Los mejores libros de novela negra

Agatha Christie.

Agatha Christie.

Cuando un internauta introduce en Google “mejores libros novela negra”, la pantalla muestra a algunos de los títulos sobre asesinatos más populares del siglo XX. Asimismo ocurre con los usuarios angloparlantes con respecto a la búsqueda de crime fiction (denominación del género en inglés). Por esta razón, la novela negra es considerada una variante o un subgénero de los textos policiales.

Al respecto, resulta ineludible la obra de los literatos más excelsos al momento de recrear los crímenes más retorcidos. Es decir, Dashiell Hammett, Agatha Christie, James M. Cain o Raymond Chandler, por nombrar a algunos de los precursores. En épocas más recientes cabe destacar el trabajo de autores como Patricia Highsmith, Scott Turow, James Elroy y Ruth Rendell, entre otros. A continuación un listado con los mejores libros de novela negra.

Cosecha Roja (1929), de Dashiell Hammett

La mayoría de los académicos señala a Red Harvest (nombre original en inglés) como el título que inauguró formalmente la novela negra. Pues, el escritor estadounidense D. Hammett fue el primero en alejarse del arquetipo de los clásicos policíacos del siglo XIX. De hecho, el protagonista de esta historia poco tiene que ver con la moral intachable del Dupin de Poe o del Holmes de Doyle.

En cambio, Hammett presenta a un agente despreocupado por su apariencia, sumamente terco, individualista y de métodos poco convencionales. A pesar de que este personaje posee una extraordinaria capacidad de observación, no utiliza la lógica deductiva en sus pesquisas. Más bien él prefiere “patear las calles” y regirse bajo sus leyes particulares para resolver los crímenes.

La muerte a la orden del día

En Cosecha roja se describen 26 muertes violentas. Por ello, fue un libro muy criticado por los sectores más conservadores de la sociedad de EE. UU. Adicionalmente, en el desarrollo de la novela ocurren un sinfín de asesinatos entre masacres, enfrentamientos de pandillas y “fallecidos colaterales”.

El cartero siempre llama dos veces (1934), de James M. Cain

La impactante combinación (especialmente para la época de su publicación) de sexo y violencia expuesta en esta novela escandalizó a las autoridades de Boston. Por consiguiente, The Postman Always Rings —título en inglés— fue prohibida en esa ciudad estadounidense. La mencionada coyuntura aumentó todavía más el interés del público sobre un libro muy exitoso en ventas.

Argumento y síntesis

Frank es un vagabundo y estafador de poca monta que comienza a trabajar en un restaurante ubicado en un área campestre de California. En ese lugar se enamora de Cora, la joven esposa de Nick “el griego”, propietario del establecimiento. Como ella no soporta más a su esposo (que le lleva bastantes años de diferencia), Frank y Cora complotan para asesinar Nick.

Luego de un intento fallido en una bañera, la pareja de malhechores logra su cometido al simular un accidente de tránsito. Aunque los fiscales encargados del caso no consiguen probar la culpabilidad de los asesinos, eventualmente ambos son engañados por un abogado y terminan incriminándose entre sí. Al final, Cora fallece en un accidente automovilístico y Frank es condenado a muerte.

El sueño eterno (1939), de Raymond Chandler

The Big Sleep —título original en inglés— representó la irrupción del autor Raymond Chandler en la esfera de la novela negra. Según Le Monde, es uno de los 100 mejores libros del siglo XX. Igualmente, este texto significó la primera aparición formal de Phillip Marlowe, el personaje más popular del escritor estadounidense, con una historia ambientada en Los Ángeles.

Un nuevo tipo de detective

En realidad, el investigador privado Marlowe aparece previamente en el relato corto El confidente (1934). No obstante, en esa narración no son evidentes los rasgos del agente “de los bajos fondos” esbozado anteriormente por Dashiell Hammett en las publicaciones de la revista Black Mask.

Empero, en El sueño eterno sí aparece bien definido un detective de carácter pesimista, cínico e idealista, convencido de que “el fin justifica los medios”. Es más, Marlowe no siente ningún remordimiento o temor de adaptar las reglas a su dudoso código moral. Su apología: es la única manera de prevalecer entre la inmundicia de una sociedad tan corrupta.

Argumento

El general Sternwood solicita los servicios de Marlowe con el objetivo de sortear el soborno de alguien conocido como Geiger. Este último supuestamente desea aprovecharse de las deudas de Carmen, la hija menor del general. Pero, cuando Geiger aparece baleado en su apartamento junto a Carmen (desvestida y drogada), Phillip entiende que la acción apenas comienza.

Diez negritos (1939), de Agatha Christie

Argumento

Titulada en inglés And Then There Were None, es una auténtica obra maestra de la escritora británica. La historia arranca cuando ocho personas llegan de vacaciones a la bella isla del Negro (ficticia), en donde solo hay una gran finca de dueño anónimo en medio de un paisaje idílico. Allí, los encantados personajes son recibidos por los sirvientes de los anfitriones (el Sr. y la Sra. Rogers).

Al ingresar a sus respectivas habitaciones, los convidados se encuentran una copia de la canción “Diez Negritos” colgada en la pared. Más adelante, los huéspedes miran diez estatuillas (negritos) de porcelana en el comedor. Después de cenar, una grabación inculpa a todos los presentes (incluyendo a los criados) de haber perpetrado o sido cómplices de una muerte en el pasado.

A cada muerte, un negrito menos

Afuera del inmueble se desata una tormenta feroz. Entonces, nadie puede escapar cuando comienzan los asesinatos. Con cada fallecido, desaparece también una estatuilla. Lo peor para los aterrorizados comensales es que pronto queda clara una cuestión: el despiadado asesino se encuentra entre los sobrevivientes.

Algunas novelas negras recomendadas de la segunda mitad del siglo XX

Un juicio en piedra (1977), de Ruth Rendell

“Eunice Parchment mató a la familia Coverdale porque ella no podía leer ni escribir”. El lector se encuentra de entrada esta frase reveladora, la cual engloba el todo el meollo de la trama, las víctimas y la identidad de la victimaria. Ahora bien, semejante sentencia no le quita un ápice de emoción a una obra maestra convertida en superventas y que ha sido adaptada exitosamente al cine.

Extraños en un tren (1983), de Patricia Highsmith

Dos hombres desesperados (con la idea previa de cometer un asesinato) se encuentran en un tren y hacen un pacto macabro. Ambos acuerdan intercambiar sus objetivos. Pero, mientras uno de ellos sigue el trato al pie de la letra, el otro es atrapado en un juego terrorífico y claustrofóbico de cazador y presa.

Presunto Inocente (1986), de Scott Turow

El mundo del exitoso abogado inquisidor Rusty Sabich es puesto de cabeza cuando su amante aparece violada y asesinada. Por este motivo, él es visto como el principal sospechoso del crimen. En consecuencia, Sabich se ve obligado a no confiar en nadie para probar su inocencia y desenmascarar toda una red de corrupción y traiciones.

La dalia negra (1987), de James Ellroy

Los Ángeles, 1947. El punto de partida del argumento es el hallazgo de una joven —bautizada por los medios como The Black Dahlia— con signos evidentes de tortura. En realidad, este libro se basa en el caso real de Elizabeth Short. Ella fue una aspirante de Hollywood cuyo homicidio desencadenó una de las búsquedas más frenéticas y famosas de la historia de California.


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