La dramática experiencia de Wenceslao Fernández Flórez durante la Guerra Civil y su relevancia en la literatura española

  • Wenceslao Fernández Flórez, gran narrador y columnista, estuvo a punto de ser ejecutado durante la Guerra Civil española.
  • Relató su experiencia en su libro autobiográfico "El terror rojo", donde describe su huida de los milicianos y el refugio en embajadas extranjeras.
  • Su obra literaria y periodística tuvo una gran influencia en la cultura española, destacando novelas como "El bosque animado" y su participación en La Codorniz y ABC.
  • La experiencia de Fernández Flórez durante la guerra refleja las dificultades de la intelectualidad en tiempos de conflicto y su repercusión en la memoria histórica.

Retrato de Wenceslao Fernández Flórez

Wenceslao Fernández Flórez, natural de A Coruña, dejó una huella imborrable en la literatura española gracias a su aguda narrativa y su capacidad para renovar el humor literario del siglo XX. Este escritor, también miembro de la Real Academia Española, sobresalió tanto en la prensa como en la novela, firmando títulos tan memorables como El bosque animado, El malvado Carabel y El hombre que compró un automóvil. Sin embargo, su prestigio literario no le excluyó de verse atrapado en una de las épocas más turbulentas de la historia de España: la Guerra Civil.

En los primeros compases del conflicto, a Fernández Flórez le sorprendió el estallido de la guerra en Madrid, quedando a merced de la retaguardia republicana. Por aquel entonces, las milicias impusieron un clima de represión y violencia en la capital, donde detenciones y ejecuciones eran una constante, y cualquier vínculo real o supuesto con ideologías de derechas podía ser fatal. El escritor coruñés estuvo, de hecho, extremadamente cerca de perder la vida, como le ocurrió a su colega Pedro Muñoz Seca, quien fue fusilado en Paracuellos.

La odisea de Wenceslao Fernández Flórez durante estos años quedó reflejada en su libro autobiográfico El terror rojo. Allí narra, en primera persona, la angustiosa escapada de los milicianos que lo pusieron literalmente al borde de la muerte. El relato recoge la tensión del momento, describiendo la situación casi como un juego mortal donde la supervivencia dependía de la astucia y la fortuna. Consiguió resguardarse primero en la Embajada de Argentina y más tarde en la de los Países Bajos, donde se refugió de una amenaza constante.

El asilo en las embajadas, aunque vital para su salvación, significó para él una situación de encierro y precariedad. Con la llegada masiva de perseguidos políticos, las condiciones dentro de estas legaciones se volvieron insalubres y muy difíciles. A pesar de los riesgos, se organizó una compleja operación diplomática para evacuar a los refugiados y sacarlos del país, una maniobra que parecía imposible en pleno contexto bélico.

En 1937, Fernández Flórez viajó a Valencia para intentar embarcarse con otros exiliados, pero las autoridades le bloquearon la salida, siguiendo instrucciones directas del Ministerio de Gobernación. Solo la intervención del gobierno neerlandés evitó su detención y posible encarcelamiento, permitiéndole finalmente huir por carretera cruzando los Pirineos, siempre bajo el riesgo de ser interceptado por las fuerzas republicanas, incluso ante la amenaza de los cañones de un buque militar.

Wenceslao Fernández Flórez en su época de escritor

La dimensión literaria y periodística de Fernández Flórez

No solo sobrevivió a la guerra: Fernández Flórez demostró ser un cronista excepcional de la vida política y social española desde la redacción de ABC y otros medios, con especial mención a su paso por la revista humorística La Codorniz. Era conocido por su ingenio, su capacidad de observación y su estilo irónico, lo que le convirtió en un referente del periodismo de la época. Obras como El bosque animado siguen ocupando un lugar privilegiado en la narrativa española, siendo adaptadas posteriormente al cine y recordadas por su universo de personajes y situaciones fantásticas.

El escritor gallego también experimentó, en ocasiones, el desconcierto y la burocracia en su vida diaria, como relata en una anécdota ocurrida cuando intentaba cobrar por su colaboración en prensa. Estos episodios cotidianos, narrados con su habitual humor, ponen de manifiesto la personalidad irreverente y sagaz de Fernández Flórez, que tan bien supo trasladar a sus columnas y novelas.

Su legado en la cultura española

Fernández Flórez es recordado no solo por sus logros literarios, sino también por ser testimonio de una época conflictiva para la intelectualidad en España. Su experiencia vital durante la Guerra Civil, a punto de costarle la vida, simboliza las amenazas a las que estuvieron expuestos muchos escritores e intelectuales, y la importancia de la diplomacia y la solidaridad internacional en episodios de gran tensión.

La vigencia de su obra y la autenticidad de su voz continúan despertando interés tanto en lectores como en estudiosos. Sus textos, más allá de su valor literario, son un testimonio de resistencia y reflexión sobre la condición humana y el papel de la palabra escrita en tiempos de crisis.

Su figura sigue inspirando admiración por su talento, valentía y capacidad para plasmar, desde la ironía y la sensibilidad, la España de su tiempo. Su legado permanece vivo, recordándonos que la literatura y el periodismo pueden ser refugio, testimonio y vehículo de memoria en momentos difíciles.

Novelas de historia ambientadas en la Guerra Civil Española
Artículo relacionado:
Novelas de historia ambientadas en la Guerra Civil Española