispuesta a guardar silencio.
La obra menciona a antiguos compañeros sentimentales, como Alessandro Lequio o el propio Costiglione, lo que ha provocado respuestas en cadena. Desde el entorno del empresario italiano se han anticipado movimientos en los tribunales, y el hijo mayor de la autora ha preferido dar su punto de vista en televisión.
Ventas por debajo de lo esperado
Pese al ruido mediático, los datos comerciales no acompañan al fenómeno. Fuentes del sector citadas en televisión cifran en aproximadamente 2.700 los ejemplares vendidos en sus primeras semanas, con el título situado en torno al puesto 590 del ranking de Amazon.
El director de una conocida revista del corazón, Luis Pliego, llegó a calificar el balance como «ruinoso» y puso en duda la anunciada segunda edición, que consideró una táctica de marketing. Además, se ha hablado de un anticipo de 40.000 euros y de unos 14 euros por unidad para la autora, cifras que han abierto el debate sobre la rentabilidad del proyecto para la editorial.
En el ámbito televisivo, también se comentó en Aruser@s que el arranque no es para celebrarlo, aunque sorprendió el número de compradores teniendo en cuenta la competencia y el contexto. Esas valoraciones, con distinto tono, apuntan a una misma idea: el interés mediático no se ha traducido en compras masivas.
La respuesta de la familia Costanzia
El mayor impacto se ha vivido en casa. Carlo Costanzia Jr. adelantó que hablaría en ¡De Viernes! para contextualizar algunos pasajes que le afectan y que implican a su padre. En sus avances televisivos, el actor definía lo vivido como un auténtico tsunami personal y lamentaba que ciertos asuntos no se hubieran resueltos en privado o por la vía judicial.
El joven, pareja de Alejandra Rubio, remarcó que las cuestiones íntimas deberían tratarse en familia, porque no resulta agradable que el país conozca cada detalle de los conflictos internos. Esa postura, prudente pero firme, contrasta con la exposición pública derivada del libro y con la fotografía familiar tomada en el cumpleaños de Terelu Campos, una imagen que generó interpretaciones y que a su madre no le hizo ninguna gracia.
En paralelo, desde el plató de Mediaset se deslizó que la comunicación entre madre e hijo durante un rodaje común sería mínima fuera de cámara, una afirmación atribuida por Luis Pliego a testimonios del equipo. Más allá de lo televisivo, el exmarido de la autora insistió en que adoptará medidas legales por manifestaciones del libro que considera falsas, reforzando así la judicialización del conflicto.
Otras voces: el gesto de Mar Saura
Al margen del núcleo familiar, algunas figuras públicas han sido preguntadas por el fenómeno editorial. Mar Saura, por ejemplo, admitió sin rodeos que no piensa leer las memorias, ocupada con sus proyectos detrás de las cámaras. Esa reacción, breve pero clara, ilustra que no todo el mundo siente curiosidad por el volumen pese a su omnipresencia en los medios.
Con el libro ya en circulación, el caso combina tres vectores: revelaciones personales, choque familiar y resultados discretos en librerías. Lo que suceda a partir de ahora, entre declaraciones, entrevistas y posibles demandas, determinará si el relato de Mar Flores gana recorrido o queda como una sacudida mediática de corto alcance.
