El Teatro Campoamor de Oviedo acogió una edición marcada por un gesto histórico: por primera vez, la Princesa Leonor puso el broche final a la gala de los Premios Princesa de Asturias 2025, un rol que hasta ahora asumÃa el Rey. La ovación del auditorio subrayó el peso simbólico de este relevo ordenado en la representación de la Corona.
Como cada año, los galardones distinguieron la excelencia en ciencia, cultura, deporte y sociedad, con una nómina de premiados de alcance internacional y un auditorio repleto de autoridades y representantes de la vida pública. La ceremonia apuntó al corazón de Europa y de España: compromiso cÃvico, talento con propósito y una defensa explÃcita de los valores democráticos.
Un hito institucional en Oviedo
Felipe VI admitió que Leonor «ha ido asumiendo gradualmente esta tarea» y que, en consecuencia, le corresponde «cederle ese espacio«. El monarca, que seguirá vinculado a la Fundación, centró parte de su intervención en la educación en valores como pieza esencial de la convivencia democrática y del equilibrio entre lo individual y lo común.
Leonor, que ejerció de anfitriona de principio a fin, clausuró la ceremonia con un tono sobrio y cercano, reforzando su presencia institucional en un año en el que su agenda pública crece y en el que, según apuntan expertos en protocolo, su protagonismo seguirá en aumento conforme complete su formación.
Cartas personales a cada galardonado
La Princesa abrió su intervención con una reflexión generacional y explicó que, pese a pertenecer a la Generación Z, quiso escribir una carta a cada premiado para detenerse y pensar con calma. Entre ellas, destacó su misiva a Mario Draghi (Cooperación Internacional), a quien reconoció su liderazgo en momentos frágiles para el proyecto europeo.
A Serena Williams (Deportes) le expresó admiración por transformar el tenis y deslizó complicidades de hermana a hermana, en alusión a Venus. Hubo también palabras para la genetista Mary‑Claire King (Investigación CientÃfica y Técnica), por su labor pionera al identificar genes asociados al cáncer y su trabajo humanitario con los nietos de desaparecidos en Argentina.
La fotógrafa Graciela Iturbide recibió el cariño de la heredera por una obra que la Princesa dijo admirar desde hace tiempo. Al filósofo Byung‑Chul Han, lo citó como estÃmulo para cultivar «paciencia, introspección y lectura profunda«; y a Eduardo Mendoza, le agradeció su capacidad para despertar la curiosidad de los jóvenes y frenar el «scroll» sin fin.
Quiénes son los premiados de esta edición
La 45.ª edición distinguió ocho categorÃas: Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Concordia, Cooperación Internacional, Deportes, Investigación CientÃfica y Técnica y Letras. El premio incluye 50.000 euros (a repartir si hay más de un galardonado), además de una escultura de Joan Miró, diploma e insignia.
Entre los reconocidos de 2025 figuran la tenista Serena Williams (Deportes); el economista y ex presidente del BCE Mario Draghi (Cooperación Internacional); el novelista Eduardo Mendoza (Letras); la fotógrafa Graciela Iturbide (Artes); el filósofo Byung‑Chul Han (Comunicación y Humanidades); el sociólogo Douglas Massey (Ciencias Sociales); la genetista Mary‑Claire King (Investigación); y el Museo Nacional de AntropologÃa de México. La genetista fue la única ausente por indisposición de última hora.
La gala contó con la presencia de sus Majestades, la Princesa de Asturias y la Infanta SofÃa, y con autoridades como Alberto Núñez Feijóo y Salvador Illa, en una tarde luminosa que acompañó el paso de los premiados por el Campoamor y reforzó el carácter cÃvico de una ceremonia muy seguida.
Voces y mensajes: ciencia, cultura y Europa
Eduardo Mendoza subió primero al escenario para recoger el galardón de Letras, con su ironÃa habitual y una gratitud medida. Recordó obras que han marcado a varias generaciones, como «Sin noticias de Gurb» o «El misterio de la cripta embrujada», y dejó pinceladas de humor a la altura de una trayectoria imprescindible.
La mexicana Graciela Iturbide defendió que la fotografÃa «no tiene pasaporte» y que es siempre una interpretación de la realidad. Reivindicó el mestizaje como seña de identidad, evocó la aportación de los intelectuales españoles exiliados a México y definió su mirada como una búsqueda de poesÃa más que de magia.
Desde el atril, Mario Draghi alertó de un entorno internacional más áspero y de una Europa obligada a responder unida. Frente al proteccionismo y al retorno del poder duro, abogó por un «federalismo pragmático» que permita a la Unión actuar con ambición: una Europa donde los jóvenes vean su futuro y que actúe por orgullo, no por miedo.
Convivencia, respeto y libertad: el tono de la clausura
En su cierre, la Princesa sostuvo que la convivencia es exigente pero irrenunciable, y llamó a confiar en la libertad frente al miedo, en la justicia frente a la arbitrariedad y en la democracia frente a la intolerancia. Reclamó volver a lo esencial: respeto a quien piensa distinto, atención a quienes no lo tienen fácil para acceder a un hogar y voluntad de «salir de las trincheras» para reconstruir la confianza.
El auditorio respaldó con un largo aplauso una clausura con acento generacional, que combinó cortesÃa institucional con un mensaje de fondo sobre el papel de los valores en una sociedad democrática abierta y plural.
Próxima cita: Premio al Pueblo Ejemplar en Valdesoto
La agenda de Leonor continúa este sábado con la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, que este año recae en Valdesoto (Siero). Un acto que suele trasladar el foco a iniciativas comunitarias y que, en esta edición, refuerza la proyección pública de la heredera.
Todo apunta a que el protagonismo de la Princesa irá a más, en paralelo a la culminación de su formación militar y a un calendario institucional en el que cabe esperar nuevas responsabilidades en ceremonias de primer nivel en España y en Europa.
Una gala sobria y cuidada, la primera clausurada por Leonor, dejó una estampa clara: premiados de referencia global, discursos con calado y un subrayado compartido sobre cultura, ciencia, deporte y valores cÃvicos que sostienen el espÃritu de los Premios en Oviedo.