La importancia de llamarse Ernesto

La importancia de llamarse Ernesto.

La importancia de llamarse Ernesto.

La importancia de llamarse Ernesto fue la última comedia creada por el poeta, escritor y dramaturgo de origen irlandés, Oscar Wilde. Completada en 1895, es considerada una verdadera obra maestra. Su puesta en escena fue el 14 de febrero de ese mismo año, en el teatro St. James en Londres.

Tres meses después del estreno, Wilde fue puesto en prisión tras demandar al padre de su amante masculino, Alfred Douglas, por calumnias al llamarlo “sodomita”. Pero las pruebas en su contra fueron contundentes y el escritor fue sentenciado a dos años de trabajos forzados. Al salir de la cárcel, Wilde partió a Francia, donde murió en una situación de desahucio.

Perfil biográfico

Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde fue originario de Irlanda. Nació en Dublín el 16 de octubre de 1854. Sus padres fueron William y Jane Wilde, ambos grandes intelectuales de la época. Hoy en día, es considerado como uno de los dramaturgos más prominentes del siglo XIX, durante el final de la época victoriana en Londres.

Destacó por su marcada inteligencia. Su facilidad para ajustarse a las circunstancias le permitió volverse una celebridad entre los más altos círculos sociales de la ciudad. Si bien se desarrolló como esteticista, terminó convertido al catolicismo por decisión propia. Según él, el hedonismo lo marcó de por vida. Esto lo hizo saber en una carta que redactó —De Profundis—.

La importancia de llamarse Ernesto  

El argumento se centra en un joven llamado Jack Worthing y la desventurada relación con su hermano (ficticio) Ernesto. Esta obra utiliza la delicia del doble sentido del vocabulario en inglés para burlarse de la sociedad. Para empezar, el título en inglés —The Importance of Being Earnest— ya es hilarante por sí mismo. ¿Por qué?, simple: la palabra “Earnest” hace alusión tanto al nombre Ernesto como a la palabra seriedad.

Por lo tanto, La importancia de ser serio podría ser una traducción igualmente válida. Por otra parte, en inglés el nombre “Ernest” suena igual que la palabra earnest, que significa sensato. Por ende, se asume desde el punto de vista de la honestidad y la franqueza.

Oscar Wilde.

Oscar Wilde.

Otras traducciones válidas del título

Una forma común de traducción empleada para poder mantener el juego de palabras original, es cambiando el nombre del protagonista. Por ejemplo: La importancia de ser Severo (igualmente puede ser Honesto o Franco). En catalán, como dato interesante han cambiado el nombre de Ernesto por “Frank”. Con esto, quedó como un homónimo de la palabra “franc” (franco).

Comedia banal para gente muy seria

Jack Worthing es un joven ignorante de su propia historia. Sus padres adoptivos lo consiguieron dentro de una maleta —abandonado— cuando era un bebé. De ellos heredó una casa de campo en donde hace de tutor de la de la huérfana Cecily Cardew. Para poder escapar de la seriedad de este trabajo, Jack inventa a un hermano alocado llamado Ernesto (residente de Londres).

Entonces, y como excelente excusa, Jack se ve “obligado” a viajar semanalmente. Esto con el necesario interés de socorrer a su hermano de sus “locuras”. Para evitar que los chismes de la vida de Ernesto ensucien la reputación de Jack, él asume la identidad de Ernesto en tierra londinense. Jack y Ernesto son la misma persona, pero tienen dos personalidades —y vidas— diametralmente diferentes.

Ernesto y Algernon

Jack es un hombre tímido, severo y temeroso de Dios. En cambio, Ernesto es un hombre encantador, con ganas de disfrutar de la vida. Su mejor amigo (y al mismo tiempo, peor enemigo) es Algernon “Algy” Moncrieff. Él mismo tiene una prima de la cual Jack, bajo el nombre de Ernesto, se ha enamorado. A tal punto, que ha jurado casarse y decide contarle a Algy toda la verdad.

“Bunbureando”

Cuando Jack le aclara los acontecimientos a Moncrieff, este último aprovecha para manifestar la existencia de un amigo falso llamado Bunbury. Se trata de un pobre hombre muy enfermo habitante de una campiña. Allí, Algy se refugia cuando desea escapar de las tediosas cenas con su tía y con la prima (de quien está enamorado Jack).

A esta actividad, el cínico caballero le llama “Bunburear”. Asimismo, la existencia de Bunbury induce en Jack la decisión de regresar al campo, matar al hermano ficticio y asumir el nombre. Sin embargo, al llegar a su casa —después de haber hablado con la institutriz de Cecily y el reverendo— con la noticia del deceso, se entera que Algy ahora es Ernesto Worthing.

Frase de Oscar Wilde.

Frase de Oscar Wilde.

El amor y sus excentricidades…

Mientras el joven Jack se encuentra en la sala, Algernon Moncrieff está con la joven Cecily. Este se presenta como el atolondrado hermano Ernesto, luego, declara su amor a Cecily y la huérfana lo acepta. En realidad, desde el momento en el cual ella supo sobre su existencia en Londres, mantenían una relación de fantasía.

Cartas, flores, dedicatorias, peleas y reconciliaciones, todo lo necesario para demostrar la existencia de una relación real (?). El enamorado acepta cada aspecto y pide disculpas por los agravios cometidos en su desconocimiento. A estas alturas, Algernon también decide bautizarse con el nombre de Ernesto.

El secreto de la Señorita Prism

La comicidad alcanza su punto más sublime cuando las enamoradas de los falsos Ernestos se encuentran… allí hubo amor, odio y hermandad esen cuestión de minutos. La verdad completa sale a la luz, Algernon Moncrieff y Jack Worthing asumen sus verdaderos nombres, al menos durante unos momentos. Es en medio de este desorden cuando se descubre —al fin— la verdadera historia de Jack.

Un desenlace inesperado

La maleta en la cual fue abandonado Jack resultó pertenecer a la institutriz de Cecily, la Señorita Prism. Quien, cuando la extravió (con el niño en su interior) trabajaba para el padre de Algernon. El infante había sido bautizado como Ernesto Moncrieff, hermano mayor de Algernon Moncrieff, mejor conocido como Jack Worthing.

La obra se divide en tres o cuatro actos (de acuerdo con la editorial); pero, sin importar el número de actos, evidencia la genialidad del autor. Sus últimos dos párrafos son el cierre satírico perfecto para la situación (y la sociedad). Al aclarar su origen, Ernesto pide disculpas a su amada por haber vivido una vida libre de mentiras sin saberlo, ella lo perdona pidiendo “que no se repita”.


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