Juan de Mena

Frase de Juan de Mena.

Frase de Juan de Mena.

Juan de Mena (1411 – 1456) fue un escritor español distinguido por la búsqueda de un vocabulario poéticamente excelso en castellano. Su obra más conocida es Laberinto de fortuna, en ella son obvios los rasgos de una lírica culta, un poco rígida e invariable. Por ende, su estilo prioriza un contenido sublime en detrimento de una expresión más común y corriente.

Aunque su trabajo ha sido enmarcado por la mayoría de los académicos como parte de la etapa prerrenacentista, su métrica evidencia la “sobrecarga” típica del barroco. Específicamente —a pesar de adelantarse en más de cien años— la poesía de Juan de Mena encaja perfectamente con las características de la literatura del culteranismo.

Biografía

Nació en Córdoba en 1411, quedó huérfano a muy temprana edad. De acuerdo con fuentes como escritores.org, “la ausencia de documentación sobre sus padres hace sospechar que tuviera origen judeoconverso”. En 1434 egresó de la Universidad de Salamanca con el grado de maestro en artes. En 1441, Mena viajó a Florencia como parte del séquito del cardenal de Torquemada.

De allí se trasladó a Roma para completar su formación humanística. Dos años después volvió a Castilla para servir a Juan II como secretario de esquelas latinas. Al mencionado monarca, Juan de Mena dedicó su poema más famoso, Laberinto de Fortuna. En 1444 fue nombrado cronista del reino, si bien algunos historiadores discuten su autoría sobre las crónicas de Juan II.

Asuntos personales

En torno a la vida sentimental y privada de Juan de Mena existen escasos registros fidedignos y una gran cantidad de incertidumbres. Entre esos “rumores”, se cree que durante su juventud contrajo matrimonio con una joven de buena familia de Córdoba. Sin embargo, ni siquiera se ha determinado con precisión el nombre de la mujer y, al parecer, la pareja no engendró descendientes.

Por otra parte, Marina de Sotomayor es otra de las nobles féminas asociadas con el poeta cordobés. Pero los historiadores nunca han sido unánimes al momento de determinar si fue en rol de (segunda) esposa o de amante. Tampoco existen registros formales de hijos reconocidos por Juan de Mena.

Un poeta obsesivo con su trabajo y vinculado con la aristocracia

Juan de Mena fue descrito por destacados intelectuales de su época —entre ellos Alonso de Cartagena y Juan de Lucerna— como un hombre obsesionado con la poesía. A tal punto, que muchas veces descuidó su salud por ello. Igualmente, desarrolló una amistad entrañable y compartió gustos literarios con personalidades como Álvaro de Luna e Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana.

Precisamente, en torno a la figura de este último aristócrata Juan de Mena escribió Las Cincuenta. Se trata de un poema muy difundido a partir de su publicación (1499), conocido también como Coronación del marqués de Santillana. En realidad, la base de esta obra fue escrita en prosa, Comentario a la Coronación (1438).

La poesía de Juan de Mena

Coplas contra los siete pecados capitales o Razonamiento con la muerte fue el último poema escrito por él. La obra fue completada póstumamente, pues Juan de Mena no pudo concluirla antes de su fallecimiento en Torrelaguna (Castilla), en 1456. No obstante, hasta su última ópera el poeta español mantuvo una consistencia de estilo bastante sólida, concordante con sus poemas predecesores.

Características y estilo

  • Métrica dodecasílaba, carente de ritmo, con poca flexibilidad y acentos monótonos cada dos sílabas átonas.
  • Poética en arte mayor de terminología sofisticada. En complemento, algunos de sus escritos presentan versos octosílabos de complejidad similar.
  • Cultismos y neologismos mediante palabras traídas directamente del latín (sin modificaciones).
  • Uso frecuente del hipérbaton, así como de verbos en participio presente y en infinitivo.
  • Empleo de arcaísmos para encajar la métrica.
  • Retórica deliberadamente barroca —recargada— de amplificaciones: perífrasis (rodeos o evasivas), epanalepsis, redundancias (anáforas), quiasmos, duplicados o poliptoton, entre otros.

Laberinto de Fortuna o Las trescientas

Se compone de 297 coplas en arte mayor. Según Ruiza et al. (2004), esta obra es “considerada una de las muestras más logradas de la tendencia alegórico-dantesca surgida en la literatura española del siglo XV, el Laberinto de Fortuna destaca por el empleo del arte mayor, su ritmo sonoro y el lenguaje elocuente y elaborado”.

Aparte de su simbolismo, la trascendencia del texto radica en la descripción apasionada de sucesos históricos que pretenden apelar a al patriotismo ibérico. Por consiguiente, es muy palpable la intención del poeta español de generar un sentimiento de unidad nacional representado por el rey Juan II.

Claroscuro

Laberinto de fortuna.

Laberinto de fortuna.

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Este trabajo demuestra la obsesión del poeta cordobés por la confección de una literatura refinada. Se diferencia por el uso entremezclado de estrofas de arte mayor (dodecasílabas) y de arte menor (octosílabas). Igualmente, en su contenido son evidentes las nociones del conceptismo dentro de un contexto ciertamente sombrío y de lírica intensa.

La prosa de Juan de Mena

Al igual que con su obra poética, Juan de Mena empleó en su prosa un léxico latinizante. Por esta razón, su forma de escritura fue aludida en reiteradas ocasiones por los humanistas del Renacimiento Hernán Núñez y el Brocense. Además de la mencionada Coronación del marqués de Santillana, el escritor español realizó una adaptación de la Ilíada, titulada Homero romanceado (1442).

Igualmente, dedicado al rey Juan II, Homero romanceado fue muy elogiado y exitoso durante el siglo XV, porque representó una versión sintetizada de la Ilíada original. Asimismo, historiadores y académicos de distintas eras han coincidido en alabar la elaboración del prólogo de este libro por su extraordinaria concepción artística.

Otras prosas importantes de Juan de Mena

En 1445 escribió Tratado sobre el título del duque, un texto relativamente corto de carácter protocolar y caballeresco. Juan de Mena escribió este documento en honor al noble Juan de Guzmán, luego de ser proclamado Duque de Medina Sidonia por parte del rey Juan II. Finalmente, Memoria de algunos linajes antiguos (1448) es la última obra en prosa conocida del intelectual español.

Este último es un texto relativo al árbol genealógico real (con sus respectivos emblemas) de Juan II. Adicionalmente, Juan de Mena elaboró el prólogo del libro de Álvaro de Luna, Libro de las claras y virtuosas mujeres. Allí, ensalza a su amigo y protector por su talante defensor de aquellas mujeres que habían sido objeto de comentarios insultantes en distintas publicaciones de la época.

Poemas de Juan de Mena

Comparación

(CVIII)

“E bien como quando algund malfechor,

al tempo que fazen de otro justicia,

temor de la pena le pone cobdicia

de allí adelante bivir ya mejor,

mas desque passado por él el temor,

vuelve a sus vicios como de primero,

así me bolvieron a do desespero

desseos que quieren que muera amador”.

Cantar de Macías

(CVI)

“Amores me dieron corona de amores

por que mi nombre por más bocas ande.

Entonces non era mi mal menos grande

quando me davan plazer sus dolores.

Vencen el seso los dulces errores,

mas no duran siempre segund luego plazen;

pues me fizieron de mal que vos fazen,

sabed al amor desamar, amadores”.


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