Fotografía: María Reig. Web de la autora.
María Reig es otro de esos jóvenes ejemplos de que, desde la autopublicación, pero con tesón e ilusión, se consigue el éxito literario. Con títulos como Papel y tinta y Una promesa de juventud, ahora presenta una nueva novela que acaba de salir: Los mil nombres de la libertad. En esta entrevista nos habla de ella y de mucho más. Le agradezco muchísimo su tiempo y amabilidad dedicados.
María Reig — Entrevista
- ACTUALIDAD LITERATURA: Tu última novela publicada se titula Los mil nombres de la libertad. ¿Qué nos puedes contar de ella y de dónde surgió la idea?
MARÍA REIG: Los mil nombres de la libertad es un viaje en el tiempo a la España de principios del siglo XIX a través de las historias de tres personajes: Inés, la hija mediana de una familia burguesa de Santa Cruz de Tenerife que debe viajar a la península para ayudar a los suyos; Modesto, un estudiante de Comercio que aspira a convertirse en diputado y descubrir ese Cádiz de las Cortes que ha desaparecido en 1815; y Alonso, un hombre de vida pendenciera que se esconde de su pasado en las calles gaditanas, pero que recibirá un encargo que cambiará sus planes y su vida para siempre. En el itinerario de cada una de estas tres vidas se cruzarán secretos, anhelos, venganzas, política y esa incesante búsqueda de la libertad tan característica del siglo XIX.
La idea surgió de mi amor por la Historia y por esa época en concreto que tanto me gustó estudiar y que es telón de fondo de algunas de mis novelas favoritas. Me apetecía muchísimo explorar los entresijos del reinado de Fernando VII, contar historias de búsqueda y superación en ese periodo tan convulso y determinante. A través de la documentación, fui concretando a los personajes y matizando las tramas. Para mí ha sido una experiencia muy enriquecedora y emocionante.
- AL: ¿Te puedes remontar a ese primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?
MR: No recuerdo el primer libro que leí, aunque supongo que sería alguno de los libros de cuentos que teníamos mi hermana y yo. No obstante, sí tengo muy presentes algunos de los que marcaron mi infancia: me encantaban los de Kika Superbruja, que devoraba en horas, y disfruté mucho de títulos como La historia interminable o La tierra del oro ardiente.
Sí que me acuerdo de la primera historia larga que escribí. Fue un verano, tenía unos doce años. Y contaba las experiencias de una chica de mi edad. A partir de ese momento, y aunque la historia no era muy ambiciosa, escribí un relato largo cada verano. Me encantaba aprovechar las vacaciones para meterme en mi burbuja y crear personajes, escenas, aventuras. Poco a poco, se fueron haciendo más complejas y extensas.
- AL: ¿Un escritor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas.
MR: Hay varios escritores que me han marcado profundamente. Entre ellos destacaría a Carlos Ruiz Zafón, Jane Austen, Tolstoi, María Dueñas o Katherine Neville.
- AL: ¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?
MR: Creo que Elisabeth Bennet, la protagonista de Orgullo y prejuicio.
- AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer?
MR: Para leer lo único que necesito es que haya suficiente luz y soy más de papel que de libro electrónico. Y para escribir, me gusta escuchar música mientras trabajo –me creo listas de reproducción para cada novela– y necesito releer lo último que he escrito antes de continuar.
- AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?
Me gusta mucho leer en el sofá, en las tardes de tranquilidad y relax. Leer en el tren, aunque es menos habitual, también me encanta. Para escribir, el lugar idóneo es mi despacho, con todos los apuntes y libros de consulta muy a mano.
- AL: ¿Hay otros géneros que te gusten?
MR: Como lectora exploro todo tipo de géneros. Tan pronto leo una novela rusa del siglo diecinueve como un thriller actual o narrativa contemporánea del estilo de Sally Rooney. Como escritora es cierto que tengo debilidad por la novela histórica. Para mí, la fase de documentación es vital en el proceso de creación. Y, además, me fascina la capacidad de divulgación que tiene el género.
- AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?
MR: Estoy leyendo Sarum, de Edward Rutherfurd. Con respecto a la escritura, ahora mismo estoy enfocada en la promoción de Los mil nombres de la libertad.
- AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial y qué te decidió a ti para intentar publicar?
MR: Creo que el mundo editorial ha adquirido un dinamismo sin precedentes en los últimos años y que se está dando posibilidad de publicar a nuevas voces, algo muy positivo, necesario y refrescante. No obstante, el ritmo frenético de publicación hace que también todo sea sumamente efímero. El reto es lograr impactar de algún modo en algún lector, ser capaz de hacerse un hueco en estanterías que nunca tuvieron más opciones para elegir.
En mi caso, me decidí a publicar porque, desde muy pequeña, he necesitado escribir, crear historias. Durante muchos años, pensé que se quedarían en un cajón, solo al alcance de mi familia y amigos. Pero entonces pensé que no quería que esa fuera mi historia, que deseaba intentar compartir lo que escribía con otras personas. Así que me lancé a intentarlo y, con trabajo e ilusión, lo conseguí.
- AL: ¿Te está siendo difícil el momento de crisis que estamos viviendo o podrás quedarte con algo positivo para historias futuras?
MR: Yo creo que cada experiencia nos moldea como seres humanos, nos impacta y deja un poso del que se pueden sacar conclusiones interesantes. Estoy convencida de que lo vivido me hará plantear determinadas situaciones de una forma distinta y, quizás, empatizar con mayor intensidad con algunos personajes. Al final, la inspiración, para mí, se nutre de aprendizaje, vivencias, trabajo y observación.