Memoria total. David Baldacci empieza una nueva serie.

David Baldacci crea un nuevo personaje en Memoria total.

David Baldacci crea un nuevo personaje en Memoria total.

No hace mucho hablaba de David Baldacci y la segunda novela de su trilogía sobre el agente John Puller. Casi a la vez se publicaba este nuevo título, Memoria total, con el que el escritor norteamericano comienza otra serie que promete. Grande del género y muy prolífico, sus ideas y tramas parecen inagotables.

El protagonista que nos presenta es totalmente distinto al superagente Puller, prototipo de casi un superhéroe. En su juventud, Amos Decker sufre una gravísima lesión. A partir de entonces se volverá hipertimésico y desde luego ya no será el mismo. Pero le queda la peor tragedia. Otra vez una historia que se lee en un suspiro.

De qué va

Amos Decker era el único joven de Burlington, su ciudad natal, que se convirtió en jugador profesional de fútbol americano. Pero su carrera terminó antes de comenzar. Un violento golpe en la cabeza contra la de un rival lo dejó casi muerto y lo apartó del juego para siempre. Pero también le dejó unas secuelas muy particulares: la hipertimesia (no puede olvidar nada) y la sinestesia (ve en colores).

Veinte años después, sufre una tragedia mayor. Es inspector de policía y cuando regresa una noche a casa encuentra asesinados a su cuñado, su mujer, su hija. El trauma es tan grande que Decker abandona la Policía, entra en una profunda depresión y pierde todo, incluida su casa. Casi viviendo en la indigencia apenas sale adelante aceptando ocasionales trabajos como detective privado.

Pero algo más de un año después, un hombre se entrega a la Policía y confiesa ser el autor de los crímenes. Al mismo tiempo, se produce una masacre de estudiantes y profesores en un instituto de Burlington. El antiguo jefe de Decker le pedirá que colabore con ellos. Decker además ve una oportunidad de descubrir lo que le ocurrió realmente a su familia.

Personajes

Según acaba, me parece que Amos Decker no será el único protagonista de la serie, pero desde luego es el más interesante. Muy alto, corpulento, con barba y demasiado gordo. Con cuarenta y dos años aparenta diez más, como dice él, por haberse dejado de cuidar tras la tragedia que ha sufrido. De vez en cuando la tercera persona narradora se mezcla con su voz en primera persona y nos acerca más a él.

Sus capacidades adquiridas, como una variante del síndrome del savantismo, también le han afectado al comportamiento y, en cierto modo, ha perdido la empatía. Casi también pierde las ganas de vivir y lo vemos planteándose el suicidio en un par de ocasiones. O sea que, para quienes tenemos debilidad por los personajes heridos, Amos Decker es otro de nuestros antihéroes merecedores de atención. Toca fondo, pero como todo buen protagonista tocado por el drama, tan del género, luchará por buscar la redención. Y desde luego te atrapa.

Con él, su excompañera, la detective Lancaster, también borda las características de secundario de lujo, leal y valiente. Y a ellos se unen el comprensivo jefe de turno, un agente del FBI con quien Decker tendrá sus más y sus menos, pero con el que al final formará un buen equipo. Y la periodista que se cuela en la escena, atraída por la personalidad de Decker y la conexión entre su tragedia y la masacre ocurrida en el instituto de Burlington.

Por qué leerla

Porque Baldacci conoce bien la fórmula del éxito y aquí la vuelve a hacer funcionar. Ritmo trepidante y gran trama en un engranaje bien construido. Y un original asesino, cuyos mensajes a Decker mantienen el suspense y van sorprendiendo hasta dar con la conexión entre todos.

Si le tengo que poner un pero, sería que me quedé con ganas de más. De que el final se me quedara algo cojo, con sensación de demasiado atropellado. Pero por lo demás, la lectura es fácil, es una novela muy entretenida y a Amos Decker ya lo he adoptado como otro de mis personajes preferidos del año.


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