Almudena Grandes (1960 – 2021) fue, sin lugar a duda, una de las mujeres más destacadas de la literatura española de las últimas tres décadas. Gran parte de esa notoriedad vino de la mano con un tema un tanto espinoso en su país: la memoria histórica. En este sentido, Los besos en el pan (2015), una novela cuya ambientación es bastante fiel a la dura época de la posguerra, no es la excepción.
Dicha circunstancia incluye cuestiones como el hambre infantil, un sistema de salud pública precario, estafas bancarias y clientelismo. Para ello, la escritora y periodista madrileña creó un conjunto de personajes tenaces —mujeres, principalmente— pertenecientes en su mayoría a las clases medias y populares. Es decir, el grueso de la población que más padeció los males de la dictadura.
Resumen de Los besos en el pan
Entrada
Almudena Grandes recibe a sus lectores con un prefacio breve dedicado a describir detalladamente la ciudad en la cual ocurrieron los hechos. Se trata de un lugar habitado por personas de la tercera edad que nacieron y permanecieron toda la vida allí. Esos ancianos fueron testigos de una cruenta guerra civil y de la migración hacia la capital de connacionales que huyen de la miseria del interior.
La autora describe a través de un relator en primera persona el día a día de los madrileños, sus ocupaciones, sus deseos y su convivencia familiar. En paralelo, la profundidad de los personajes permite generar una empatía en el lector debido a la construcción de perfiles muy humanos. A decir verdad, fueron personas con temores, alegrías, esperanzas y desilusiones en medio de un contexto muy difícil.
La zozobra permanente
En los primeros capítulos aparecen familias obligadas a dejar sus viviendas debido a la imposibilidad de cancelar sus hipotecas. Igualmente, mucha gente quedó desempleada y, quienes corrieron con algo de suerte, sobrevivieron a duras penas del subsidio gubernamental. Para empeorar el panorama, un buen número de negocios generacionales quebraron a causa de una economía en caída libre.
Aun así, había ciudadanos reticentes a aceptar su situación, anclados a un pasado próspero, lo cual, les volvió más indigesta su nueva realidad. Subsecuentemente, la disociación de dichas personas no solo fue a nivel personal, en el plano colectivo también se alejaron de sus amistades. En esos momentos de necesidad extrema, el instinto de supervivencia prevaleció ante cualquier interés colectivo.
Los protagonistas
Los personajes principales del libro entendieron que la añorada bonanza de días pretéritos no volvería. En consecuencia, readaptarse al presente fue clave para sobreponerse ante la adversidad y dar cabida a la esperanza. Entonces, emergió un espíritu de perseverancia, dignidad y entereza en quienes decidieron abandonar el papel de víctimas oprimidas y apoderarse de su porvenir.
Eventualmente, los integrantes de la novela se fueron cruzando sus caminos, ya sea por vínculo familiar, de amistad, laboral o por habitar en el mismo vecindario durante mucho tiempo. Ciertamente, la mayoría de ellos enfrentó una cotidianidad espinosa —desesperante en varios casos— y patética, en una especie de pesadilla eterna sin salida.
La crisis financiera no perdonó a nadie
La merma de ingresos afectó hasta a los trabajadores con formación profesional (médicos, abogados, contadores…), la austeridad imperó en todo presupuesto familiar. Del mismo modo, las vacaciones perdieron su atractivo y la rutina se convirtió en una forma práctica de seguir adelante… por unos meses. Pronto el miedo se hizo presente en forma de empresas clausuradas y despidos masivos.
Los negocios que no cerraron se vieron forzados a reducir el número de empleados para poder mantenerse operativos. La consecuencia inevitable fue el incremento de personas desahuciadas y del abandono escolar (muchos niños y adolescentes comenzaron a trabajar). De igual forma, progresivamente se observaron más infantes en edad escolar que acudieron a clases sin comer.
El después
La última sección de Los besos en el pan está dedicada a honrar la valentía de quienes consiguieron enfrentar cada reto de la mejor manera posible. Entre el principio y el final del libro transcurre un año. Por un lado, volvieron de vacaciones los trabajadores que vivían en una incertidumbre interminable, sin estabilidad laboral.
Otros ni siquiera tenían un empleo y debían hacer largas colas de espera para conseguir un cargo o una ayuda gubernamental. Sin embargo, hubo unos cuantos que —a diferencia de aquellos carentes de fe y/o persistencia— sí consiguieron cierta tranquilidad, e incluso, mejorar su circunstancia. A continuación, un fragmento del final de la novela:
“Aquí les despedimos, en este barrio de Madrid que es el suyo, distinto pero semejante a muchos otros barrios de esta o de cualquier ciudad de España, con sus calles anchas y sus calles estrechas, sus casas buenas y sus casas peores, sus plazas, sus árboles, sus callejones, sus héroes, sus santos, y su crisis a cuestas”.
Los besos en el pan.
Sobre la autora, Almudena Grandes
Nacida el 7 de mayo de 1960, María Almudena Grandes Hernández guardó un vínculo muy estrecho durante toda su vida con su ciudad natal, Madrid. Allí, se tituló en geografía en la Universidad Complutense y realizó sus primeros trabajos como redactora por encargo para casas editoriales. Además de la literatura, tuvo una extensa trayectoria periodística como columnista del diario El País.
A partir de la década de 1980, Almudena Grandes incursionó en el mundo del cine en labores de guionista y, ocasionalmente, de actriz. En 1994, la literata ibérica contrajo nupcias con el poeta y crítico literario Luis García Montero. La pareja tuvo tres hijos y se mantuvo unida hasta la muerte de ella, ocurrida el 27 de noviembre de 2021 (cáncer de colon).
Carrera literaria
En 1989, Almudena Grandes publicó Las edades de Lulú, novela ganadora del XI premio La Sonrisa Vertical de narrativa erótica. Ciertamente, fue un debut literario rutilante, pues, hasta la fecha ha sido traducida a más de 20 idiomas y ha vendido más de un millón de copias. En añadidura, el título fue llevado al cine en 1990 bajo la dirección de Bigas Luna (con Francesca Neri y Francesca en rol protagónico).
Es más, Las edades de Lulú fue considerada por El Mundo de España como una de las 100 mejores novelas en español del siglo XX. Luego, con el paso de los años la escritora madrileña supo estar a la altura del listón que ella misma colocó con su ópera prima. De hecho, muchos de sus lanzamientos posteriores fueron galardonados.
Los libros de Almudena Grandes
- Las edades de Lulú (1989);
- Te llamaré Viernes (1991);
- Malena es un nombre de tango (1994);
- Modelos de mujer (1996);
- Atlas de geografía humana (1998);
- Los aires difíciles (2002);
- Castillos de cartón (2004);
- Estaciones de paso (2005);
- El corazón helado (2007);
- Inés y la alegría (2010);
- El lector de Julio Verne (2012);
- ¡Adiós, Martínez! (2014);
- Las tres bodas de Manolita (2014);
- Los besos en el pan (2015);
- Los pacientes del doctor García (2017);
- La madre de Frankenstein (2020);
- Todo va a mejorar (2022).