El teatro dirigido por Milo Rau suele escarbar en los límites de la realidad y la ficción, llevando a escena hechos verídicos impregnados de una visión política sobre nuestro tiempo. Su pieza más reciente, ‘Medea’s Kinderen’, no es una excepción: toma como punto de partida la estremecedora historia del asesinato de cinco niños a manos de su madre en Bélgica, entrelazando la mitología griega de Eurípides con el drama contemporáneo.
Esta obra se ha presentado en el Festival Grec de Barcelona, donde el suizo Rau, conocido por su teatro comprometido y a menudo polémico, vuelve a utilizar registros documentales para analizar la violencia y sus efectos en la sociedad. ‘Medea’s Kinderen’ arranca con un falso coloquio posfunción protagonizado por los jóvenes actores que encarnan a las víctimas, permitiendo que expresen sus sensaciones y opiniones sobre el proceso teatral y la figura de Eurípides.
Un enfoque único para abordar la tragedia

La representación se sumerge en la oscuridad de una tragedia reciente cuando el telón revela los acontecimientos que desembocaron en el infanticidio. El relato avanza desde una aparente ligereza inicial hasta alcanzar una crudeza emocional y visual impactante, con escenas que no eluden la violencia explícita. El director defiende mostrar estas situaciones con el convencimiento de que la catarsis teatral surge de enfrentar lo inabarcable.
Cine en vivo y experimentación escénica
Uno de los aspectos más llamativos de ‘Medea’s Kinderen’ es la constante interacción entre la actuación en directo y las proyecciones en una pantalla de grandes dimensiones. Este recurso traslada la acción teatral a un formato próximo al cine en vivo, donde actores infantiles y profesionales se alternan frente a las cámaras. Las perspectivas múltiples que generan enriquecen la experiencia del espectador, permitiendo comprender el relato desde diferentes ángulos.
El montaje evita recrearse en lo documental, rebautizando el caso real y alejándose de la reconstrucción literal. La dramaturgia, sin embargo, a veces abandona una línea narrativa clara, diluyéndose en la tensión entre el mito, la actualidad y el artificio teatral. Durante las escenas más explícitas, la reacción del público ha sido intensa, con algunos asistentes incapaces de soportar la representación completa.
Reflexión sobre la violencia y la representación
‘Medea’s Kinderen’ plantea interrogantes sobre el papel del teatro a la hora de abordar figuras y sucesos violentos. Rau insiste en que la violencia representada no es gratuita, sino un medio para provocar una catarsis colectiva e individual. Las escenas en las que los niños abandonan el personaje, conversan sobre su experiencia y discuten el propio texto, proporcionan los momentos más auténticos del espectáculo.
El uso de actores infantiles no es anecdótico: Milo Rau busca poner de manifiesto la fina línea entre verdad y artificio, permitiendo que sean precisamente los niños quienes cuestionen el sentido de representar el horror. La puesta en escena deja en el aire la pregunta sobre hasta dónde el arte debe o puede llegar para sacudir conciencias.
La puesta en escena de ‘Medea’s Kinderen’ combina humor, crueldad y reflexión social en un formato innovador que amplifica la fuerza del teatro contemporáneo. Milo Rau confirma así su posición como creador que desafía los límites convencionales para que el público replantee su mirada sobre la violencia y la tragedia, tanto clásica como actual.