El libro de la madera. Así, sin más florituras ni misterios. El subtítulo Una vida en los bosques tampoco es pretencioso. El autor, un desconocido escritor noruego (hasta ahora) llamado Lars Mytting, arrasa en el planeta entero con este tratado sobre la madera, o mejor dicho, sobre el arte de cortar madera. ¿Se puede ser más osado y original al apostar por una idea así para destacar y comerse medio mercado editorial?
Quizás algunos grandes nombres de la literatura nórdica deben de estar pasmados (o no) ante el exitazo de Mytting, un periodista nacido en 1968, que ya había escrito tres novelas. Este manual de instrucciones y canto a la vida sencilla en la naturaleza ya ha vendido en todo el mundo medio millón de ejemplares y ha sido traducido a 16 lenguas. Analizamos este fenómeno superventas.
¿Y si escribo un libro sobre esa sensación, un libro en el que los leñadores cuenten sus intereses y ambiciones, pero que no parezca una visión presuntuosa de un urbanita como yo, sino algo que mi vecino pudiese desear leer?
Eso se dijo un día Lars Mytting (Fåvang, 1968) y se puso a ello. El resultado, El libro de la madera, un insólito (como poco) tratado sobre el arte de cortar madera, un manual de instrucciones y consejos sobre árboles y esos distintos tipos de madera. Pero también un tratado de meditación sobre el instinto de supervivencia y elogio de la vida en los bosques. Y acertó en llamar la atención.
El inesperado éxito de ventas en su salida al mercado lo ha convertido en el título de referencia de un movimiento que está cada vez más en auge: el de los abanderados del retorno a la naturaleza, a la llamada «vida tranquila». Así, los más frikis del tema abren sus páginas y casi pueden oler el aroma del bosque, la tierra, la hierba y los árboles. Y ese tan especial de la leña que acaban de cortar en un vigoroso y revitalizador esfuerzo con su hacha más eficiente.
Madera, árboles, bosque, tranquilidad…
Una historia tan simple, sencilla y reposada solamente la puede contar bien un nacido, criado y crecido en uno de los países más llenos de recursos naturales para combatir un frío que tienen siempre encima.
Por aquellos lares nórdicos el invierno siempre se está acercando. Y su consumo de leña no ha disminuido ni un ápice, pese a que a los noruegos no les falta petróleo. Pero siguen consumiendo, solo allí, unos 300 kilos por familia. La mitad de esa madera la cortan directamente ellos mismos. De ahí le vino la idea a Mytting.
Un día vio a un vecino anciano y enfermo que salía cada mañana a serrar una leña que aún debía secar antes de usarla para ese invierno. A Mytting le pareció un ritual por un futuro que su vecino quizás ya no viera. Y creó la metáfora de la relación del hombre con la madera como la pérdida de lo auténtico y sencillo en este tiempo marcado por lo inmediato y la tecnología.
Mytting reivindica hacer las cosas por uno mismo. Invita a meterse en la piel de ese leñador que trata cara a cara con el ser ancestral que también representa la madera. De como esta nos remite al fuego y su poder con miles de significados como la calidez o el confort.
Ecos de Thoreau
A Mytting lo han comparado con el clásico del XIX, Henry David Thoreau. El poeta, filósofo, ensayista y naturalista norteamericano retrató su vida durante dos años en la naturaleza en su obra Walden. Pero claro, hay que salvar las distancias de época, pensamiento y escenarios.
¿Éxito inexplicable?
Obviamente no. Hay lectores para todos los gustos y de todas las sensibilidades. Si se es un urbanita sin remedio y adicto al ruido, seguramente no se sienta atraído por este libro. Pero los amantes del ritmo pausado y la comunión con la naturaleza lo están disfrutando con placer inenarrable.