Los libros de aventuras han acompañado a varias generaciones de lectores en las últimas décadas. Ahora, quizás, están un poco más apartados porque este género narrativo ha sido superpuesto por otros, como el fantástico, los libros de detectives o, incluso el misterio o el terror. Incluso también las novelas de guerra o las de vaqueros pueden contener aspectos de las novelas de aventuras. Si bien estas tienen unas características que las determina como «género de aventuras».
Lo cierto es que este tipo de libros puede abarcar una tipología muy amplia y tener características compartidas con otros géneros, sin embargo, no deben confundirse. Entonces, será mejor que conozcamos un poco más sobre los libros de aventuras, así como las novelas más famosas del género.
El género de aventuras
Los libros de aventuras son un género en sí mismo, aunque hay algunas temáticas que comparten con otros géneros. No obstante, la característica de mayor consideración del género de aventuras es la importancia que tiene la acción en la trama. La acción domina todos los elementos de la narración y se le suele dar relevancia al espacio, que es exótico o misterioso. A veces hay componentes históricos con una búsqueda de objetos antiguos o viajes extremos, entre ellos, en los que es posible también encontrarse con monstruos o seres enormes y terroríficos.
Sin embargo, los personajes o su caracterización psicológica normalmente queda en un segundo plano. El riesgo y la acción ocupará la mayoría de la trama y los escenarios son variopintos. Casi no hay lugar al reposo o a la reflexión, ni para los protagonistas, ni para el lector; si bien es cierto que a veces los personajes alcanzar un punto más profundo porque se encuentran en una búsqueda no solo material, sino también emocional.
El origen de este género puede encontrarse en la poesía épica con aquellos héroes y viajes míticos de la Antigüedad. Sin embargo, mucho han evolucionado estas historias hasta el momento presente. En primer lugar, hubo una explosión en el siglo XIX, donde encontramos todos los clásicos del género, y antes, con el nacimiento del género moderno, en el siglo XVIII podemos encontrar a otros autores. Hoy en día las novelas de aventuras no tienen el mismo tirón de hace décadas, ya que las historias de los libros se han visto superadas por el poder de atracción del cine y de las nuevas tecnologías en el formato audiovisual, perfectos para el desarrollo de estas increíbles aventuras.
Autores
- Daniel Defoe (c. 1660-1731).
- Jonathan Swift (1667-1745).
- Alejandro Dumas padre (1802-1870).
- Herman Melville (1819-1891).
- Julio Verne (1828-1905).
- Mark Twain (1835-1910).
- Robert Louis Stevenson (1850-1894).
- H. Rider Haggard (1856-1925).
- J.R.R. Tolkien (1892-1973).
Los libros de aventuras más famosos
Robinson Crusoe (1719)
Esta gran novela de aventuras convertida en clásico gracias a los siglos cuenta la historia de un chico que movido por la desobediencia a su padre y su afán de aventura se embarca en una expedición por mar. Navegar se convierte en una pasión para él y en un modo de vida; sin embargo, el joven Robinson Crusoe sufre un naufragio y él se convierte en único superviviente. Por azares del destino llega a una isla desierta y pasará años en este lugar aprendiendo a subsistir en un lugar salvaje estando completamente solo.
Los viajes de Gulliver (1726)
Se trata de una sátira de los libros de viajes, sin embargo, es una historia que contiene aventuras y fantasía a la par; aunque el autor también tiene una intención reflexiva y aleccionadora sobre la condición humana. La obra está compuesta por cuatro viajes con nombres impronunciables y tan curiosos como «Viaje a Liliput» (que es el más conocido), «Viaje a Brobdingnag», «Viaje a Laputa, Balnibarbi, Glubbdubdrib, Luggnagg y Japón» y «Viaje al país de los houyhnhnms». Las aventuras del capitán Gulliver han sido leídas por pequeños y mayores por la fascinación que las rodea, pero también han sido vehículo de las ideas de su autor y la desconfianza que le suscitaba el género humano por sus vicios y carencias.
El conde de Montecristo (1846)
Esta es una historia redonda de aventuras en la que la traición y la venganza se convierten en temas principales. En El conde de Montecristo el lector encuentra absolutamente todo para mantenerse cautivado por la desafortunada historia de su personaje principal, Edmond Dantes. Él era un joven recto y trabajador que aspiraba a casarse con su amada Mercedes. Pero cae en la traición de su mejor amigo y es condenado a un confinamiento injusto. En años de cautiverio tendrá tiempo de calcular la perfecta venganza. La novela se convierte en un espacio imaginario donde la maldad no da respiro ni hay cabida a la honestidad.
Moby Dick (1851)
El destino es determinante, y para el capitán Ahab, en su obsesión, solo hay espacio para un único propósito, encontrar, dar caza y matar a la ballena blanca, un enorme animal convertido en monstruo en esta historia salpicada de mar. Es una narración que se transfigura en una reflexiva bitácora marina donde la larga navegación culmina con el obvio y esperado final. Moby Dick es una auténtica novela épica de nuestro tiempo.
Veinte mil leguas de viaje submarino (1870)
Se trata de una de las grandes obras del género con un personaje mítico, el atribulado capitán Nemo. Varias embarcaciones desaparecen, por lo que un grupo experto en diferentes disciplinas se pone en marcha para atrapar lo que cree que es un monstruo de las profundidades ignotas del océano. Más allá de calamares gigantes y otras criaturas, el profesor Pierre Aronnax, su ayudante Conseil y el arponero Ned Land, con lo que se encuentran es con el capitán Nemo y su sorprendente submarino, el Nautilus. Entonces el peligro y el viaje tomarán otro cariz.
La vuelta al mundo en ochenta días (1873)
Este clásico universal cuenta el hito realizado por Phileas Fogg, en compañía de Jean Passepartout, su leal sirviente. El señor Fogg es un rico caballero miembro del Reform Club. Es un hombre en extremo puntual y que acostumbra a a llevar a cabo todas sus acciones con precisión inglesa. Después de asegurarse que existe la posibilidad de dar la vuelta al mundo en un plazo de tiempo ajustado, decide apostar su dinero a que logrará dar la vuelta al mundo en 80 días. Es por ello que esta novela es al mismo tiempo que un libro de aventuras una demostración de cómo el ser humano ha buscado siempre hacerse con el control del tiempo y de cómo lo ha conseguido gracias a los nuevos avances de la ciencia y la técnica.
Las aventuras de Tom Sawyer (1876)
Ambientada en una población junto al río Mississippi durante la Guerra de Secesión americana esta novela de aventuras de infancia y adolescencia cuenta la vida de un chico llamado Tom Sawyer desde una visión juvenil y alejada de la comprensión de los adultos. Tom se enamora por primera vez y hace planes junto a sus amigos dentro de la candidez y la nobleza propias de quien no está maleado todavía por los percances y vilezas de la vida adulta.
La isla del tesoro (1882)
Una de las novelas de aventuras por excelencia, La isla del tesoro contiene todos los elementos que necesita esta clase de libros: peligros, piratas, villanos, aventuras, un barco y un tesoro espectacular. Jim Hawkins da un cambio radical a su vida cuando un marino llega a la posada de su familia y Jim se hace con el mapa de una isla que esconde misteriosos secretos y oportunidades. Comienza una expedición marítima en una nave llena de forajidos bajo el mando de John Silver, un pirata cojo, hacia el codiciado tesoro.
Las minas del rey Salomón (1885)
Un buen ejemplo del comportamiento obsesivo que demuestra el hombre blanco por dar con el oro y las piedras preciosas que rodean al hombre negro en su hábitat natural. Este, en su perplejidad, no acaba de comprender este interés enquistado del hombre europeo. Por otra parte, el protagonista de la novela es atípico, porque no es tan valiente ni tan joven; y son muchas los obstáculos que encuentra por alcanzar las prometedoras minas que, además, están ubicadas en el continente africano, lo que permite descubrir y explorar este espacio y a sus habitantes.
El Señor de los Anillos (1954)
Es una aventura épica fantástica que se encontraba recogida en un solo libro como continuación de El Hobbit; sin embargo, El Señor de los Anillos se entiende como una historia independiente, aunque vinculada a la historia común. Por su parte, debido a su extensión, se decidió dividir en tres tomos: La Comunidad del Anillo, Las dos torres y El retorno del Rey. La novela tiene una especial trascendencia por todo el cuidado y rigor verosímil dentro de lo fantástico que aportó desde el punto de vista filológico su autor Tolkien.
La historia comienza con el inocente Frodo, un joven hobbit que vive en la Comarca, una bucólica población donde todos viven felices y alejados de toda amenaza. El destino, sin embargo, le tiene una misión crucial de la que dependerán todos los habitantes de la Tierra Media, sin importar su condición o raza. Deberá con ayuda de sus amigos y aliados alcanzar el Monte del Destino y destruir el Anillo Único antes de que este los aniquile a todos. Pero el camino no será fácil, el viaje es peligroso, está repleto de enemigos, hostilidades e incertidumbre. Y nadie le garantiza a Frodo que pueda regresar a casa.